Pacto

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(Au Humanos)

Si un espíritu habita algo que ha estado en contacto con la sangre de un humano, se convierte en un ser inmortal. Como una espada con la sangre de una guerra, e incluso con la sangre de su propio dueño. Y solo la novia del ser inmortal será capaz de sacar esa espada, cuando la extraiga descansará en paz.

— Su historia es muy deprimente, parece una especie de maldición romántica, encontrar a su novia y tener que irse, eso es muy cruel.

— Él siempre ha sido muy cruel, es egoísta y también celoso, se preocupa por él mismo.

— Eso me recuerda que el patán de Adán me dejó.

Eva se levantó ya que se le estaba haciendo tarde pero en eso que la anciana la detiene.

— Cuando la vida frente a tus ojos pase, debes suplicar una gran misericordia, talves Dios con una debilidad pueda estar escuchándote.

Dicho eso la anciana la dejo ir, la consideraba una persona muy extraña pero también le tenía aprecio porque era la única que le brindaba apoyo en su embarazo.

Eva estaba esperando un niño y aunque su novio Adán la abandonó a su suerte, esperaba con ansias conocer a su hijo pero esa misma tarde, en una temporada de invierno fue atropellada y al pasar la vida frente a sus ojos suplica una gran misericordia ante cualquier dios que la oyera, no quería morir quería vivir junto a su hijo pero si Dios la escuchaba al menos quisiera que salvará la vida en su vientre, el ser inmortal que podía ver y oír todo escucho las plegarias de la mujer y aunque al principio no quería involucrarse en la vida humana por algún motivo decidió ayudarla, Alastor chasqueo sus dedos y fue a donde estaba la mujer rubia para salvarle la vida, por primera vez decidió intervenir en la vida y la muerte de un ser humano, talves le traerían consecuencias por parte del ángel de la muerte pero no le importaba, era la primera noche que su corazón se ablando y salvo la vida de la mujer.

Eva pensó que daría su último aliento pero en cuanto abrió sus ojos ya estaba en el hospital y su bebé había nacido sano y salvo, su precioso Lucifer Morningstar.

Pasaron 8 años después y Lucifer era un niño amable y amado por su madre Eva pero había un problema, Lucifer tenía una marca desde su nacimiento en el cuello que le permitía ver y hablar con los espíritus, quienes lo llaman la novia del ser inmortal aunque Lucifer siempre se ofendía porque era un hombre y no una mujer además de que el jamás se enamoraría de alguien de su mismo sexo, Eva jamás regaño a su hijo ya que ella sabía que era su culpa cuando estuvo a punto de morir pero aún así lo aceptaba tal y como era y lo amaba y jamás se arrepentiría por lo que paso años atrás, el verlo reír, jugar, disfrutar, sonreír la hacía tan feliz, ante sus ojos Lucifer era perfecto como era.

Lucifer cumpliría 9 años hoy y estaba emocionado ya que adoraba los pasteles que su madre le hacía, al llegar su madre estaba sentada en su mesa se quito su abrigo y corrió a tomar asiento frente a ella.

— Enciende tus velas estrellita.

— ¿Esta bien que las encienda? — Lucifer tomó el encendedor.

— Puedes hacerlo ahora que eres grande — Eva sonreía.

En cuanto prendió las velas la sonrisa de Lucifer desapareció.

— Mamá... ¿te fuiste al cielo? — sus ojos azules comenzaron a cristalizarse — responde eres, ¿fantasma?

— Estaba esperando a que no me vieras — su hijo en verdad podía verla.

— Mamá... ¿te moriste? — las lágrimas caían — ¿Donde estas? ¿Como te veré ahora?

— Estoy en camino al hospital y vas a recibir una llamada en el hospital llegara tu tía en un rato, hace frío así que lleva tu bufanda... la abuela que vende cosas te acompañará — Eva no quería morir pero estaba agradecida por llegar tener tiempo con su hijo — No voltees a ver a ningún espíritu, ¿entendido? — Lucifer asentía.

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