Vierundzwanzig

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Mi último destino de mi viaje París la ciudad del amor y aunque es bellísima y fuera de lo normal, solo la veo como otra ciudad más, a la que visito en esta larga gira que Geo Andy y yo hacemos, porque si Geo y Andy lo han tomado como un viaje de luna de miel y yo siempre tengo que ver como se comen la boca sin descaro al frente de cualquiera persona.

Observo por mi ventana lo cerca que está la Torre Eiffel y pienso como sería caminar de la mano con el amor de tu vida, así que ese pensamiento me conduce a pensar en él y es que cada vez lo extraño más y lo amo más porque me enamoré de el cómo un tonto, sabiendo que todo esto iba a salir mal, Geo entra diciendo que tiene hambre y que bajemos a cenar, en la mañana tuve una agenda ocupadísima y mañana que era el último evento tenía que estar descansando.

-cenamos y cada uno para su habitación, bueno Andy y yo, jugaremos un rato.

Geo expresa con una sonrisa traviesa y Andy le corresponde, yo solo muestro mi cara de asco, es que no puedo ni imaginarme a esos dos haciendo cosas guarras.

Cuando al fin subimos y me meto a mi cama, otra vez el pensamiento de Tom se viene como un karma en mi cabeza, doy vueltas en esa cama, y decido ver un momento mi teléfono, encontrado el video del día del lago el mismo día en que me hizo sexo oral, cierro los ojos y lo veo de nuevo arrodillado frente a mí con mi miembro en su boca, sus labios hinchados de tanto chupármela, Dios no puedo evitar una erección que tomo con mi mano, me acaricio para darme placer, con una mano me masturbo y con la otra acaricio mi entrada, que está húmeda y ya me palpita no aguanto y meto un dedo lo saco y lo meto con la misma velocidad con la que me lo hizo a mí, su rostro está en mi mente, sus mejillas sonrosadas, su cabello enredado en mis dedos y uno que otro pegado a su cara por el sudor, cierro los ojos y creo sentir su respiración en mi cuello, mi corazón late con fuerza se quiere salir de su cavidad, las cosquillas en mi vientre hace que me corra en mi mano manchando la sábana, respiró entrecortado y trato de normalizar mi respiración, me hago bolita bajo la sábana y me quedo profundamente dormido.

La alarma suena estrepitosamente, doy varias vueltas para conseguir voluntad y por fin levantarme, lo consigo después de diez minutos, voy al baño a ducharme y cuando estoy listo tomo mi bolso y salgo a recepción, seguramente ya la parejita está esperando allá abajo y tengo razón al verme me dice que vamos tarde que me apure, salimos y subimos a nuestro autodesignado, pasamos tan cerca de la torre Eiffel que veo a las parejas caminando cerca tomados de las manos sin duda es un plan de enamorados, el evento es muy cerca así que el auto se detiene y bajo.

Veo a los invitados hacer fila para entrar, es como una recaudación de fondos para una obra benéfica, y yo estoy más que encantado con esta labor social.

Llegó mi turno de salir mi vestido es todo en negro, con unas enormes alas negras, botas, pantalón ajustado y mis rastras perfectamente peinadas, el aviso con mi nombre en los altavoces me pone más nervioso, pero respiro profundo y salgo, primero ...

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Llegó mi turno de salir mi vestido es todo en negro, con unas enormes alas negras, botas, pantalón ajustado y mis rastras perfectamente peinadas, el aviso con mi nombre en los altavoces me pone más nervioso, pero respiro profundo y salgo, primero posó un momento en la salida y cuando la música comienza caminó con paso decidido con mis manos en la cintura llego al frente de las cámaras y poso un rato, los flashes no cesan y sigo allí de pie retenido por los fotógrafos hasta que Marco me indica que continúe doy la vuelta y regreso por el otro extremo de la pasarela, giró para regresar y hacer el mismo recorrido y finalmente salgo. Mi corazón late y no sé por qué es la primera vez que me siento nervioso, las otras veces era normal, pero hoy se sentía diferente, talvez porque era mi última pasarela.

Se escucha decir que la continuación de la gala es una subasta, me asombro porque Geo no me había dicho nada de esto, pero como es para la beneficencia, no me incomoda... salgo de nuevo y me sitio en mi puesto hay varios chicos y yo soy el último, uno a uno lo van subastando hasta llegar a mí, conmigo doblan la oferta diciendo que hay un comprador, me asombro cuando veo que es Andrew Biersack, pero otro invitado oferta más hay una lucha entre ellos y cuando están apuntó de cerrar mi subasta a favor de Andrew, aparece él detrás de la multitud levanta su tarjeta mostrando un precio, Biersack oferta también, la tensión se crea de nuevo entre ellos y mis pies flaquean, lo observo desde mi lugar y sube su tarjeta triplicando la oferta, Biersack muestra una mueca de desagrado, pero se retira, haciendo que Marco cierre la subasta mis ojos no los despegó de él y es que tiene una maldita pero seductora sonrisa en sus labios.

Me acercó a Marco que está ultimando detalles y le hablo.

-¿es necesario hacer esto?- preguntó nervioso.

-sí, estaba en el contrato que firmaste, era una cláusula para la obra benéfica, ¿cuál es el problema?-

-eh... bueno es que lo conozco y no es que nos llevemos bien.

-oh lo lamento.

-¿puede algún chico cambiar conmigo?

-si el ofertante está de acuerdo, no le veo el problema.

-¿sucede algo? Tenemos que irnos- Tom aparece a mi lado perfectamente vestido y su perfume Dios como extrañaba ese olor.

-Bill quiere cambiar por otro chico, si usted está de acuerdo podemos hacer el cambio.

-No... yo oferté para cenar con él y con él lo haré.

-no me puedes obligar.

-firmaste un contrato como yo lo hice.

-¿cómo sabías de esto primero que todo, y que quieres de mí?-

-por el momento solo quiero irme al restaurante, ya el auto nos espera.

-por favor, ayúdame- le suplico a Marco una vez más.

-lo siento Bill, no lo veas como algo negativo, verás que sacas algo bueno de todo esto.

-lo dudo Marco.

-ya vamos se hace tardé-

Me dice colocando su mano en mi cintura y la apartó de un manotazo, se ríe bajito y llegamos al umbral de la puerta allí veo a Geo y Andy con mis cosas, me las dan entre risas, entonces comprendo como se enteró Tom de esta subasta, los acuso con la mirada, pero a ellos le vale un pepino solo dan vuelta y se suben a su auto suspiro y trato de calmarme solo voy al bendito restaurante ordenó lo más ligero y me largo de allí, con eso en mente me subo al auto, Tom cierra la puerta por mí y lo rodea para subirse él.

No hablo, no digo nada, solo tecleo el teléfono en una App cualquiera no me interesa escribir nada, solo quiero parecer que estoy concentrado en algo más.

-Deja el teléfono, por favor.

-¿por qué? No me interesa hacer más nada, solo quiero teclear.

-¿con quién lo haces?-

-no te importa

-si me importa, es con el estúpido de Biersack.

-talvez-

-dame el teléfono- Tom intenta quitármelo pero soy más ágil y lo oprimo contra mi pecho.

-¿estás loco? Claro que no-

-entonces guárdalo-

-no quiero-

-dame acá- el muy tonto me lo rapa de la mano y lo tira abajo de su asiento.

-¿eres tonto o qué? Dame el teléfono, Tom.

-no, hasta que termine la cena.

-una cena en la que me obligaste a venir.

-olvidas el contrato, aún no pago por la subasta, no crees que los necesitados merecen ese dinero.

-¿me chantajeas?-

-tal vez... compórtate y sé bueno.

-solo lo hago por la obra benéfica, entendido.

-entendido.

El auto se detuvo, me bajé antes que hiciera el numerito de abrirme la puerta y entre al restaurante con pasos rápidos.

𝑻𝒓𝒆𝒔 𝑪𝒐𝒔𝒂𝒔 𝑻𝒆 𝑷𝒊𝒅𝒐  [TwcNr]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora