💙❤️{¿Quien eres tú?}❤️💙 [SPARTOR]

💙❄️Desconocido❄️❤️

Mientras iban a el hogar del hechicero, Sparta miraba cada detalle del inmenso reino.
Todo brillaba, muy verde y limpio.

Lo que más le llamó la atención era que habían un montón de casas súper acogedoras , pero ese no era el punto. La cosa es que no había un lugar sin un árbol y por curiosidad alzó la mirada, notando un montón de casas en sus copas.
Habían gradas colgando de sus troncos para poder subir.
También podía ver a varias personas con alas casi iguales como las del tipo de cabello blanco que casi lo desaparece.

–Oye, Mike.–. Llamó a su amigo.–. ¿Por qué hay un montón de casas allá arriba?–. Señaló al cielo.

Miró hacia las copas de los árboles.–. Oh, son los hogares de los dragones.–. Respondió con simpleza.

–¿Dragones?–. La emoción de poder ver a uno de frente llegó de inmediato.–. ¿Y porque son personas y no unos grandotes monstruos?

El rubio detuvo su andar para mirarlo en forma de desaprobación.–. Será mejor que no los llames así.

–Lo siento.–. Siguió mirando hacia el cielo y en cada rama enorme de cada árbol, notó a algunos "dragones" estar observándolos sin mover ni un solo músculo.–. ¿Y esas son estatuas realistas?

–Pfff, son guardias.–. Jaló la mano del castaño para que no se pierda.–. Deberías tener cuidado.

–¿Por qué?

–No están acostumbrados a ver a un humano entre un montón de híbridos. Ahora mismo te están hechando el ojo.

Llegaron a una casa súper grande, con muchas decoraciones raras de colores, piedras y cuarzos brillantes, más un tipo de cabellera azul parado al frente, igualmente tenía alas pero eran más grandes que su cuerpo.

–¡Hola Timba!–. Saludó con una sonrisa.

–¿Está Rius en casa? Mi primo y yo necesitamos hablar con el.

–Pero yo-

Con su dedo índice le tapó su boca.–. Es urgente.–. Intentó pasar por su lado a la residencia,

El tipo abrió sus alas enormes, cubriendo cualquier tipo de entrada.

–¿Tienes una cita reservada?

–Es urgente, que no pensé que fuera importante tener que reservar una cita para ser atendidos.

–Lo siento, su alteza, pero las órdenes de el hechicero no me permiten dejarlos pasar a los dos.–. Fulminó con la mirada al castaño ya que nunca lo había visto en ninguna parte.–. Mucho menos a este chico que supuestamente es su "primo".

–Esta bien...–. Soltó un suspiro.–. ¿Cuando podemos verlo?

–Yo que se.–. Se cruzó de brazos.–. Tiene que agendar una cita con el, no conmigo.