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Luciana descansa su cabeza sobre los libros de historia, está pensando que hacer para saltearse dos clases y poder escaparse para ir a un streaming, está de invitada por un escandalo que ha generado luego de publicar que el presidente actual tiene una amante. Le dije que la cubriré en las clases, tomaré apuntes y prestaré mucha atención, pero no confía en mi capacidad intelectual. Así sigue recostada pensando como estar en dos lugares a la vez, quiere usar magia y dividirse, pero le dije que es imposible. Yo por mi cuenta, estoy terminando de realizar un trabajo practico que le debo a un profesor, con todo lo que ha pasado en mi vida este último mes, he descuidado un poco mi estudio. Me atrase con algunos trabajos, proyectos grupales y exposiciones orales, ahora tengo que andar pisando huellas ajenas y sin copiar tan textual los trabajos de mis compañeros.

La biblioteca está casi vacía, a excepción de Luciana, la bibliotecaria y yo. Venimos con frecuencia a este lugar porque es el único en el que no hay ruido y podemos pensar que hacer con nuestras vidas o planear la destrucción de algún empresario. Puede variar dependiendo el día, la hora y la fecha. Dejo de escribir un segundo y le doy una mirada a la bibliotecaria, es joven, debe tener unos treinta y se viste como si tuviera cuarenta. Lleva el cabello amarrado todo el tiempo, su ropa es de segunda mano y lleva un anillo de compromiso, que según ella no significa nada.

Eleva la mirada de su libro y me regala una suave sonrisa, le correspondo y vuelvo a mirar la pantalla de mi laptop. Relamo mis labios, les juro que no estoy coqueteando, solo son sonrisas y yo... yo no puedo andar por la vida toqueteando a la gente.

Estoy triste en realidad, Martina me dejo, dijo que si no formalizamos ella no iba a seguir con eso porque me quiere pasa siempre y no está dispuesta a compartirme con nadie. En otro momento le hubiera correspondido, pero ahora mismo no y es que si le decía que si quería estar solo para ella como venia siendo, porque no me he acostado con nadie más, en dos meses tendría que terminar. ¡Por dios me voy a Londres!

Estaré lejos durante un año... y a lo mejor durante ese año conoce a alguien y se enamora perdidamente. No nos puedo hacer esto, así que acepté que no habrá más sexo con Martina Ramos.

Por otro lado, Luciana dice que lo hago porque estoy flechada por Ximena Wittenveng, pero no lo considero así... si coqueteamos visiblemente y son palabras de un ir y venir, pero no hemos llegado a nada más, ni a un beso de verdad.

¡Por dios no la veo desde que cenamos!

Al menos me reconforta saber que lee mis tweets y le da corazón, eso me hace sentir algo...

—¿Si grabas la clase? —pregunta abriendo los ojos, le miro rápidamente y vuelvo a mirar la pantalla.

—No me dejan hacerlo

—Es cierto —murmura molesta

—Lu, solo ve y ya, luego le pides a alguno de los compañeros los apuntes —suspiro, mi amiga vuelve a cerrar los ojos y niega.

—Tendría que haberme callado hasta el fin de semana

—Alguien más hubiera publicado la nota —susurro, vuelvo a concentrarme en la tarea. —Yo, por ejemplo —confieso, nada más placentero que meterme con el presidente y arruinar un poco más su vida.

—Por suerte Lizardo me lo comento a mi y no a ti, por algo será —Luciana se reacomoda en el asiento y deja de babear sobre los libros, los aleja de su persona.

—¿Qué quieres decir con eso?

—Que el mundo ya habla sobre ti y si publicas algo, pasará de largo porque todos están esperando a que Ximena Wittenveng te meta los dedos en plena luz del día —le miro de inmediato —no pongas esa cara, sabes que es verdad

INFLUENCIA;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora