5. Editorial Jones

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Narra Betty

Sonreí al ver a mi hija correr por la casa. Desde que nació, siento que el tiempo vuela, ya tiene casi cuatro años y no quiero verla crecer tan rápido.

Por eso, siempre intento disfrutarme cada día junto a ella. Después de todo, Jake ya casi no está en casa porque se la pasa trabajando, y aunque sé que la ama... A ella le hace falta verlo más aquí. Vernos juntos.

Terminé mi carrera un par de meses antes de tener a Julieta, así que todo fue muy bien, no se me complicó el hecho de que iba a tenerla con que estaba cerca de graduarme.

En ese tiempo, Jake ya tenía un año de haber terminado la universidad, y encontró un muy buen empleo por el que viajaba mucho.

Como dije antes, quiero disfrutarme y estar en cada etapa de la niñez de mi pequeña, por ello comencé a considerar antes de que ella naciera que lo mejor era mudarnos a Riverdale.

Yo nací aquí, y después de todo, este es un pueblo tranquilo. Bueno, todo lo que pase en mi adolescencia no fue nada tranquilo, pero esto es muy diferente a New York, que era donde planeábamos mudarnos anteriormente. Aquí no hay gritos, no hay música alta, no hay tráfico, no hay suciedad...

Al igual que yo, Jake también cambió su decisión de mudarnos a New York cuando comenzó a viajar por trabajo y tener una vida más ajetreada.

El también quería una vida tranquila, poder llegar de un viaje de negocios y estar en una casa alejado de todo y no en un edificio donde hay más de cincuenta departamentos y el ruido del vecino de arriba no te deja descansar.

Por eso nos mudamos aquí dos meses antes de que mi niña naciera, y estábamos bien.

- ¡Mami! -se acercó a mí riendo. - Hoy, mi mejor amiga Daniela se puso goma moldeable en las uñas. -rió. - ¡Como si fuera pintura!

Yo reí ante su anécdota. Desde que comenzó en el jardín está mucho más parlanchina, sin mencionar que casi a diario me cuenta sobre su "mejor amiga" (siempre son nombres distintos).

- ¿Si? ¿Y tú que hiciste? -le pregunté con interés.

- Hice un pastel. -sonrió. - Y le puse velitas, entonces ella hizo un perrito y le cantamos el cumpleaños feliz.

Ella hablaba bastante fluído. Se que es por el jardín, porque antes de comenzar le costaban ciertas palabras o no las decía completas, pero ha avanzado mucho.

Sonreí y acaricié su cabello. - Suena muy divertido, princesa... ¿Vamos a ducharte? Tu padre llegará en un rato.

Ella asintió. - ¡Si! ¡Amo cuando llega papi!

Yo suspiré. No solía verlo en el día, siquiera en las mañanas porque el se iba antes que nosotras... Por eso le emocionaba tanto cuando el llegaba en la noche, aún más cuando estaba a tiempo para cenar.

Rato después, justo cuando le serví su cena a mi niña y estaba por dejar la comida de mi esposo en el microondas, la puerta se abrió.

- Buenas noches... -saludo al entrar quitándose el saco y dejándolo en el perchero. Sonrió al ver a Julieta. - Princesa.

Ella se bajó de la mesa y corrió a abrazarlo. - ¡Papi, llegaste para cenar! -celebró.

El besó su mejilla. - Si, linda. -la dejó de nuevo en su silla.

Yo reí y dejé la comida de Jake en la mesa. Me acerqué a él y besé su mejilla. - Hola, amor. -saludé.

El sonrió. - Hola, guapa. -se sentó en la mesa. - Mmm... Se ve delicioso. -admitió.

Julieta rió. - Le dije a mami que hiciéramos tu comida favorita de cena.

El asintió. - Es justo esto... Me conoces bien, princesa. -le guiñó un ojo y ella sonrió.

Narra Jughead

- Tienes que entender de todo está evolucionando, Jughead. -mi nueva secretaria suspiró.

- Pero todo esto es demasiado colorido... -hice una mueca viendo la fachada que tenía hasta un arcoiris pintado. - Yo no soy así.

- Esto llama la atención de los jóvenes, créeme... -me miró. - Es lo que necesitas.

- No te pregunté que necesito. -negué.

Ella rodeó sus ojos.

Su nombre es Ileana. Era bastante directa, decidida y dice las cosas sin filtros. Y aunque a veces quería despedirla por tanto que me hacía molestar, no la había despedido justo por eso, solo tiene carácter.

Tiene solo diecinueve años y un año cursando en la carrera de Marketing, pero también sabe mucho de historia, literatura y arte. Hizo distintos cursos estando en preparatoria, y considerando que aún no había terminado la universidad, tiene buen currículum.

- Mira, te explico, las nuevas generaciones valoran los escritores antiguos, los más viejos y reconocidos, pero también les gusta apoyar lo nuevo, así que en tu editorial debe haber ambas cosas. ¿Como te ganas a los jóvenes? Generando contenido fresco, natural y divertido... Cómo está fachada. -sonrió y miró hacia al frente, donde estaba mi nueva y primera editorial.

Editorial Jones.

Ahora, casi siete años después de publicar mi primer libro estando en la universidad, he adquirido muchos conocimientos sobre este mundo, hasta me volví mi propio agente... Y triunfé en el intento.

Tanto que en unos días abriré mi propia editorial.

- Estás frente a una plaza... Esto llamará la atención de cualquiera. A las personas más adultas sabes cómo traerlas aquí, de los jóvenes me encargo yo.

- Hablas como si tuviera ochenta años. -rodeé mis ojos.

Ella me sonrió con inocencia. - Tal vez no ochenta, pero sigo siendo mucho más joven que tu. Y aunque no quieras aceptarlo... Estoy más actualizada.

- Si sí, como digas. -suspiré. - Ya me iré. Nos vemos mañana para arreglar los últimos detalles de la inauguración.

Ella asintió. - Ok, está bien, hastal luego, amargado. -me dio una encantadora sonrisa despidiéndose con la mano.

Yo enarqué una ceja. - Bájale a la confianza, ¡Puedo despedirte! -dije alejándome.

- ¡Se que no lo harás! -exclamó ella en respuesta.

















Entre este capitulo y el próximo no hay salto de tiempo.

Las amo. ❤️

Destinados | Bughead | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora