Epílogo

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Narrador...

Cinco años

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Cinco años.

-¿Seguro que nadie vendrá?-

-no... ¿Ya estás listo?-

-Bill, no estoy seguro.

-¿por qué?-

-esto es extraño.

-no lo es.

-pero...

-Tommy me lo debes.

-sé que te lo debo por estropearlo hace diez años, pero me siento expuesto.

-te verás hermoso, ven sal de allí, tu panterita te espera- canturreaba Bill desde la cama.

-no me tientes Nene.

-no lo hago, dulce conejito... no quieres ver como luzco, de negro, con medias negras, orejitas y trasero desnudo.

-Nene detente-

-Tommy sal.

-de acuerdo, pero no te burles.

-jamás lo haría.

Tom salió de baño donde estaba metido con un disfraz de conejo, el mismo que Geo le había dado en su matrimonio y que no lo habían podido estrenar, Bill se removió de la cama, estaba esperándolo desde hace mucho, y al verlo solo sintió como su erección crecía más si es que se podía.

Hacía muchas semanas que no tenían tiempo para estar los dos solos los gemelos con siete años de edad requería tiempo y atenciones, más la gira de regreso que la agencia estaba planeando, Bill se debatía entre las dos cosas, y pensando que el nuevamente pelinegro era un tipo de Dios Tom le pidió o le rogó para qué adoptarán a otra pequeña bebe, Bill aceptó apenas la conoció su pelaje rojo le llamo la atención aparte de que se parecía mucho a su fallecida madre por esa razón su nombre era Charlotte y con apenas unos meses se la entregaron sin complicaciones, haciendo que el greñudo fuera el hombre más feliz claro aparte de sus celosos hermanos mayores.

Tom subió a gatas hasta quedar encima de su esposo, el disfraz de Bill era una pantera exceptuando de que solo tenía orejas y unas mallas negras, por allí empezó el greñudo tomó una pierna y deslizo suavemente las medias hasta quitarla, besó sus dedos y los chupo uno por uno, hizo lo mismo con la otra pierna, con esta duro más tiempo en chupar los dedos bajo por el muslo con chupones y lamidas hasta llegar a la semi tanga transparente y que no dejaba nada a la imaginación, sobre esta paso su boca y subió por el abdomen y pecho, donde se detuvo a chupar y lamer sus pezones siguió hasta el cuello y como vampiro se pegó a él a succionar su piel y a dejar una enorme marca roja, tendrá mucho trabajo Andy al día siguiente.

Sonrió porque se sentía que aunque pasaba los años, su esposo siempre lo marcaba y lo reclamaba como suyo, pero Tom detuvo sus mordidas, haciendo bufar al pelinegro.

𝑻𝒓𝒆𝒔 𝑪𝒐𝒔𝒂𝒔 𝑻𝒆 𝑷𝒊𝒅𝒐  [TwcNr]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora