Día 22 - Vacaciones

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Si pudieras hacer algo distinto, ¿qué es lo que harías? Si pudieras regresar a los días del pasado, ¿a dónde regresarías? ¿tu niñez? ¿tu adolescencia? ¿A tu juventud? ¿Qué momento buscarías rememorar en tu corazón?

Si me lo preguntas a mí, sería París, seríamos nosotros 2, sería tu sonrisa brillando más que las luces en el río Sena, sería el sonido de tu risa sincera, sería el calor de su mano mientras mirábamos la torre Eiffel aquella noche... Sé que no hicimos nada trascendente en esos días, nada que no se haga en cualquier tipo de vacaciones, entonces ¿porque quedaron tan marcadas en mí esas noches?

Claro que nos tomamos fotos, claro que nos reímos con los demás e hicimos un montón de tonterías... pero... ¿Fui solo yo quien amo tus silencios? ¿Fui solo yo quien disfrutó de escucharte susurrar aquella melodía? ¿Fui solo yo quien sintió que se moriría de amor aquel día en que nos besamos en la oscuridad de la noche?

Debió serlo, ¿cierto? Debió serlo porque de otra forma no entendería por qué nunca pudimos luchar por esto, por qué todo fue más importante en nuestras vidas que sentirnos nuevamente, que compartir sonrisas y risas mientras buscábamos cubrirnos del sol en los campos Elíseos.

Me convenzo todos los días y todas las noches con ello, que no fue tan importante, que no fue nada especial, que no lloré cuando tuvimos que irnos de aquel lugar.

Porque lo intuía, ¿sabes? Porque sabía que al volver a casa todo eso terminaría... las sonrisas cómplices, las miradas fascinadas, el contacto de nuestras manos en todo momento... sabía que lejos de ahí, volverían a tu cabeza todas y cada una de las banalidades que te abruman en el día a día.

Las personas, las miradas, las palabras mal intencionadas, sabía que te perdería...

Aun cuando lo intenté, aun cuando guardé en mi corazón la promesa de que volveríamos, la promesa de que aquel beso, de que aquellas caricias eran algo más el calor del momento, que el vino de la cena...

Debes de pensar que estoy loco, recordando aquellas vacaciones nunca planeadas entre nosotros, hace tantos años atrás.

Y probablemente este loco, ¿sabes? Porque sin importar la fama que ahora tengo, el dinero, los espectaculares por toda la ciudad, las portadas de tantas revistas... aun te extraño, aun preferiría tu compañía, aun elegiría sin dudarlo aquel pan con queso que compartimos luego de quedarnos sin dinero más que para volver al hotel.

Debo de estar loco porque aun a pesar de que tus palabras fueron solo la promesa de un hombre entrando en sus 20, aun no pudo dejarlas ir, aún las tengo celosamente guardadas en mi corazón, junto al amor que te tengo, junto a mi amor por ti que nunca pudo morir, que mantiene mi corazón apenas palpitando en mis días más oscuros, y que es capaz de nublar incluso aquellos días en que la vida me sonríe, en que puedo dejar de extrañar tu amplia sonrisa que era capaz de desaparecer incluso tus hermosos ojos.

¿Cuándo me dejarás morir por completo? ¿Cuándo dejarás de mandar un mensaje sin sentido luego de meses solo para recordarme que existes? Hermoso, fugaz y perfecto, como siempre. Viviendo esa vida que siempre buscaste, los reflectores, los aplausos, las ovaciones, y no te juzgo por desearlo, años de esfuerzo, de vivir y respirar solo para ello, te hace merecer eso y mucho más, no, no te juzgo, juzgo al mundo, juzgo a la vida que nos quitó la posibilidad de estar juntos a cambio de tu sueño.

En esta noche oscura, en este momento en que el dolor me ciega y la angustia me impide respirar, ¿sería posible que solo por hoy, solo por este momento, solo un segundo de tu valiosa y lujosa vida pudieras decirme que esa noche, sentiste lo mismo que yo?, jamás pude retomar mi vida, jamás dejé de ser ese joven de 22 años, jamás pude irme de ese momento, anhelando año tras año que volvieras a mí, que volviéramos a París, a nuestra libertad, a nosotros... Dios, debo de estar delirando, hablando de algo que nunca existió, hablando de un amor de otoño, del amor del joven fui aún cuando ya hayan pasado 15 años de ello...

El teléfono suena y tu nombre vibra en la pantalla, es agridulce leerlo, anhelo escuchar tu voz, pero me temo que hacerlo hará que por fin confiese mis sentimientos, que por fin termine de darme el tiro de gracia y te pierda de forma definitiva. No insistes mucho, tal vez por la hora, tal vez porque como siempre, no fui lo suficientemente importante para ti.

El teléfono suena nuevamente, una notificación se anuncia en este momento, la tortura auto-impuesta que me comunica cada que hay una noticia relacionada con tu nombre, las migajas con las que alimento este patético amor por ti.

En este momento en que apenas y puedo respirar ¿qué importa un poco más de dolor?, ¿qué importar ver tu nombre nuevamente relacionado a una mujer más?, ¿Qué importa ver fotos tuyas sonriendo con alguien más que nunca seré yo?, pero entonces el ruido en mi cabeza cesa cuando leo que es tu retiro de los medios lo que se anuncia, mientras la pantalla se llena de noticias sobre el mismo tema.

Ahora no solo es el ruido en mi cabeza el que cesa, la respiración se detiene completamente en mis pulmones cuando un mensaje de texto directamente de tuyo hace la pregunta: "¿Podemos vernos?"

Hyunlix - Inktober 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora