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@Lunarodrigo; ¿El machismo y el clasismo ahora cuenta como campaña política? Tiene que ser una broma, no voten al desquiciado de Mazur... prefiero al padre ausente en ese caso o la mujer alcohólica.

El tweet fue publicado esta mañana a las nueve, me olvide que lo deje programado para el día de hoy y es un mal momento para verlo ahora, estoy en plena marcha junto a Luciana. Decidimos venir para apoyar la decisión del país, es increíble la cantidad de personas que invaden las calles de la ciudad y lo masivo de los carteles. Las Wittenveng me prohibieron hacer apariciones en cualquier tipo de evento que me ponga en peligro y no mencionaron este tipo de lugar; es obvio que me escape de la jaula de Ximena.

La abandone esta mañana a las siete, antes de que despierte y me escabullí por la habitación, Luciana dijo que iba a esperarme abajo y así fue. En cuanto baje mi amiga estaba subida a su auto y esperando con una cara de haber dormido muy poco. Es época de exámenes, ella tiene finales pendientes de otras materias y yo tengo que ponerme a estudiar, estamos a un mes de terminar, a un mes de decidir que hacer con mi vida. Lu ya eligió Dsu.

—¿Ya le dijiste? —pregunta Lu, estamos siguiendo a la multitud a un paso muy lento y con un cartel que nos dio una chica random.

—No sé cómo hacerlo —suspiro —he intentado decirlo durante la cena de anoche, pero la llamaron de su trabajo y no pude concluir...—¿es un pecado si digo que me quedaría por ella?

—Totalmente, te asesino —mi amiga se detiene un momento y traga saliva —hay un hombre que no deja de mirarte —me giro en la dirección en la que mi amiga mira

—Es Osvaldo, el guardaespaldas de Wittenveng —Ximena ya sabe donde me encuentro, me sorprende que no me haya llamado para obligarme a volver o quizás su hermana sepa... —ya saben que estoy aquí, es increíble lo rápido que me encuentra —comento, saco mi teléfono y le marco a Ximena.

—Quiero imaginar que no estas en un lugar muy publico —dice en cuanto contesta la llamada

—Bueno...

—Luna, vuelve por favor —suspira del otro lado, debo estar siendo una molestia para ella en estos momentos, pero Lisbeth no volverá a llevarme con ella... creo —Osvaldo de traerá, ven con el

—Está bien, iré —corto la llamada, Luciana hace un puchero con su boca y niega, no está de acuerdo con nada de lo que pasa, pero principalmente no está de acuerdo con mi madre y con su deseo de meterme en su plan político. Es que si, es cierto, no debería estar involucrada, pero la senadora quiere ganar a toda costa y no le importara sacrificar a su única hija para lograrlo. El poder nos pone de esa forma, nos deja ciegos y nos arrancamos el corazón solo para obtener más.

Nunca menos.

Me despido de mi amiga con un beso en su mejilla, camina hacia la posición de Osvaldo quien espera muy paciente y cuando estoy a su lado, caminamos hacia el auto de las Wittenveng. Algunas personas me reconocen y me toman fotos, pero ninguna se acerca para molestar, solo quieren repostear mi presentación en este evento histórico y recordarle al señor presidente que sigue siendo mi enemigo numero uno.

Osvaldo es un hombre alto, de al menos 1.90, contextura robusta y tiene unos brazos para romper huesos, es la versión mejorada de papá. El señor no me habla, no hace preguntas, solo acata ordenes y las cumple. Me subo de copiloto como una niña que acaba de ser retirada de jardín y ahora la llevan a casa de su madre.

Tengo que ser sincera esperaba llegar al escenario de la marcha y dar un pequeño discurso iluminativo, lleno de fe y autoestima para nuestro presidente actual y para cualquiera que venga. Pero Ximena Wittenveng ha arruinado mis planes.

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