PRÓLOGO

0 0 0
                                    

Mis emociones están revueltas mientras intento alejarme, la culpa pesa de nuevo sobre mí como una losa. Las lágrimas se hacen presentes en mis ojos, un reflejo doloroso de la herida que él ha provocado en mí.

—¡Espera, escúchame un momento! —intenta retenerme agarrando mi mano, pero me suelto bruscamente.

Un nudo se forma en mi garganta al escuchar sus palabras llenas de arrepentimiento y dolor.

—Lo siento —es lo único que logra pronunciar, pero eso no basta para reparar el daño.

Me mira con una mezcla entre frustración y tristeza que comparte sus pensamientos con una sinceridad cortante.

—No me vale. A mi también me dolió enterarme —las palabras salen de mi boca sin control. Su mirada me deja sin aliento.

Intenta explicarme sus pensamientos, pero cuanto más me mira, más me cuesta escucharlo. Hay un fino halo de desconfianza que se interpone entre nosotros. Sus ojos brillan con intensidad mientras expresa con firmeza su decisión de sanar viejas heridas y arreglar su interior. Yo me concentro en mi decisión de no tolerar más sufrimiento injusto.

—Necesito algo de tiempo para pensar en todo esto —escucho mi voz temblorosa y una lágrima se desliza por mi mejilla.

Intenta acercarse a mí una vez más pero me sobresalto. Se queda paralizado ante mi reacción. Mis piernas empiezan a moverse y sin darme cuenta me encuentro corriendo, alejándome de allí lo más rápido posible.

La noche cae lentamente mientras reflexionamos sobre nuestras vidas entrelazadas por un destino caprichoso.

El Nirvana De KyleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora