Adam

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No debía malgastar su segunda oportunidad, aún no entendía como había regresado 10 años atrás pero debía traspasar su destino a las dos personas que lo traicionaron, pero por el momento debía crear aliados y hacer las paces con su hermano. Caminaba entre las calles del cielo observando a su alrededor, los ángeles felices disfrutando su vida en el paraíso pero Luzbel se sentía asfixiado ya que esos ángeles le habían dado la espalda cuando estaba enfermó, sintió un nudo en su garganta no quería morir, no quería esa enfermedad de nuevo que lo mataba lentamente, tenía bastante miedo.

— Las cosas ya están hechas, los vivos deben seguir viviendo.

Las palabras de Lilith resonaban en su cabeza una y otra vez, se sentía dolido pero la seguía queriendo a pesar de que fue causante de su muerte la apreciaba y no sabía que hacer, él le había dado todo, su familia, su amor, sus amigos para que se llevará bien con ellos y ella solo esperaba la oportunidad para quitarle todo lo que lo hacia feliz, Lilith no quería que fuera más feliz que ella.
Se habia casado con el que creyó que era el amor de su vida, tiempo después descubrió que estaba enfermo pero eso no fue todo durante su enfermedad descubrió a su esposo Adam y su mejor amiga Lilith que tenían un romance y cuando los enfrentó lo mataron pero alguien o algo le dio una segunda oportunidad.

Perdido entre sus pensamientos choco con un ángel, pidió perdón repetidas veces mientras lo ayudaba a levantarse, esperaba un insulto o un golpe pero en vez de eso el ángel le preguntó si estaba bien.

— Si, perdón tendré más....

— Es mi culpa Luzbel — la chica le sonrió amablemente — He estado distraída por los mandados de Sera, pero dime ¿te lastime? Permiteme invitarte algo por mi error.

— No es necesario Eva — negó con su cabeza.

— No seas así Luzbel, vamos.

Tomo la mano del ángel para dirigirse a una cafetería, Eva miraba fijamente a Luzbel a pesar de que se conocían desde hace mucho tiempo, no se hablaban mucho por Lilith, Eva no le agradaba su hermana por ese motivo para evitarse problemas con ella ignoraba a Luzbel pero ahora algo por dentro le dijo habla con él.

— ¿En que tanto piensas?

— Bueno me di cuenta que... No he cambiado en nada — sentía impotencia, si quería cambiar su destino debía cambiar, ya no quería que lo manipularan, quería ser fuerte en cuerpo y alma — Quiero ser alguien diferente.

Eva no entendía del todo el cambio inesperado de Luzbel, desde hace tres días que actuaba extraño y se refería cuando se agarro a golpes a Adam enfrente de la reunión con los arcángeles sobre el siguiente exterminio en el Infierno pero a pesar de eso veía una determinación en sus ojos y ella quería ayudarlo porque le agradaba.

— No te preocupes, yo te ayudare con eso.

Luego te beber algo, Eva lo llevó a todas las tiendas de ropa para que cambiará su apariencia, si quería cambiar también debía cambiar todo para que conocieran al nuevo Luzbel, jamás pensó que experimentaría cosas nuevas ya que en su anterior vida Adam controlaba todo de él, hasta de su manera de hablar, vestir, que comer, que hacer, y ahora estaba tomando decisiones por su cuenta por primera vez, lágrimas cayeron por su rostro se sentía vivo, quería vivir y haría lo que fuera necesario para hacerlo.

Luego de un rato el cielo estaba impactado al ver la nueva apariencia de Luzbel pues vestía un traje blanco de cuello alto, una corbata de moño negro y una camisa roja con rayas blancas, también tenía un sombrero de copa blanco de ala ancha, con una serpiente dorada y una manzana roja sobre púas doradas que dan forma a una corona, era su nuevo yo, por supuesto sentía todas las miradas pero se sentía en confianza y seguridad, ahora se dirigía con su hermano para hacer las paces, ya que en su anterior vida se lamento no haberlo hecho.

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