13. FRENO

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Domingo, 28 de marzo 2021
Emma
—Qué poco aguante. Solo es un poco de sangre, Harrison. No es para tanto —bromea dándome un pequeño empujón en el hombro.
—Te olvidas de un pequeñísimo detalle, Walker —hago una pausa para dar dramatismo—. Te olvidas de las tripas. ¡Las tripas!
Nos miramos y ambos empezamos a reír sin control. Después de verbalizar lo que sentimos el uno por el otro, hemos empezado a hablar aún más y de una forma muy tierna y dulce. Sam está encantada porque lo poco que han hablado le ha servido para ver lo buena persona que es él. Además, estaba deseando que me olvidara de una vez por todas de mi ex. En definitiva, ahora todo está yendo genial. Después de hablarlo largo y tendido, el moreno de ojos claros y yo, nos hemos decantado por la opción de tomarlo con calma. Nos esperamos al salir de clase para vernos un rato, vamos a todos lados cogidos de la mano, a veces desayunamos y almorzamos juntos en la cafetería del instituto y ya tengo a alguien con quien ver películas de terror. Sam es más miedosa que yo, ella prefiere mil veces más el romance.
Hoy habíamos pensado ir a dar un tranquilo paseo por la playa, pero en el último momento se ha puesto a llover, así que hemos venido a mi casa a ver la octava película de la saga de terror titulada “Saw”. La película la he elegido yo porque en unos meses se estrena la siguiente. Kyle aceptó sin pensarlo, a pesar de que ya la había visto. Él se lo está pasando genial solo viendo como me tapo los ojos cada vez que sale sangre a borbotones o sesos volando.
Estamos sentados en el amplio sofá de mi salón, tapados con una de las mantas que tejió mi abuela cuando decidí independizarme. Tenemos todas las luces apagadas para crear un ambiente más terrorífico y un bol de palomitas en la mesita de centro. Por las ventanas se puede ver la calle desierta y el cielo lleno de oscuras nubes.
—Estoy deseando que veamos más películas así —me susurra al oído cuando me sobresalto y agarro su mano. Yo niego con la cabeza divertida, con una sensación cálida en el pecho.
En un momento dado, ambos nos movemos al mismo tiempo para coger un puñado de palomitas y nuestras manos se tocan. Una descarga eléctrica recorre mi cuerpo y mi corazón bombea sangre más rápido de lo normal. Su mirada se clava sobre mí, mis ojos se encuentran con los suyos. Nos quedamos en silencio, mirándonos atentamente. Sin casi parpadear. Sus ojos pasan a mis labios haciendo uso de la mirada triangular y poco a poco, veo como va acercándose a mi. «¡¿Va a besarme?!»
De repente, la cara de Tobías aparece en mi mente. Siento sus ásperas manos tocando mi piel desnuda sobre este mismo sofá. Giro la cabeza como un acto reflejo. Cojo un puñado de palomitas y meto un par de ellas en mi boca. Escucho que murmura algo pero no llego a entender lo que dice y casi me alegro.
Después de eso todo se vuelve súper incómodo. La tensión puede cortarse con un cuchillo. Vemos el resto de la película sin decir una sola palabra, solo lanzándonos tímidas miradas de reojo. Cuando termina y salen los títulos de crédito, nos levantamos del sofá. Kyle coge su teléfono y ambos vamos a la entrada. Él se pone el abrigo guardando el teléfono en el bolsillo izquierdo. Le abro la puerta y tras una breve mirada como despedida, sale de mi casa. Cierro detrás de él, apoyo la espalda en la puerta y me deslizo hasta quedar sentada en el suelo. «Estúpida, estúpida.»
Vuelvo al salón, cojo el bol, que ahora está casi vacío y lo dejo en el fregadero. Llamo a Sam mientras busco algo que hacerme para cenar. Mi amiga responde al momento, como de costumbre.
—¡Holaaaa! ¿Qué tal ha ido la cita? Cuéntamelo todo. Quiero detalles.
—Pues al final nos hemos quedado en mi casa viendo una película.
—¡¿En tu casa?! ¿Típico Netflix and chill? —escucho su risa al otro lado de la línea.
—No el típico, Sam. El literal —respondo riendo también.
—Bueno, bueno. ¿Y qué más? No me has llamado solo para decirme que habéis visto una película, ¿no? Espero, Emma, que tengas chisme para contarme —dice con tono acusatorio.
—Pues en un momento… casi nos besamos —suelto sin miramientos.
—¡Lo sabía! ¿Y qué tal? ¿Besa bien? —hace una pausa—. Espera. ¿Has dicho que casi os besais? ¿CÓMO QUE CASI? —doy gracias por haber puesto el altavoz, si no me hubiera dejado sorda con ese grito.
—Es que… justo cuando nuestros labios estaban a punto de tocarse —al instante me arrepiento de haber elegido esas palabras—. Me han venido a la cabeza imágenes de… «ni siquiera puedo decirlo en voz alta» lo que me hizo Tobías y me he apartado —escucho un suspiro.
—Bueno, es normal que aún te acuerdes de él y de lo que habéis pasado juntos. Todavía tienes el trauma de todo lo que te ha hecho. Es normal. Estuvisteis juntos mucho tiempo y aún lo tienes reciente, el cuerpo tiene memoria, Em, lo has comprobado hoy. Pero, ¿no sentirás aún algo por él? Por ese desgraciado digo.
—No. Ya no siento nada por él. Es más el miedo de que las cosas vayan mal con Kyle. No es que piense que las cosas van a acabar igual. Kyle no es así. Pero… no sé. Solo he tenido una relación y ha sido una mierda. Me da miedo ilusionarme. No sé. Me estoy haciendo un lío yo sola, Sam.
—¿Y cuando no te haces un lío tú? Pero te he entendido, no te preocupes. Como te has acostumbrado a que todo vaya mal, te da miedo que vaya bien por si al final se chafa.
—Exacto.
—Siento decírtelo, nena. Pero ya te has ilusionado. Solo hay que ver cómo se te iluminan los ojos cuando hablas de él y lo feliz que se te ve cuando estáis juntos. ¿Has hablado de esto con él?
No digo nada.
—Ese silencio me dice que la respuesta es no. Pues se habrá quedado flasheado por la cobra que le has hecho. Muy mal, Em. Se va a rayar que flipas.
—Ya. Qué mal… yo no quería que pasara todo esto.
—No te martirices. Seguro que si lo hablas con él, lo entenderá perfectamente. Es Kyle, te adora. Yo también quiero un Kyle en mi vida, ja, ja. Bueno, ahora cuéntame, ¿de qué iba esa película?
—Era la última de Saw.
—Vale, suficiente. Nos vemos mañana, preciosa. Un beso.
—Un beso —me despido riendo y ella cuelga la llamada.

El Nirvana De KyleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora