La primera vez que lo escuchó pensó que se había confundido. Felix lucía completamente dormido a su lado, por lo que ese tipo de sonido no tenía sentido.
La segunda vez al día siguiente, consideró que el sonido venía de otra habitación.
La tercera ocasión que lo percibió se acercó lentamente a su espalda y aunque estuvo cerca el tiempo suficiente para poder percibir el aroma de su cabello, no escucho nada de nuevo.
La cuarta, no pudo negar lo que oía, no cuando esta vez el sonido no fue emitido solo una vez, sino un par de veces más.
Era un sonido que comenzaba como quejido bajo pero que conforme se extendía terminaba como un gemido largo y profundo.
De más esta decir que escucharlo generó varias reacciones en él, un par de ellas no quiso atender en ese momento por lo que implicaba para él, enfocándose solo en la sorpresa.
Le impacto pensar que el más joven se estaba tocando bajo las sábanas aún cuando estaban compartiendo la cama. No obstante, la sorpresa se transformo en completa confusión cuando estuvo plenamente seguro de que Felix estaba genuinamente dormido.
Si era cierto... ¿entonces que diablos era lo que estaba soñando?
Conforme pasaban los días, parecía que Felix se sentía más en confianza con él, al grado de que algunas noches en lugar de permanecer inmóvil, su cuerpo se rotaba y podía ver su perfil o incluso verlo de frente, cuando estaba sobre su costado. De igual forma aquel sonido que escapaba de su garganta y moría en sus labios cerrados era ya innegable.
En varias ocasiones, se quedo dormido mirando su rostro tranquilo imaginando que cosas podría soñar alguien como el pequeño australiano para tenerlo haciendo ese tipo de sonidos cada noche.
Nunca menciono nada durante el día ni cuando estaban solos acomodando sus cosas antes de dormir, el rubio se veía muy cómodo con él y hablarlo implicaría un bache en su amistad que poco a poco iba creciendo en las salas de prácticas.
Probablemente eso fue un error de su parte ya que ante la confianza que crecía y la cercanía que iban desarrollando, un día el sonido de Felix gimiendo a su oído lo despertó por completo. Obviamente estaba dormido, sin embargo, se había abrazado a su cuerpo como lo hacía durante el día solo que ahora se sumaba a la cercanía esos sonidos sugerentes, y su respiración caliente en su cuello definitivamente no era lo que podía definirse como una noche normal para Hyunjin.
Como pudo, esa ocasión se escapó de sus brazos y alejó lo más posible su sensible oreja del rubio.
¿Quién hubiera creído que ese pequeño australiano no era nada más que un koala? ¡Definitivamente debían cambiar su skzoo! Felix se abrazaba a él todas las noches con brazos y piernas como si fuera la única tabla en medio del mar, es más, ese tampoco era el problema, su cuerpo cálido se sentía muy bien cerca del suyo, y el aroma de este parecía un relajante natural a su alcance, no obstante esos sonidos... hacían que Hyunjin quisiera poner sus manos en lugares poco apropiados para un par de amigos, ni que decir de sus labios, que había mordido ya tantas veces buscando aminorar sus deseos que Bangchan había hablado con él, preocupado de que el estrés lo estuviera consumiendo.
El día que Felix le pregunto que era lo que le pasaba, lo primero que le vino a la mente fue tomarlo de los hombros y sacudirlo gritándole al mismo tiempo "¡Eres tú y tus calientes sonidos!", en lugar de eso se mordió la lengua y simplemente negó con la cabeza.
Y bueno, él es humano, era imposible que permaneciera eternamente inmune a toda esa tortura, por lo que no se sintió ni un poco culpable cuando sus brazos rodearon la delgada cintura una de las tantas noches, ni cuando sus manos acariciaron la espalda del pequeño un poco más abajo, o cuando recorrió con cuidado los firmes muslos que se aferraban a su cadera ofreciéndose para ser tocados.
Pero si ya tenía todo eso... ¿cómo es que esos tentadores labios en forma de corazón seguían sin ser suyos...?
Demasiadas noches enredado en ese delicioso cuerpo, ¿no le darían a cualquiera más confianza de que compartirían cualquier par de amigos...?
De frente y con el inocente rostro de Felix tan expuesto, le pareció fácil acercar sus dedos a los labios rosas, Dios... que suaves eran... deslizo su índice ligeramente hacía abajo, buscando abrir estos, lo cual no pareció muy buena idea cuando esos gemidos que siempre morían dentro de los labios del menor ahora escapaban con una deliciosa y tortuosa claridad para sus sensibles oídos.
Un escalofrío recorrió su cuerpo con violencia, verdaderamente esos sonidos eran obscenos, aun así volvió abrir esos labios necesitando volver a escucharlo. Esta vez el movimiento hizo que un adormilado Felix abriera los ojos solo para darle una provocativa visión de sus iris vidriosos junto a esos labios rojos abiertos que exhalaron un suspiro suave, rompiendo así con todo su autocontrol.
No beso esos pequeños labios, o no, los asalto en forma, estaba dispuesto a encontrar en ellos la estabilidad que por noches el menor le había robado. Que la sorpresa hiciera que el rubio abriera la boca lo sintió más como una nueva provocación que lo retaba a ver que tan lejos iría al explorar esa tentadora cavidad
Conoció cada rincón de esa boca por largos minutos, dándole apenas tiempo para recuperar la respiración y que no se desmayara, de otra forma no podría seguir castigando a ese provocativo australiano entre sus brazos, quien ahora se aferraba a él tan desesperadamente emitiendo gemidos mucho más audibles y obscenos que solo lo hacían desear ir más allá.
Estaban demasiado excitados como para intentar coordinar sus manos con lo que les pedía el cuerpo, lo más que lograron fue quedar en ropa interior, mientras se rozaban sin piedad entre ellos, buscando alivió al calor que les quemaba el cuerpo entero.
Aún así, en medio de aquel infierno, Hyunjin no pudo evitar gruñirle al oído más de una vez que ni siquiera la persona en sus sueños lograba hacerlo gemir como lo hacía él ese momento.
No supieron como es que llegaron juntos al orgasmo, para ese momento ellos no eran más que enredo de piernas y brazos, de manos sujetando con fuerza, de dientes mordiendo la piel ajena, de sudor y aunque ellos no lo supieran, de un montón de anhelo enterrado bajo las interacciones de su día a día.
Satisfechos, durmieron en brazos del otro, y cuando por la mañana entre besos, Felix preguntó la causa de aquel arranque de pasión, apenado recordó que ante el cambio tan repentino que habían tenido de habitación nunca le había dicho a Hyunjin ese pequeño secreto suyo que tanta vergüenza le daba.
Desde siempre Felix había vivido con cierto grado de tensión en él, primero habían sido las competencias de Taekwondo y ahora las practicas y presentaciones del grupo, por lo que su cuerpo no sabía relajarse con facilidad, es por eso que cuando estaba completamente dormido, se aflojaba lo suficiente para soltar sus músculos en su totalidad, razón por la que inconscientemente hacía ese tipo de sonidos durante su inconsciencia.
Ambos se disculparon profundamente, uno por interrumpir su sueño por semanas, el otro por haber mal interpretado las cosas y haber llegado a ese extremo, sin embargo, aún bajo las sonrisas tímidas que compartieron, ambos sabían que no se arrepentían en lo absoluto del placentero malentendido.
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Hyunlix - Inktober 2023
Fiksi Penggemar31 historias independientes del Hyunlix para participar en el Inktober 2023