35 One-Shots, actualizaciones los jueves por la tarde cuando se termine se harán votaciones por la historia que más le agrado y se escribirá un fanfic completo, disfruten las cortas historias. ☆
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Aun si pasaba una eternidad en el infierno siempre lo recordaría, siempre recordaría a su primer y último amor, las lágrimas caían de su rostro al recordar los buenos momentos con aquel demonio de ojos rubíes esta vez sabía que no lo volvería a encontrar, esta vez su amado estaba muerto.
Su mente le hacía recordar la primera vez que lo perdió, ese día sintió su mundo derrumbarse, aquel día lloro, se culpo, se odio y se frustró por no haber estado ahí para protegerlo, cayó en una profunda depresión sin salida muchas veces pensó en querer reunirse con su amado pero si lo hacía quien lo recordaría, no quería que fuera olvidado quería que el infierno lo recordará para siempre porque temía que si los demonios lo olvidaban él también lo haría y ese le daba miedo mucho miedo, además tenía deberes como Rey y no quería dejarle a temprana edad el cargo de Reina a su hija Charlie así que se esforzó a ser un Rey digno para el infierno.
No fue sencillo claro que no lo fue ya que en su mente siempre estaba ocupado por aquel demonio, nunca mostró su tristeza enfrente de su gente ya que no quería que le tuvieran lastima por no superar aún la muerte de su amante, siempre iba por el infierno sonriendo, fingiendo ser feliz pero al poner un pie en su castillo se derrumbaba al ver el enorme retrato que estaba en las escaleras, llorando y suplicando que todo fuera un mal sueño y que su amado en cualquier momento regresaría.
— Te extraño tanto.
Habían pasado ya unos años y el infierno no paraba de hablar sobre el compromiso del Rey, los demonios estaban sorprendidos por la inesperada sorpresa porque sabían que el Rey aún no olvidaba a su amante, mientras que en otra parte del pentagrama Charlie trataba de vestirse lo más elegante para la fiesta de compromiso de su padre.
— Carajo — estaba tan nerviosa que no podía terminar de peinarse — Tranquilízate Charlie Morningstar, papá esta dando un gran paso en su vida y yo tengo que estar lo más feliz posible para no arruinar la fiesta de hoy — sonreía forzosamente mientras se daba ánimos sola — A quien engañó — se derrumbó en su cama, no quería llorar ya que no arruinar el hermoso maquillaje que Angel le hizo.
— ¿Charlie? — Vaggie tomó asiento al lado de su novia — ¿Te encuentras bien?
— No quiero que papá se case con esa mujer — las lágrimas salieron al fin — Se que estoy siendo injusta pero esa mujer no le conviene, ella es muy cruel — acepto los pañuelos que su pareja le ofreció para limpiarse.
— Lo se cariño pero no hay nada que puedas hacer — Vaggie tomó su mano — El infierno necesita una Reina y aunque te cueste aceptarlo ella es la indicada.
— Pero papá no será feliz a su lado, él sigue amandolo Vaggie.
— Pero lamentablemente ya no esta con vida hace años que murió.
Charlie se derrumbó en los brazos de Vaggie aún en años ella todavía no podía superar su muerte y le dolía cada vez que alguien se lo repetía.
— Vamos amor se nos hará tarde y no puedes faltar debes estar presente en la fiesta — beso sus labios y la ayudo a peinarse y arreglar su maquillaje.
