Capitulo XXX "Aquel accidente"

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Rosé se encontraba en la mansión de Lisa, en su habitación para ser más específicos

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Rosé se encontraba en la mansión de Lisa, en su habitación para ser más específicos.

Estaba sentada en la una silla que iba a juego con una mesa de té que Lisa había mandado a comprar para Rosé, esta bebía de su té en una taza de porcelana rosa, la dejaba en su porta taza del mismo color mientras comía un macaroon que habían preparado para ella. Miraba a través de su ventana, escuchaba como la suave brisa movía las ramas de los árboles; a pesar de los lujos a los que poco a poco ella bien podría acostumbrarse aún extrañaba ser libre, ir de fiesta con sus amigos, ir a su trabajo, salir de comprar a tiendas normales para gente no tan ostentosa como la que de un tiempo para acá veía.

— Señorita Rosseane —dijo la ama de llaves tocando suavemente la puerta de su habitación, Rosé giró levemente su cabeza para mirarla— La señorita Lisa ha despertado y desea que la acompañe a desayunar —ayer Lisa llegó demasiado tarde de su viaje y cuando estuvo en casa simplemente fue directamente a descansar, ni siquiera fue a saludarla, quizá porque Rosé ya estaba dormida y no quería despertarla. Incluso ya era casi las tres de la tarde y Lisa apenas iba despertando, si que fue pesado.

— Dile que en un momento bajo, muchas gracias —la ama de llaves asintió y cerró su habitación.

Rosé se levantó dejando su té y macaroons en su mesita, se dispuso a ir a dónde Lisa.

Lisa se encontraba en el comedor desayunando.

— ¿Apenas desayunando? —la rubia miró a la peli corta y soltó una risa, esa risa que tanto le gustaba a Lisa, Lisa se levantó y le dió un tierno beso en la frente, le ofreció sentarse abriéndole el asiento que se encontraba a un lado de ella, Rosé aceptó y se sentó con ella.

— Perdón por no avisar que llegué, ya era tarde y solo quería descansar

— No te preocupes, lo entiendo —sonrió

— ¿Ya comiste?

— De echo estaba en mi hora del té, muy relajante por cierto

— ¿Pediste que te hicieran macaroons? —Rosé asintió— Saben riquísimos con té y no es por presumir pero el chef los prepara deliciosos, no hace falta viajar a Francia para probarlos —ambas sonrieron—

— Nunca he ido a Francia, ¿y tú? —preguntó Rosé mientras miraba cómo Lisa cortaba un trozo de su avocado toast y se lo llevaba a la boca— un par de veces fuí, es muy lindo pero en la torre eiffel siempre  hay demasiada gente y eso puede ser tedioso

— Aún así, siento que es una experiencia grata —Lisa miró a Rosé mientras acariciaba su mejilla

— Te llevaré a conocer diferentes lugares, Italia, Egipto, Grecia o si quieres Portugal, a cualquier lugar que quieras iremos

— ¿Y de que manera si estas en constante peligro? —cuestionó la rubia, Lisa quitó la mano de la mejilla de la contraria y agachó la mirada para que en segundos después volviera a verla

— Se que puede ser algo tedioso o incluso incomodo el tener que salvaguardarte de todo encerrándote aquí o cuando las veces que salimos tenemos que llevar muchísima seguridad. Eso al principio me pasaba pero no lo entendía y ahora lo comprendo, a mi me pueden hacer lo que sea pero si te hacen algo a ti yo me muero, eres lo más importante que tengo es por ello que te cuido tanto, pero también quiero que puedas gozar de los lujos que te ofrezco —Lisa tomó de las manos a Rosé— déjame tratarte como la reina que eres y cuidarte como tal.

Ambas se miraron dulcemente y se unieron en un tierno beso. Aunque la moral de Rosé le recordaba a cada momento quien es Lisa, su corazón latía cada vez más rápido cuando estaba con ella, ambas se estaban enamorando profundamente de la otra.

[ . . . ]

Los oficiales Jaebum y Hyunjin estaban de nueva cuenta en aquella bodega que habían decomisado, ya habían varios muebles y demás cubiertos por plástico, incluso ellos tuvieron que entrar con tapabocas y guantes para no alterar nada, para que a futuro en dado caso algo de ahí pudiera servir para futuras investigaciones.

— ¿Porque decidiste volver aquí? —preguntó Hyunjin

— Por pistas, algo que nos de indicios de quién es esto —contestó Jaebum

Al poco rato se dieron cuenta de que varias cosas no estaban, como algunas cajas o incluso pinturas

— ¿Diste la orden de que más policías de investigación vinieran a recoger cosas? —cuestionó HyunJin

— Claro que no, incluso si alguien llegó aquí me tenían que avisar —Jaebum suspiró agobiado, temia de que alguien pudiera haber robado información valiosa, justo cuando estaba por maldecir se dió cuenta de que en una mesita había una pequeña caja de madera, un folder y un sobre, ambos policías se miraron

—Eso antes no estaba ahí, no recuerdo haber visto un carta, si fuera así los agentes se la hubieran llevado —dijo Hyunjin, ambos policías se acercaron a la mesa.

Jaebum tomó en sus manos la caja, quitándole delicadamente la tapa logrando ver un relicario, sacó cuidadosamente el relicario y lo abrió, mirando la foto que contenía, era un hombre junto a lo que se podía deducir era su esposa e hijas, una niña que no pasaba los cinco años y una bebé, los rostros de los señores le resultaba familiar.

Hyunjin mientras tanto abrió el sobre, en su contenido había una carta que decía lo siguiente:

"Dulce y tierna familia de conejos, todos perecieron en aquel inafortunado día. Sin embargo dos aún se esconden en su madriguera, en la distancia o cercanía la sangre los llamaría. Abre bien tus ojos, pronto nos veremos, el destino no es el que perdemos."

Ambos policías se miraron, sin más abrieron el folder, eran periodos que contenían recortes de noticas, todas señalando una en común. La muerte de la familia Manoban.

Con más razón a Jae se le hacían tan familiar los rostros, eran los señores Manoban en una etapa más joven. Los Manoban era un imperio criminal que había crecido bastante rápido, propagando el caos en Seúl y en distintas regiones del país, se decía que tenían varios convenios con distintos criminales al rededor del mundo, sin duda alguna un imperio fuerte que acabó todo en un accidente automovilístico, el cual después se investigó que fue culpa de alguna banda enemiga, ya que se notaron varias irregularidades en el coche que no conocían en un accidente común.

Se dijo que todos los del accidente murieron, nunca se dijo el número de sus acompañantes y ahora sabe que en ese "accidente" iban ellos y sus hijas, quisieron guardar la apariencia de sus hijas aún manteniéndolas en él anonimato.

Todo esto fue un golpe a las investigaciones de los dos oficiales, ahora saben que dos de la familia Manoban está con vida y no pararan hasta saber quién es, ya que es probable que esa persona siga con el imperio de miedo que los antecesores habían sembrado en el país.

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In My Mind | ChaelisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora