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Celos

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Ver una sonrisa en un rostro no significa que sabes lo que pasa en su interior, una sonrisa es una herramienta valiosa, inspira a tus amigos, mantiene a tus enemigos adivinando y asegura que no importa lo que venga eres tu el que tiene el control ese era el lema del Overlord Alastor conocido como el Demonio de la Radio antes de haberse enamorado.

Los celos y la incertidumbre surgieron cuando Lucifer, su amado, había encontrado a alguien nuevo, la angustia y curiosidad del demonio de descubrir la identidad de ese misterioso alguien que había capturado la atención y el corazón de su ser querido, habían sido ya bastantes noches de insomnio por la duda y la inseguridad, cada vez que Lucifer regresaba olía el perfume del otro los celos lo consumían pero el preguntarle seria mucho peor no quería oír la respuesta no aún pero sabia también que no podía vivir así para siempre, él lo amaba en verdad lo amaba por eso había aguantado hasta ahora fingiendo no saber nada pero ya no lo soportaba, comprendió que no le daba miedo el amor le temía miedo a su yo enamorado porque sabia que en cualquier momento cometería una tontería.

Sentía que se volvería loco en cualquier momento, su paciencia dependía de un frágil hilo queria confrontar a Lucifer, necesitaba saber quien era el otro, necesitaba las respuestas del porque le fue infiel cuando él siempre le fue fiel, le entregó su vida y Lucifer no le importo, su cabeza y corazón dolían pero lo amaba, lo adoraba tanto que no era fácil, no era sencillo separse de alguien a quien amas, Lucifer fue su primer amor, le enseñó todas esas cursilerias que jamás pensó que experimentaría, fue su primer beso, su primera intimidad cuando hicieron el amor, lo fue todo por eso no era fácil.

Desde que se entero comenzó a no comer bien porque al primer bocado lo vomitaba, se la pasaba llorando constantemente y solo quería dormir pero aún así se mantenía con una sonrisa en el rostro para evitar lástima y burlas al ver como cayó tan bajo por un amor que le era infiel. Despues de unos meses Lucifer ya no llegaba al castillo al principio le avisaba diciéndole que tenia trabajo por hacer pero ahora no, tardaba dos o tres dias en regresar pero ignoraba a Alastor como si su presencia no le importara más, el demonio no soportaba estar sin su Rey en cambio Lucifer parecía estar mejor sin él.

Alastor seguía sin entender cómo habían pasado tan rápidamente de serlo todo a no ser nada, se agobiaba por las preguntas en su mente pero también había extraños comportamientos por parte de Lucifer y eso lo confundia más, eso le evitaba tomar ya una decisión, aveces sentia que lo quería y aveces sentía que no, un día eran inseparables y al otro lo trataba como un extraño pero Alastor lo seguía queriendo.

— Yo... yo ya tuve suficiente — no era el momento para hablar del tema pero ya no soportaba su desesperación.

— Suficiente de que mi querido cervatillo — Lucifer dejo su tenedor y cuchillo a un lado — ¿Sucede algo cariño?

No iba a caer de vuelta en las dulces palabras de Lucifer tenía que armarse de valor ahora que estaba decidido.

— ¿Quién es? — trago secó y con inseguridad preguntó — Ya lo sé, solo dime quien es.

— Cervatillo no se de que hablas, estas imaginando cosas.

La sombra de Alastor lo atacó pero Lucifer fue más rápido y retrocedió.

— ¿QUIEN ES TU NUEVA OCUPACIÓN LUCIFER? — partió la mesa en dos — ¿A quien has ocultado de mi todo este tiempo para no matarme? ¿Quién ocupo el lugar que siempre ocupe yo? — las lágrimas no se hicieron esperar se sentía fatal — No mejor no digas nada — su dualidad de querer saber la verdad pero al mismo tiempo temía las consecuencias que esta revelación podría traer, seguía amandolo y temía perderlo, quería matar ese sentimiento junto con él — Dime, ¡lo mataré! — el complejo de sus emociones al enfrentarse a la posibilidad de perder a alguien importante para el demonio lo consumían.