Narra Betty
Luego de almorzar en Pop's y pasar un rato ahí decidimos ir al White Wyrm... El bar de las serpientes en el lado sur.
Por supuesto ya la mayoría no nos reconocía, pero las serpientes con las que habíamos compartido siendo reyes nos recibieron con una gran alegría, así dejándole en claro a los más jóvenes que no éramos una amenaza.
Ambos reíamos a carcajadas mientras bebíamos una cerveza. Ya teníamos como tres horas aquí, pero no nos importaba.
Se que ambos estábamos muy cómodos, y yo no recuerdo la última vez que me sentí así con alguien.
- ¿Recuerdas eso? -preguntó entre risas. - Dios, nuestra adolescencia fue tan extraña.
Yo limpié unas lágrimas que solté gracias a reír tanto. - Si, definitivamente lo fue. Y si quedamos traumados, al menos pudimos superarlo y superarnos... -dije un tanto divertida.
El asintió. - Si... A todos nos ha ido bien. -sonrió. - Esa es la razón principal por la que decidí volver aquí... La tranquilidad. Aunque hayamos pasado tantas cosas malas aquí, este siempre será el mejor lugar para vivir para mi.
- Por eso nunca me fui. -tomé un poco más de mi botella. - Aquí está mi madre, aquí estoy tranquila... Aquí estoy a estados de distancia de mi ex esposo. -ambos reímos ante eso.
- ¿Y no ve a tu hija? -me preguntó.
- Julieta. -le dije. - Se llama Julieta.
El bajó la cabeza con una pequeña sonrisa.
Se que ambos pensamos en lo mismo.
Escuché dos toques en mi ventana y me apresuré a abrir al ver a mi novio tras esta. Cuando entró, dejó un beso en mi frente.
- Hola, Julieta. -me saludó como siempre lo hace cuando entra por mi ventana.
Se quitó su gorro de lana y se recostó en mi cama. Sonreí y me acosté junto a él.
- ¿Sabes que he pensado?
- ¿Que? -el preguntó acariciando mi brazo.
- Que cuando tengamos una hija... Deberíamos llamarla Julieta. -lo miré.
El sonrió. - Pero yo quiero un niño.
Rodeé mis ojos. - ¿Y si es niña?
- No quiero tener que verla con otro hombre cuando crezca.
- Entonces reza porque le gusten las chicas. -me burlé.
- Buena idea, si comienzo ahora a manifestar, puedo lograrlo. -dijo divertido.
Sonreí de lado y seguí hablando.
- Viene de vez en cuando, intenta visitarla todos los meses... La verdad es que el no tenía nada más que ella para quedarse aquí en Riverdale, y entiendo que quiso regresar con su familia.
El estaba por hablar pero la llamada que entró en mi teléfono lo interrumpió. La verdad es que no lo había revisado en todo el rato, y me sorprendí al ver que tenía mensajes de mi hija, de mi madre y la que llamaba era Julieta.
- Espera. -me disculpé, atendiendo la llamada. - ¿Linda?
- ¡Mami! -exclamó a través de la música que se escuchaba de fondo. - ¿Por qué no has llegado aún? -se quejó.
Yo reí. - Iré en un rato, te llevaré pizza.
- ¡Oki! -ella amaba la pizza. - Te espero, byeee.
Ella cortó la llamada y yo, con una sonrisa en mi cara respondí rápidamente los mensajes de mi mamá que eran sobre trabajo.
Jughead también tomó su teléfono. - Oh... Es más tarde de lo que pensé. -hizo una mueca.
Yo dejé el teléfono a un lado y asentí. - Si, lo es.
- Supongo que debo irme... Iba a ayudar a Ileana con algunas cosas hoy. -hizo una mueca.
Solté una risita. - No te preocupes, también debo irme... Debo pasar por el heraldo y volver a mi casa, Julieta me espera.
- Bien, vamos. -me sonrió y le hizo señas a la chica que atendía en la barra. - ¿Cuánto es?
Luego de que Jug pagó la cuenta salimos juntos de ahí y subimos a su auto. Condujo directamente al heraldo, donde también estaba su futura editorial.
Antes de bajar, lo miré con una pequeña sonrisa. - La pasé bien hoy.
El también me sonrió. - Igual yo. -admitió. - Podríamos repetirlo algún día... Siempre es bueno revivir recuerdos con personas con las que viví tantas cosas. -desvió su mirada.
Asentí. - A la próxima, invitaré a Ronnie. -le sonreí divertida. - Ella si nos hará reír bastante.
- Oh, no tengo dudas. -negó también divertido. - Hasta luego, Betts.
Sonreí por el apodo, aunque yo, repentinamente nerviosa, no me atrevía a llamarlo de esa forma que solo yo lo llamaba. - Hasta luego, Jug. -y eso fue todo.
Me bajé del auto y entré al heraldo, luego de pasar unas horas increíbles con el hombre que aún formaba parte de mis sueños.
Cuando entré, mi madre me miró cruzada de brazos. - Pensé que solo iban a almorzar y ya casi va a anochecer...
Me sonrojé pero desvié mi mirada mientras buscaba un número en mi teléfono. - Siento la tardanza, -dije mientras me alejaba. - Pediré una pizza, ya vuelvo. -y eso fue suficiente para zafarme de tener una conversación incómoda con mi madre.
•
Holis!
Espero que les guste y que tengan un lindo día 💘
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Destinados | Bughead | +18
Fiksi PenggemarY después de diecinueve años... Sigues siento tú. Historia 100% original, de mi única autoría. No acepto copias ni adaptaciones. Advertencia: +18