In My Mind | Chaelisa

Capítulo II "Lalisa Manoban"

Lalisa Manoban

Yo nunca pedí que mi destino fuera así, nunca pedí ser la "villana", sin embargo poco a poco me fui acostumbrando a está terrible vida.

De pequeña era feliz con mis padres y mi hermanita pequeña.

Con tan solo catorce años de edad descubrí que mi familia no era lo que aparentaba, una familia unida y linda, casi perfecta.

Ellos vendían droga y la mandaban a otros países, tenían negocios con otros líderes, mataban personas sin piedad alguna, vendían a muchachas inocentes o las prostituían y cuando ya no les servían, las mataban.

Me enteré de ese obscuro secreto de la peor manera.

Flashback

— ¡Hermanita! - Dijo una niña de tez blanca, cabello castaño y ojos miel, ella era mi hermana menor

— Hola enana - Dejé mi libro de un lado para abrazarla

— ¿Jugamos a la fiesta de té? - Una tierna sonrisa apareció en su rostro, reí leve

— Está bien, pero primero iré por unas cosas, no tardo

— Te espero en el patio - Salió corriendo de la habitación

[...]

Salí en dirección a el sótano, ya que ahí había unos tapetes para jugar en el patio.

Pero estaba obscuro, el ambiente se sentía pesado, me mareaba con solo entrar.

Bajaba las escaleras y pude ver a mis padres y sus escoltas detrás de ellos, tenían de rodillas a dos muchas realmente lindas, pero estaban despeinadas, su piel pálida tenía rasguños, en todas las partes visibles de su cuerpo se apreciaban moretones y golpes, en sus rostros se reflejaba su preocupación y tristeza.

— ¿¡Qué carajos pasa por sus cabezas?! - Preguntó mi papá, su tono era grave y hacía que la piel se estremecierá

— N-No nos haga nada... - Dijo una de las chicas aparentemente la mayor, apenas y podía hablar

— ¿¡Son estúpidas?!, Ese era nuestro mejor cliente, ustedes son nuestra propiedad, ustedes obedecen nuestras órdenes y nosotros no dimos la orden de que escaparán ¿O si? - Le siguió mi mamá dándole una fuerte bofetada a la chica

— N-No nos maten...

— Saben las reglas de este juego, ustedes querían dinero fácilmente, ¿no? -mi padre recargó aquella arma - Y ustedes rompieron una regla

— Porfavor...

Sin más demoras mi papá disparó. La bala atravesó su frente dejándola muerta instantáneamente, cayó de espaldas haciendo un charco de sangre, la otra chica gritaba, no podía creer lo que estaba viendo.

La chica que era aparentemente la menor lloraba y gritaba, mi mamá puso la pistola en su pecho y disparó, dejándola caer y haciendo otro gran charco de sangre, la sangre de ambas chicas se mezclaban, era aterrador ver ese acto.

— No quiero que nos incluyan en esto -aquel hombre al que algún día le tuve respeto guardó su pistola en su estuche- Suficiente tenemos con perder a un cliente, deja sus cuerpos en algún barranco

— Si señor

No debía quedarme callada, así que salí de dónde estaba escondida

— ¿Así que este era su secreto? -mis padres me miraron sorprendidos

— Princesa...-mi papá se acercó

— ¡Aléjate de mi! -dije asustada

— Hijita -mi madre apareció atrás de mi y colocó sus manos en mis hombros- No queríamos que te enterarás de esta manera

— ¡Son unos monstruos!

- Deja de comportarte como una niña boba -aquel señor me miró, su semblante y su tono de voz había cambiado considerablemente, más serio y sombrío- Quieras o no te harás cargo de este negocio

— ¡Va en contra de mis sueños! -dije con algo de lágrimas en mis ojos

— Hijita, ser bailarina no te dejará nada de riquezas -mi padre soltó una risita burlona

— ¡Ser una criminal tampoco! -mi madre seguía sosteniendome por los hombros

— Te dejará riquezas y respeto, mucho respeto

— Serás la siguiente criminal más poderosa de toda Asia, así que deja de llorar

Me llevaron hasta el piso de arriba agarrándome fuertemente de mis muñecas, lágrimas caían de mis ojos al esperar el futuro aterrador.

Fin del Flashback

Y vaya que me entrenaron bastante bien. Tres años después de aquél suceso ya era capaz de manejar pistolas con calibres fuertes, algo en mi se había muerto al igual que mis sueños y una esperanza de una vida normal.

A mis padres los mataron, dejándome a mí a la edad de 19 años al cargo de ese negocio, por la seguridad de mi hermana, ella se fue a vivir con mi tía a Japón, ella estará a salvo.

Ahora, con 23 años soy una criminal, como mis padres lo hubieran querido, pero estoy vacía, rota, sin sentimientos, todo se fue con los malditos recuerdos de mis padres. Recordaba cada suceso mientras veía por la gran ventana de mi oficina, dentro de la mansión en donde vivía y eventualmente trabajaba.

— Lisa...-tocó la puerta mi socio y mi mejor amigo Kim Namjoon

— ¿Si...?

— El paquete acaba de llegar

Suspiré y de un pequeño cajón saqué una pistola, la guardé en mi estuche que estaba a un costado de mi pantalón.

— Vamos -salí de la oficina y Namjoon cerró la puerta detrás suya