𝑻𝒓𝒆𝒔 𝑪𝒐𝒔𝒂𝒔 𝑻𝒆 𝑷𝒊𝒅𝒐 [TwcNr]

Fünfundzwanzig

El restaurante es el típico lugar lleno de glamour, pero un poco pintoresco, sus paredes estaban adornadas con pinturas en óleo, flores y la música en vivo, la reservación era en la mesa más alejada, pero aún se veía a los demás comensales, me corrió la silla y yo me senté dejando mis cosas sobre la mesa.

-deja de hacerte el caballero conmigo.

-podrías relajarte, venimos a disfrutar de la tarde.

--no voy a disfrutar nada, solo te acompaño a cenar y después me largo.

-Que cabeza dura eres nene.

-no me llames así.

-eres mi nene, mi chico, mi todo.

-puff por favor- tomé el vino de un solo sorbo
-solo quieres algo de mí y no lo vas a conseguir así, haciéndote el galán conmigo, yo te conozco, recuerdas, sé de lo que eres capaz con tal de obtener lo que quieres.

-pude haberla tomado ese día estabas dispuesto a dármela.

-porque pensé que había cambiado las cosas, que eras diferente, pero sigues siendo igual, estuviste interpretando un papel por mucho tiempo, lo hiciste bien, te felicito.

-no digas locuras Bill... yo te deseo ¡sí! Sería hipócrita decirte que no, pero no será ahora que hagamos el amor, será el día de nuestra boda, en nuestra luna de miel.

Reí estrepitosamente por lo dicho casarme con él, ni loco.

-estás demente ¡Jamás! ¡Jamás! Me casaré contigo, nunca, ¡Jamás!-

-ya entendí, ¿por qué tan a la defensiva?- preguntó con una sonrisa ladina.

-no seas idiota y ordena rápido para salir de aquí.

-voy a disfrutar de esta velada.

-bien por ti- dije tomando otra copa de vino.

-no bebas tan rápido nene- expresó tomando mi copa y yo ya estaba más que exasperado.

-Tom, no voy a darte mi virginidad, hagas lo que hagas.

-no es por eso, vamos, tú lo has dicho, podría buscar un chico virgen, sé que me la daría hasta gratis.

-entonces búscalo y déjame ir-

-ese no es el punto... Nene el punto es que esto lo hago por ti, todo de ti me gusta, tus labios, de la forma como ríes y lloras, de lo incondicional que eres, de ti y no de una maldita virginidad.

-es mentira- dije negando con la cabeza -no puedo creerte-

-sé que no lo harás, solo dame la oportunidad para demostrarlo.

-no, tuviste la oportunidad y me engañaste con la tal Heidi.

-en eso te equivocas, no te he engañado con nadie.

-no me creas estúpido, vi el mensaje por Dios Tom.

-no era ella.

-bueno, no era ella, era otra persona. Igual lo hiciste.

Tomó el teléfono y marcó al número de donde enviaron el mensaje, yo por mi lado solo me levanté para irme, de verdad quería hacerlo.

-Dios no tengo tiempo para esto.

-solo escucha- me dijo levantándose también, y quedamos en la mitad del pasillo.

-Hola mi vida, ¿ya estás con Bill?-

-hola madre, si estoy en la cena con él.

-¿entonces si acepto cenar contigo? Por favor tómate no cometas ningún error ok.

-tuve que insistir, pero lo logré y no cometeré ningún error madre, ya no puedo perderlo de nuevo, después te llamo bye.

-bye mi vida.

-¿ves? Créeme... dame la oportunidad por favor.

-no puedo... lo siento- Tomé mis cosas y quise irme, pero de nuevo hablo.

-Bill, te amo, me enamoré de ti, podría prometerte tantas cosas, pero solo te prometo una sola, no eres el primero en mi vida, eso lo sabemos, pero te prometo que serás el último y el único de ahora y para siempre, ¿Quieres cásate conmigo nene?-

Oh por dios él está hincado frente a mí, frente a todos pidiendo que me casara con él, era irreal, los demás comensales gritaba que lo aceptara repetidas veces, que no pude evitar reír, pero aún no decía nada, solo estaba como autómata allí de pie.

-mírame Bill Kaulitz, tú me conoces bien, mírame y dime si esto es una mentira, vamos, tú puedes ver a través de mí, dime si esto es un juego-

Las mujeres decían ohhhh muy largo y en total sincronización que era tan tierno, lo mire a los ojos era verdad podía ver a través de él y lo único que vi fue sinceridad aún seguía hincado allí, tomé sus manos y lo hice que se levantará, juntamos nuestros labios en un beso sincero y en frente de todos con la música de fondo, fue mágico.

~Realmente mágico~

-¿no me has contestado?- me pregunta en medio del beso y asiento repetidas veces, me abraza y se hunde en mi cuello, después de un largo tiempo donde hubo aplausos y hasta felicitaciones me coloca el anillo, era precioso, pero no muy llamativo él sabe que los lujos no son para mí.

-¿cenamos o nos vamos?- me pregunta

-bueno, quiero cenar, muero de hambre - nos reímos y por fin me siento relajado, la comida llega al fin con un extra de dos copas de vino para felicitarnos por nuestro compromiso. Las tomamos y brindamos.

París tiene algo mágico y ahora que estoy aquí posando para nuestra primera foto en pareja con la torre Eiffel de fondo, compruebo que es cierto. Caminamos con nuestras manos entrelazadas por todo el camino hasta llegar a mi hotel, subimos hasta la habitación y me siento en el borde de la cama, él se descalza y se quita todo quedando en bóxer, ni en París deja de exhibir su cuerpo, no pongo queja, extrañaba estos momentos con él, lo veo caminar hacia el baño y muchas preguntas surgen en mi cabeza.

-¿por qué tu madre mando ese mensaje?

-yo se lo pedí, no quería tomar tu virginidad así, mi madre me hizo dar cuenta que esa forma era detestable y más porque... porque estoy enamorado de ti nene, sé que hice todo mal, pero no sabía cómo salir de esa situación.

-¿podrías haber hablado conmigo?-

-era lo más lógico, pero yo soy un desastre y lo sabes, tomé la solución más complicada e hice que pasáramos unos meses de tortura, pero ahora somos los dos, siempre seremos los dos- expresó juntando nuestras frentes.

-vamos a dormir, mañana hay un vuelo que tomar.

-¿cómo te enteraste de que estaba en París?

-eh... bueno... Obligué a Geo a decirme, no quería hacerlo, pero lo tuve que amenazar con despedirlo de su trabajo.

Se levantó para ir al baño, cuando salió me dijo que ya tenía sueño, así que nos tumbamos a dormir, yo sobre su pecho escuchando su respiración que poco a poco se hacía pesada, hasta quedarnos profundamente dormidos.