Ese día en el partido de béisbol todos estaban maravillados con las hermosas porristas, envidiaban a Black, porque las damas solo animaban al pelirosa. Por lo que el diablito repartió entre los deportistas las pequeñas tarjetas. Los compañeros estaban fascinados con el espectáculo, por lo que las chicas se llenaron de solicitudes para múltiples eventos en el fin de semana. Por lo que estaban muy felices, el equipo abrazó a la pelirroja y acariciaron al murciélago.
- ¡Muchas gracias a ustedes dos! Se ha salvado el equipo... - exclamó la capitana alegremente
Por primera vez Orihime era tratada con tanto cariño, lo que le ánimo para seguir con las porristas. Esa noche estaba agotada la bióloga, tenía mucho trabajo pendiente, más con las prácticas de entrenamiento, pero también se sentía plena, por lo que olvidó por un momento lo extraño qué era su pequeño murciélago. Este a su vez siguió con su rutina de preparar tarjetas y decirle a su salvadora que no estaba sola por que él estaba con ella. En los siguientes días su vida antes llena de miedo y terror se había volcado a alegría, ahora tenía amigas, no intentaban cambiar a Inoue o a su pequeño vampiro, sino que los aceptaban así. Ese viernes después de otra semana muy productiva para la pelirroja surgió una nueva oportunidad.
- Entendido. Ha sido una buena práctica, pero debo irme... Sino no me dejará entrar el portero a mi departamento... - comentó la de ojos grises
- Espera Orihime. Las chicas y yo ya te lo habíamos comentado, pero tenía que consultar con las administradoras del edificio... - dijo Basterbine
- ¿Las administradoras? ¿Para qué? - preguntó la de ojos grises
- Por que ya no queremos que pagues renta, ni vivas fuera del campus... - dijo la peliverde
- Había un par de cuartos solos en nuestra fraternidad Atalaya, así que te conseguimos una individual gracias a tus calificaciones... - dijo la menuda rubia
- ¿Mi propio cuarto? - dijo emocionada la pelirroja
- Así es. Solo nos pidieron que tus animales como... este pequeño (acarició al diablito) no salgan de la habitación, este limpia y no lleves caballeros ni llegues después de las 12... - dijo Bambinetta
- ¡Gracias! ¿Cuándo me puedo cambiar? - dijo feliz la de biología
- Cuando quieras... - recalcó la de ojos violeta
- Te recomiendo que aproveches la amabilidad de Juran y Bazz B... para que te ayuden con el traslado... Igual Barro tiene camioneta... Así no pagas servicio de mudanzas... - dijo la vicecapitana
- No quiero ser abusiva... - dijo la novata
- No lo eres. Es lo que los amigos hacen... - dijo la rubia
- Es más, para que no te sientas mal iremos todas a ayudar... Hmp. ¿El martes qué te parece? - dijo la pelinegra
- Está bien. Les mandaré mi dirección... - dijo Inoue
- Muy bien. Vamos a recoger todo y nos vemos mañana para la práctica antes de la primera hora... Hay mucho trabajo, así que vamos a esforzarnos... - dijo la capitana
- ¡Sí! - exclamó el grupo
Recogieron todas las cosas, después se retiraron, se despidieron con cariño. Aunque estaba muy cansada, estaba muy feliz la pelirroja. Al irse a dormir el ojiverde se sentó junto a ella la arropo y acarició su melena, sabía que la iba a extrañar cuando volviera al infierno. Pero nada podía hacer. Se preguntó: "¿qué tan malo era? Sí estaba ayudando a un alma inocente y pura. Una de esas que ya no encuentras en ésta sociedad". Simplemente no lo entendía, la humanidad era un caleidoscopio de emociones, no podía odiarlo pese a lo tontos que eran. Así que se acomodo en su lugar favorito para descasar.
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El vampiro en mi pecho
FanfictionInoue Orihime es una reservada estudiante de biología. Kurosaki Ichigo es un sacerdote exorcista. Y Ulquiorra Ciffer es uno de los demonios más poderosos del infierno. ¿Qué puede salir mal? Eso es lo que cuenta está historia.