11. No hay rencor

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Narra Betty

Catorce años conociéndolo, trece años de relación y doce años de matrimonio después... Todo acabó.

Pasamos casi cinco años terribles intentando recuperarnos, luchando por reparar nuestra relación, asistimos durante meses a terapia de pareja, nos tomamos varias vacaciones con Julieta para olvidarnos del trabajo, pero... Nada de eso funcionó.

Era de esperarse.

Y ahora estoy terriblemente arrepentida.

Supuestamente soy una mujer responsable, madura y que sabe lo que hace, pero... ¿Realmente es así?

Digo, pasé doce años de mi vida con un hombre que no amo, con un hombre que se y tengo claro que no es el amor de mi vida, y además, tuve una hija con él.

Al principio me obligué a mi misma a estar con él para olvidarme del chico que robó mi corazón, pero luego lo hice por Julieta.

Y vuelvo a preguntarme lo mismo: ¿De verdad valió la pena?

No lo creo, porque al final, mi hija de igual forma está sufriendo nuestra separación, está sufriendo por elegir con quién estar entre semana y con quién estar los fines de semana con solo once años.

Tal vez no está tan pequeña, pero de igual manera se que esto es muy difícil para ella.

Y que ella esté pasando por esto es únicamente mi culpa, no de Jake ni de nadie más. Solamente mía.

Lucho por sacarme esto de la cabeza y seguir adelante, fueron muchos errores los que cometí, pero sé que debo dejar esto atrás y poner toda mi atención en mi hija.

Justo ahora estoy alistándome para ir a firmar el acta de divorcio. Nos separamos de forma oficial hace unos meses cuando el encontró a donde mudarse, y solo lo he visto un par de veces cuando voy a llevarle a Julieta o el viene aquí a buscarla.

Desde el momento uno el lo dijo: yo me iba a quedar con la casa. Por supuesto no me quejé, pero igual, el encontró una casa muy linda que está cerca y que se que Julieta ama.

Me levanté y arreglé mi vestido negro, peiné un poco mi cabello con mis manos y luego de pintarme los labios salí y bajé las escaleras.

Vi que mi hija estaba junto a mi madre en el sofá mirando un programa de postres en la televisión.

- Estoy lista. -avisé. - ¿No necesitas nada, mamá?

Ella negó. - No, tu ve tranquila. -me sonrió. - Juls y yo estamos mirando esa receta para prepararla en un rato. -me guiñó un ojo.

Yo reí. - Está bien... Me guardan un poco, eh. -pedí tomando mis cosas. - Las amo.

- Nosotras a ti. -respondió mi hija.

Salí de la casa, subí a mi auto y conduje a donde nuestros abogados nos habían citado. Rato después apagué el auto frente al lugar y me miró en el espejo del auto.

Sonreí. Me miraba espectacular.

Tomé mis cosas y bajé del auto, al entrar vi a mi abogado y lo saludé.

- Tom, hola. -le sonreí.

El también me sonrió de manera amable. - Betty, que bueno que llegaste, ya Jake te está esperando, ven.

Me guío por un pasillo y al entrar a una habitación ahí vi a Jake y a su abogado. Los saludé de manera amable y me senté donde me indicaron.

- Bueno, entonces, directo a lo que vinimos. -él abogado de Jake, Cristian, habló y comenzó a ordenar unos papeles. - Tienen que leer todo detenidamente y luego firmar.

- Y no olviden dejar sus huellas. -Tom nos dio la almohadilla con tinta.

Nosotros asentimos y sin más comenzamos a leer detenidamente, como Cristian dijo, todas las hojas.

Unos diez minutos después ya habíamos terminado, habíamos firmado y legalmente nuestro matrimonio había sido anulado.

Nuestros abogados salieron, dejándonos solos, entonces yo miré a Jake, un poco incómoda.

- Entonces... ¿Irás por Julieta mañana? -pregunté.

Asintió recogiendo sus cosas. - Si, quiero que elija todo para su nueva habitación.

Yo asentí también. - Bueno... -me acerqué a la puerta. - Te veo mañana entonces.

Antes de irme, el habló. - Betty.

Me volteé hacia el. - ¿Si?

Suspiró acercándose. - Solo quiero que sepas que no tengo ningún rencor contra ti. -admitió.

- Jake, ya se, yo-

Me interrumpió. - No, no, pero quería decírtelo... Nuestras últimas conversaciones, si así se les pueden llamar, fueron todas a los gritos... -desvió su mirada. - Solo quería decírtelo tranquilo y, bueno, que lo tengas claro.

- Lo sé. -asentí. - Está todo bien.

El asintió. - Bueno, adiós.

Moví mi mano. - Bye. -me despedí y salí de ahí.

Al subir a mi auto me quedé mirando al frente y cerré mis ojos.

Se que el es un hombre increíble, y también fue un esposo envidiable.

Y aunque hayamos pasado los últimos años peleando por todo, se que no es su culpa.

Por un momento sentí que perdí un excelente hombre que siempre me lo dio todo, y que además es un padre ejemplar.

Pero... El simplemente no es para mí.

Lo tengo más que claro.

Y tampoco es el hombre que yo quiero.

Solamente espero que él pueda encontrar una mujer que realmente lo valore. Y yo... Bueno. Dudo que algún día pueda volver a encontrarme con mi chico de ojos azules.

Así que, como eso no pasará, espero al menos ser feliz junto a mi hija.



















Buenass ✨

¿Como están?

Espero que les guste... Comenten! ❤️

Destinados | Bughead | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora