Evangeline Rosier, como un ángel, tal como su nombre.
¿Como alguien así puede volverse la debilidad de los chicos más agresivos de Hogwarts?
Fácil, son mejores amigos desde que nacieron y se enamoraron de ella apenas tuvieron uso de razón.
"Take a p...
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Era probablemente un miércoles, o un jueves, ciertamente Evangeline no lo sabía.
Lo que sí sabía eran dos cosas, que se veía increíble y que no recordaba mucho de lo que había sucedido el día anterior pero sí que se la pasó increíble.
Eva era bastante popular, eso lo saben todos así que claramente el equipo de quidditch de Hufflepuff la invitó a su fiesta de victoria por ganarle a Gryffindor y ella en su necesidad de usar un lindo vestido y presumirlo pues claramente fue.
En secreto, sola, sabía que si le decía a sus amigos lo más probable era que quisieran acompañarla.
Cosa que no le molestaría cualquier otro día pero especialmente ese día quería aclarar su mente, sola.
Hola Eva-escucho como la saludaban apenas entro a la sala común con olor dudoso a hierbas y otras cosas y sonrió inmediatamente. Le recordaba a su hogar.
Lo curioso era que a pesar de devolver los saludos ella no creía conocer a ninguna de esas personas, a una que otra de vista pero a nadie especialmente.
Luego de un poco de whisky de fuego que la tenía levemente mareada decidió ir a bailar.
Le dolían un poco los pies por los tacones pero hay que sacrificar la comodidad por el estilo. Ese era su lema.
Sintió como alguien la tomaba por la cintura para bailar y al inicio se le hizo bastante normal pues era un baile pero apenas el chico comenzó a sobrepasarse se asusto levemente a pesar de no querer demostrarlo.
No te preocupes linda, no muerdo-al voltear vio a un Ravenclaw al que jamás había visto antes pero se le hizo guapo y estaba segura de que algo leve no lastimaría a nadie.
Curioso, yo si-sonrió de lado al ver la sonrisa de sorpresa del adolescente y bailó con el por horas hasta que de algún modo terminaron en los pasillos de las habitaciones-¿si sabes que no te acostarás conmigo?-pregunto con diversión encendiendo su cigarrillo apoyada en la pared, en la pared de al frente de encontraba el en la misma posición.
Así que a la princesita de Slytherin le gusta el humo, nunca lo hubiera esperado-sin contestar la pregunta hablo con una sonrisa y se la quedo viendo-¿puedo?-la castaña entendió inmediatamente y le intento entregar el objeto humeante-nah, ¿porque no me das el humo con tu boca, linda?-no sabía que era pero algo en ella le decía que lo hiciera, aunque estaba mal. Tal vez la píldora para relajarse que tomaba cada hora.
