Jueves, 18 de marzo 2021
Kyle
—¡Toda mi vida hubiera sido distinta si no hubieras sido un maldito cobarde, Aiden! ¿Entiendes eso? —él baja la cabeza, llevando la mirada a su bebida.
Hemos quedado en la cafetería a la que fuí aquella vez con Emma. Mi terapeuta me dijo ayer que sería bueno para mí intentar hacer las paces con mi hermano y por mucho que me cueste admitirlo, estoy de acuerdo con él.
Nos vemos dos veces por semana y sorprendentemente, no me ha costado tanto como pensaba contarle mi vida. Me recuerda a mi vecina. Esa vieja metiche. Siempre me ha caído mal esa señora. Tampoco conoce la palabra "silencio". Con los golpes y los gritos que pega. Cualquiera diría que está torturando y matando a gente en su casa. Pero bueno, volviendo al tema. Me viene bastante bien hablar sobre todo esta mierda con alguien que es imparcial. Si no, no hubiera llamado hoy a Aiden para que nos viéramos. Yo ya sabía que hace mucho que mi cabeza no está bien, pero no sabía hasta qué punto. Tengo más traumas y trastornos que huesos hay en el cuerpo.
Suspiro tratando de mantener la calma. Sé que me estoy precipitando y que lo mejor hubiera sido darme más tiempo, pero soy demasiado impaciente.
—Entiendo que cada persona es un mundo, que cada uno afronta las cosas a su manera. Es perfectamente lógico. Lo sé, lo entiendo y lo acepto, Aiden. Pero era solo un niño, era muy pequeño para toda esa mierda. Aquí no vale la típica frase de “lo que no te mata, te hace mas fuerte” porque yo no necesitaba ser fuerte, necesitaba un hermano —hago una pausa antes de continuar—. No esperaba que te enfrentaras a él, comprobé de primera mano que no serviría de nada, pero al menos podías haber estado a nuestro lado.
—Lo sé, lo siento. No tengo perdón. Yo… —se calla bruscamente, como si hubiera recordado algo.
—Dime.
—¿Qué? —pregunta haciéndose el tonto.
—Lo que piensas, Aiden, déjate de tonterías que ya me has entendido. Cuéntamelo —lo miro esperando su respuesta. Me sorprende ser capaz, al fin, de tener este tipo de conversación con él.
Se aclara la garganta y se revuelve el pelo. Lo tiene casi igual de largo que yo, pero parece que se lo ha aclarado un poco.
—Ha venido a verme —levanta la cabeza y yo me tenso al instante en el que esas palabras llegan a mis oídos. Aprieto la mandíbula mirando por la ventana de la cafetería. «Poco a poco, Kyle. Tú estás bien. Todo está bien. No te presiones.»
Suspiro y vuelvo a mirar a mi hermano. Me aclaro la garganta antes de hablar.
—¿Y qué ha hecho?
—Nada —frunzo el ceño y enarco una ceja. Me cuesta creer eso.
—Quiero decir… —se remueve en su asiento—. Quiero decir, me quedé bloqueado cuando abrí la puerta y lo ví justo ahí, mirándome directamente a los ojos. Fue como si me hubiera dado un puñetazo en toda la cara. «Esa fue una mala elección de palabras, Aiden. Una cruel elección de palabras.»
—Bueno, no le dejé pronunciar ni una palabra siquiera. Empecé a gritarle todo lo que me he callado durante estos años. Me desquité completamente y cuando abrió la boca para responder, le cerré la puerta en las narices. Así, pum.
—Vaya —no sé qué decir ante tal declaración. Una parte de mí no se lo cree—. Eso no me lo esperaba.
—Ya, yo tampoco en realidad —suelta una risa amarga y da un trago a su bebida.
«Espero no cruzarme yo con él jamás. Por suerte no sabe donde vivo.»
Nos miramos en silencio durante unos segundos, hasta que mi teléfono empieza a sonar. Es un mensaje de Emma. Mi corazón da un vuelco. Hace semanas que no la veo, pero la verdad es que no he tenido tanto tiempo como para echarla de menos. «Eso no se lo voy a decir.»
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El Nirvana De Kyle
Fiksi RemajaDos corazones. Dos historias. ¿Tendrán futuro en este mundo? Él está roto y nadie sabe por qué. Ella también lo está pero lo oculta bien. Tal vez se queden como un recuerdo en la memoria del otro. O quizá estén destinados a destruir el fuego que los...