IX. Alabanza

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En cada evento repartía nuevas tarjetas entre los participantes y espectadores, quienes a su vez compartían los pequeños papeles entre otros de sus amigos y conocidos. En cuestión de días las porristas se habían convertido en las mujeres más populares de la universidad, no había competencia deportiva en la que no se hicieran presentes. Ahora incluso otras escuelas más pequeñas las solicitaban, para atraer público, a su vez promover sus colegios. Así que en cuestión de semanas el demonio había hecho un pacto con no cientos sino con miles de estudiantes que ni siquiera conocía.

Los dos íncubos regresaron al infierno, el poderoso ángel caído de inmediato se presentó ante el par.

- Su majestad... - dijo el pelinegro

- ¿Ya encontraron a mi hijo? - dijo el superior

- Sí majestad, pero está atrapado en el mundo de los humanos... - dijo el ojiceleste

- Tck. Eso es malo... Vendrá una vez más Rafael por mi hijo... - dijo molesto el soberano

- Dijo que buscará la forma de venir. Que le avisaramos y volviéramos de inmediato... - dijo el más alto

- El problema es que toda la lujuria está centrada en un solo lugar... los nacimientos se van a disparar en ese punto, descompensando el equilibrio en los mundos... Siempre ha sido un buen hijo, así que vendrá... Manténgase cerca y ayudenlo... - dijo el ángel antes de retirarse

Los dos demonios se miraron entre sí con un profundo suspiró. Ulquiorra por su parte al notar la gran cantidad de energía que tenía ahora un mes después de haber iniciado su plan, decidió avanzar a la siguiente fase. Empezando por su dulce benefactora, al dormir se recostó junto a ella, susurrando seductor a su oído.

- Repite mi nombre... - dijo el pelinegro

- Jo... Joven Ulquiorra... - dijo entre sueños la dama

En su sub consciente pudo ver la figura, el rostro, pero sobre todo los hermosos ojos de ese guapo hombre que venía a ella diciendo que no estaba sola.

- Ahora di: "Asmodeo" - dijo el caballero

- Asmodeo... - dijo la chica

El demonio puso su mano suavemente sobre la marca en el pecho de su salvadora.

- Ahora todos los que han hecho un pacto conmigo a través de este círculo mágico... repitan mi nombre... - dijo el ojiverde

En ese momento todos los universitarios dispersos por las fraternidades, escuelas, casas, departamentos, ciudades, incluso más allá del estado hablaron entre sueños diciendo: "Asmodeo". Aquello complació al demonio, que al fin recuperaba su poder. Ahora solo debía seguir hipnotizando a los alumnos para que abrieran la puerta al infierno en el momento adecuado.

- Compartan con sus seres queridos, especialmente amigos y compañeros de la escuela el círculo de su devoción... - dijo el murciélago

- Asmodeo... - se escuchó un eco en todo el dormitorio

Una y otra vez repetían su nombre.

- Sean libres de sentir el deseo en cada fibra de su ser. No callen esa pasión de sus labios. Entreguen su cuerpo a quien más aman... y llenen su alma de lujuria... Hombres sean muy gentiles en la cama... Mujeres llenen de locura su respiración... y entreguen el corazón... que su tentación traiga nueva vida a sus vientres... Yo les daré la oportunidad de sentir un placer como nunca antes, de gozar con centímetro de su cuerpo... Solo repitan mi nombre... - dijo como un rezo o una declaración el de pálida piel

En los siguientes días las cartas de amor y las confesiones románticas abundaban por la universidad. Todos parecían enamorados de alguien, la mayoría eran correspondidos, los que no tenían una gran relación social igual recibieron las tarjetas para que se "animarán" con el equipo de porristas. Ciffer veía cómodamente desde los senos de Inoue como la lujuria se propagaba como pólvora. Aunque era obvio que la belleza de la pelirroja a trajera a más de un tonto. Un leve gruñido de su diminuta garganta asustaba a la mayoría. Solo algunos no le temían, pues era una adorable bola de pelo blanca, así que usaba otro método, causar lástima en la pelirroja, así ella se alejaba o rechazaba a los incautos. Había muchas chicas, por lo que buscaban a alguien más a quien amar, eso alegraba al vampiro. No había tristeza, tal vez un poco de acoso, pero no había rencor, envidia, ira, ni obsesión, solo amor o lujuria.

Sin embargo su felicidad duró poco, porque al fin habían llegado los exorcistas a inscribirse a la escuela de último minuto. Por lo que su tranquilidad terminó al realizarse la reunión de todos los alumnos en el auditorio para presentar a los nuevos alumnos.

- ¡Bienvenidos jóvenes! Hoy es un día muy importante... Estamos a solo unos meses para terminar... Por eso es muy importante que ayuden mucho a los nuevos estudiantes... para que puedan terminar sus estudios... Ellos son: Sado Yastura, Ishida Uryuu y Kurosaki Ichigo... - dijo el director frente al público

Todos se sobre saltaron, especialmente a Orihime y el vampiro. "¡Maldición! ¡Esos idiotas otra vez metiéndose en mi camino! ¿Qué no tienen nada mejor que hacer?", pensó el demonio. El profesor le dio el micrófono al pelirrojo.

- ¡Hola! Debido a nuestra vocación no pudimos terminar la universidad... Entramos al seminario... pero nuestro arzobispo... nos ha dado permiso de terminar estudiando la creación de Dios... - dijo el de ojos avellana

La mirada del exorcista de mayor rango y el diablito.

- Por lo que vamos a estudiar los tres biología... - dijo el de lentes finalizó

Los presentes aplaudieron, los amigos de la pelirroja voltearon de forma inmediata hacia ella. Estaba asustada por lo que había pasado el día que había encontrado al animal. El ojiverde la miraba suplicando compasión, porque sabía que Ichigo vendría por él. La dulce dama se abrazó a la bola de pelos blanca.

- No te preocupes pequeño Ulquiorra... no te voy a dejar... - dijo la de ojos grises

El trío de intrusos se acercó hasta la doncella, quien temblaba de miedo.

- ¡Hola señorita Inoue! Se qué empezamos con el pie izquierdo... Me presentó una vez más... soy Kurosaki Ichigo... - dijo el pelirrojo

Pero desconfiada la bióloga tomó entre sus manos a su mascota. Las porristas se pusieron frente a la chica para proteger a la pelirroja.

- Ella no quiere que te le acerques... - dijo Bambinetta

También se puso a su lado el esgrimista.

- El pervertido que quiso tocar los senos de la señorita Inoue... - dijo el rubio

Eso avergonzo al religioso.

- ¡No, no, no! Fue un mal entendido... Yo no... yo quería al murciélago... - dijo el pelirrojo

- ¿Para qué quería usted a este animal inocente? - dijo sollozando la chica

- Esa bola de pelos no es un murciélago común... - comentó sonrojado el intruso

- Aún así no se lo daré... Se muy bien que muchos fanáticos matan a animales inocentes... ¡Le pido se aleje de nosotros! - exclamó la nerviosa Orihime

- Espere señorita... - dijo el sacerdote pero los deportistas se interpusieron para dejar escapar a la pelirroja

- Ya habló Orihime... - dijo la pelinegra

- ¡Aléjate de ella! - exclamó Black desde atrás

- Tck. De acuerdo, no quiero asustarla más, además no me creería la verdad sobre ese animal... - dijo Kurosaki antes de que los maestros pidieran a los alumnos volver a sus clases

Por lo que la multitud se disperso, por desgracia para Inoue y el vampiro, el trío de católicos eran sus compañeros de clases por lo que una nueva pesadilla inició para el par.

-------------- Capítulo completo --------------

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El vampiro en mi pecho Donde viven las historias. Descúbrelo ahora