21. Chiste

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Narra Betty

En cuanto mi mejor amiga me abrió la puerta, dije lo que tanto esperaba poder decirle.

- Jughead está de regreso en Riverdale, se va a mudar, abrirá una sede de su editorial junto al heraldo y ayer estuvimos toda la tarde juntos, almorzamos en Pop's y luego fuimos al White Wyrm. -solté rápidamente.

Ella me miró sorprendida. - Hablaste increíblemente rápido pero... ¿Es en serio?

Asentí. - Si.

Se cruzó de brazos y me miró con una sonrisa ladina en su cara. - ¿Y que pasó?

Suspiré. - Nada, Verónica... Solamente compartimos una tarde como amigos. -me dejé caer en el sofá. - Y es obvio que él no quiere algo más que eso.

- ¿Como estás tan segura? -me preguntó. - ¿Y si volvió por ti?

Solté una carcajada. Realmente, eso podría ser un gran chiste.

- Estás loca... El solamente quería irse de la ciudad. -dije la razón que él me había dado para querer mudarse aquí de nuevo.

- ¿Y entonces?

- ¿Que? -hice mi cabeza a un lado para quitar mi mirada del techo y mirarla a ella.

- ¿Que esperas hacer con eso?

- Nada, solo necesitaba decírselo a alguien. -suspiré regresando mi mirada al techo. - Y eres la única persona con la que puedo hablar sobre él...

- Estás tan enamorada... -dijo algo burlona. - Tienes que hacer algo, Betty.

- No haré nada. -negué. - Repito: solo quería decírtelo a alguien.

- El está de vuelta luego de más de quince años... Trabajará en el local junto al heraldo, está soltero y tú también, yo la verdad creo que es el destino. Deberías aprovechar la oportunidad.

- No haré nada, Verónica. -negué. - justo ahora mi única prioridad es Julieta.

- Y ella no dejará de ser tu prioridad si también le das importancia a tus sentimientos.

Me senté y la mire. - No haré nada. -aseguré más seria que antes. - No insistas con el tema.

Verónica se encogió de hombros. - Como digas, B. -asintió de acuerdo mientras caminaba a la cocina. - ¿Quieres una cerveza?

Yo asentí. - Por favor.

Verónica rió y volvió segundos después con dos latas en sus manos. Me entregó una y luego se sentó frente a mí, y así comenzamos a charlar de temas triviales.

Narra Jughead

- ¿Dónde estuviste ayer? Te esperé toda la tarde. -se quejó Ileana.

- Relájate, mamá.

- Tu eres el que siempre me exige puntualidad y responsabilidad, y desapareciste por... -se quedó pensativa. - ¿Donde estabas?

- ¿Desde cuándo tengo que darte explicaciones a ti, Ileana? -me quejé. - Te recuerdo que soy tu jefe.

- Y también somos amiguitos porque la vida nos juntó. -dijo de forma algo burlona y me guiñó un ojo.

Ambos estábamos en mi casa ya que la editorial era aún un caos y no estaba apta para trabajar ahí. Así que teníamos nuestras laptops y la mesa de mi comedor repleta de hojas.

- En serio, ¿Donde estabas? -me miró algo más seria.

Suspiré sin mirarla escribiendo en mi laptop. - Solo fui con Betty a almorzar.

- ¿Y a cenar de paso?

Rodeé mis ojos. - Ileana, no-

Me miró y abrió sus ojos como platos luego de unos segundos. - Espera. -me interrumpió. - Tienes algo diferente, ¿Ella te gusta? ¿Te la follaste?

- Por dios, Ileana. -me cubrí la cara con las manos. ¿Por qué es tan metiche? - Eso no es de tu incumbencia pero a ambas cosas la respuesta es que no.

- ¿Pero si quieres follartela, verdad?

- ¡Ileana!

Rió. - No te juzgaría, es hermosa. -se encogió de hombros.

- ¿Puedes callarte cinco segundos? -la miré retador. - Y trabaja, que tenemos muchas cosas que hacer si queremos abrir la editorial rápido. -ordené.

- Claro, jefecito. -se burló. - Como usted mande.

Claramente ella nunca me hablaba así de manera tan seria a mi, pero si de burlarse de mi se trataba, mi asistente era la mejor.

Narra Betty

- Te juro, Verónica. -dije mirando el techo. - que es demasiado caliente... Joder, quiero que me folle, ¿Será que lo llamo?

Verónica abrió sus ojos como platos y se acercó a mí, mirandome como si estuviera loca mientras yo estaba tirada en la alfombra del piso.

- Ni se te ocurra, y ya no vas a beber más, ¿Me dijiste que Julieta está sola, no? Ya casi va a anochecer.

Suspiré. - Está bien, no bebo, ¿Pero entonces si puedo llamarlo?

- Dios. -ella se quejó. - Levántate.

Lo hice y sentí que estaba un poco mareada, así que me sostuve de mi mejor amiga.

- Esto no fue muy responsable de nuestra parte. -admitio llevándome al sofá.

- De vez en cuando necesitamos momentos así, ¿Sabes? -ella se sentó a mi lado así que dejé caer mi cabeza contra su hombro. - Dejar a un lado las responsabilidades y solo dejarte llevar... Y tal vez llorar un poco por la frustración de estar tan cerca del hombre de mi vida con el que debí haber formado una familia pero ahora simplemente no podemos ser más que amigos. -bostecé.

Ella acarició mi cabello. - ¿Sabes que, B? Duérmete, yo le diré a Abraham que vaya por Julieta para que no se quede sola en casa y que te traiga ropa.

Asentí sintiendo mis párpados más pesados y que el sueño invadía mi cuerpo. - Está... -bostecé de nuevo. - bien, V.

Ella se levantó y escuché su voz a lo lejos mientras hablaba con mi hija y su ahijada, también.

Mientras tanto, yo solo podía pensar en el, y al hacerlo, la tristeza de no tener lo que siempre quise a su lado me invadía.


















Espero que les guste! ❤️

Disculpen que me desaparezco, cada vez tengo menos tiempo para escribir, ojalá lo entiendan.

Gracias por todo su apoyo, no olviden darle like y comentar, eso me motiva a seguir.

Los amo. Bye ✨

Destinados | Bughead | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora