Día 11 - Dormir (Secuela de Petición)

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Había sido tan amarga la tarde para ambos, que pensar en separarse en ese momento parecía algo inconcebible, a pesar de eso no sabían cómo decir lo que deseaban.

- ¿Quieres ver una película? – preguntó Hyunjin.

- ¿Quieres pedir algo de cenar? – indagó Felix a su vez.

Propusieron al mismo tiempo, sintiéndose apenados por la coincidencia, pero con el pecho cálido al saber que el otro también deseaba la compañía ajena.

- ¿Por qué no pedimos algo de cenar y vemos una película mientras? – ofreció Felix sintiendo sus mejillas arder sin poder detenerlo, al igual que su radiante sonrisa.

- Suena bien – dijo Hyunjin sonriendo de igual forma al verlo – ¿Qué te gustaría cenar?

- Lo que pidas está bien – cedió el rubio, sintiéndose repentinamente nervioso de saber que Hyunjin estaría en su espacio.

- Veamos el menú – negoció el mayor, entrando sin pedir permiso hacía el área de la cama, haciendo chillar a Felix ante la sorpresa. - ¡¿Qué?! – grito en respuesta mirando hacía a todas partes ante tal exclamación.

- ¡No lo veas! – gritó y se fue corriendo al lecho, tapando el montón de ropa desordenada que había dejado regada en esta ante la indecisión que había tenido por la mañana al desear lucir agradable a los ojos de su hyung.

Hyunjin comenzó a reírse al darse cuenta de cual era el problema.

- ¡¡Yongbok!! ¡¿Qué es todo esto?! – preguntó de manera exagerada, acercándose a la cama y tomando una de las camisas para mirarla.

- ¡No lo veas! – gritó de nuevo apenado, arrastrándose sobre la cama hacía él para quitársela sin mucho éxito.

- ¡¿Como es posible que nuestro Bokkie tenga su habitación de esta forma?! – canturreó el mayor tomando otra prenda.

- ¡Jinnie! ¡Basta! – pidió muerto de la vergüenza, optando por jalar su mano, haciendo que cayera con él en la mullida superficie.

- ¿Quién podría dormir en una cama como esta? Seguro Lixie pensaba dormir en el piso – molesto, buscando seguir tomando las prendas para lanzarlas al aire.

Esperando detenerlo, Felix se arrastró sobre él para abrazarlo y de esa manera inmovilizarlo.

Aun cuando lo consiguió Hyunjin logró tomar una prenda más y lanzarla al techo de la habitación para que horrorizados, ambos vieran al abrirse esta que eran unos boxer del rubio. En cuanto cayó sobre sus cuerpos, Felix los tomó en su mano y los metió debajo de las sábanas, deseando el mismo poder meterse ahí mismo y no tener que salir nunca más.

Apenado, pero sabiendo que el menor lo estaría más, se sentó sobre la cama

- Cierto, el menú – dijo, ya que realmente ese era su objetivo inicial, poniéndose de pie para ir por a la cajonera donde estaba – ¿Quieres algo ligero? ¿Salado?


- Algo salado está bien – respondió el australiano que se había puesto de pie también y ahora doblaba apresuradamente la ropa para meterla en la maleta.

- Tienen hamburguesas, pizza, pastas, Lachaña... - dijo y volvió a leer, algo inseguro de su pronunciación - la-lachana... ¿lachaña? ¡Lachana!

Felix agradeció estar de espaldas a Hyunjin en ese momento, de otra manera no habría podido ocultar su sonrisa ante sus adorables intentos de pronunciar adecuadamente.

- Pizza está bien – dijo tratando de sonar normal y no con la risa contenida.

- Quiero helado también ... - murmuró el mayor, ajeno a las dificultades del menor, recordando su antojo de la tarde que no cumplió. – No tienen mucha variedad, igual yo quiero chocolate.

- Pide fresa para mí, por favor – respondió el australiano quien para ese momento ya estaba terminando de guardar la ropa.

Luego de escuchar el pedido, Hyunjin llamó al servicio de habitación y pidió lo que previamente habían seleccionado.

- Listo – dijo al colgar, viendo que ya no había ropa en la cama – Cierto, iré a ponerme algo más cómodo.

- Esta bien, yo haré lo mismo – le despidió momentáneamente, viéndolo salir de la habitación.

Ya solo, Felix suspiro largamente terminando de recuperarse del vergonzoso incidente con su ropa regada. Aun cuando sabía que Hyunjin no era tan delicado con el tema, no era lo que hubiera querido que viera al entrar a su habitación.

Tomo su pijama y se cambió para terminar de acomodar las sábanas sobre la cama, justo a tiempo antes de que el mayor tocara a la puerta.

- ¡Volví! – anunció mostrando un bolso con su rutina de skincare – Recordé que te quiero mostrar una crema.

- Yo también pensé en eso – dijo sonriendo el menor, mostrándole un par de mascarillas que había sacado para ambos.

La comida llegó cuando estaban terminando de limpiar y ponerse las mascarillas sobre sus rostros. Ninguno tuvo intención de comer en la pequeña mesa de la habitación, llevaron la comida sobre la gran cama queen size y buscaron en el servicio de streaming del hotel algo que ver.

La verdad es que no les interesaba mirar algo en específico, solo deseaban pasar tiempo juntos, borrar la incomodidad de la tarde, algo que fueron logrando conforme pasaban los minutos. Dando de comer al otro en la boca, compartiendo de su helado, ayudando a limpiar y aplicar las cremas, acomodándose uno sobre el otro conforme comenzaban a adormilarse.

No obstante, admitir aquello solo significaría el momento de separarse, algo que ambos buscaban evitar. No había nada especial en lo que hacían, podían decir que era similar a los momentos que compartían con los chicos de grupo en sus ratos libres, sin embargo, había algo distinto en el hecho de estar solo ellos... una tranquilidad e intimidad impensable con todos los demás.

¿Era algo irracional que ambos lo extendieran lo más posible...?

- No quiero irme... - dijo el mayor confesándose en medio del sueño que ya no podía soportar, aunque para ese momento, lo que menos podía soportar era separarse de Yongbok.

- Quédate conmigo esta noche... - pidió el menor a su oído, igual de adormilado para darse cuenta de la intimidad del acto, de como podrían interpretarse sus palabras dichas de forma tan honesta.

-No iré a ninguna parte.... – prometió Hyunjin quitando un par de cabellos del rostro lleno de pequeñas galaxias.

La tenue luz del televisor les permitía verse rostro, los adormilados ojos que se negaban a cerrarse, que se negaban a dejar de ver, aunque fuera un segundo al otro, las delicadas manos acariciando la piel suave del rostro ajeno, los cabellos tan similares a la seda negra entre sus dedos.

Y las sonrisas que no desaparecieron del rostro de ninguno ni aun cuando finalmente el sueño se los llevó de los brazos de su compañero. 

Hyunlix - Inktober 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora