Emma
«¿Qué ha pasado? ¿Qué demonios me pasa en la cabeza?»
Una vez en la seguridad de mi hogar, me dejo caer en el sofá del salón. A mi alrededor solo hay silencio. Se está haciendo tarde pero aún entra luz por las ventanas. Me tapo la cara con las manos.
—¿Desde cuándo te espantas así, Emma? Es Kyle, por el amor de dios. Es completamente diferente a Tobías. Él no va a hacerte daño. ¿Verdad? —«¿Desde cuándo me siento tan vulnerable ante su presencia? ¿Por qué me ha invadido de repente ese miedo tan irracional e incontrolable?»
Mi corazón late con fuerza mientras intento comprender el motivo detrás de mis acciones. Lucho contra la confusión que se apodera de mí. Recuerdo los momentos que he compartido con Kyle. Su cautivadora sonrisa y sus ojos llenos de sinceridad. Me pregunto si realmente lo conozco, si soy capaz de ver más allá de las apariencias y descubrir quién es en realidad. Me abruma la necesidad de entenderlo, de desentrañar los secretos ocultos bajo su fachada impenetrable.
El sonido de mi teléfono interrumpe mis pensamientos pero lo ignoro y dejo que suene. No estoy preparada para hablar con nadie. Ni siquiera sé qué decirme a mi misma. Me llevo una mano al estómago y se me revuelve. Me levanto de golpe y corro al baño. Me dejo caer en el suelo y expulso lo poco que he ingerido hoy.
Tiro de la cadena y me quedo sentada en el suelo, intentando coger aire.
—¡Mierda! —«¿Esto es por lo de Kyle? ¿O por cómo ha reaccionado Tobías incluso habiendo más gente delante?»
La imagen de un chico alto y con una larga melena rubia recogida en una cola de caballo, aparece en mi mente. «¿Y ese chico? ¿Quién era ese chico?»
—Si no fuera por él quién sabe lo que habría pasado. En qué momento me fuí a juntar con…
Escucho mi teléfono sonar una vez más y ahí me doy cuenta de que ya no está en mi bolsillo. «Se me debe haber caído al levantarme.»
Me pongo de pie, me acerco al lavabo y abro el grifo, dejando que el agua fría me refresque las manos, la cara y las ideas. Vuelvo al salón y veo mi teléfono en el suelo. Lo recojo justo cuando deja de sonar. No dejan de llamarme desde que he salido corriendo como una estúpida hace menos de quince minutos. Siete llamadas perdidas de Sam, tres de Hasley y cuatro mensajes de Styles. Respiro hondo y decido leer los mensajes. La voz del rubio aparece en mi cabeza.
“Hey, ¿cómo estás?”
“Pregunta estúpida, culpa mía.” —Eso me saca una pequeña sonrisa. Probablemente lo haya dicho con ese objetivo.
“No sé lo que ha pasado, pero tengo que decirte una cosa. Antes de que llegaseis vosotras al pub, Kyle ha aparecido de sorpresa y me ha contado varias cosas que, sinceramente, no esperaba escuchar. No me incumbe a mí hablar de ello pero no me cabe duda de que está intentando encontrar su camino, de verdad.”
“Supongo que necesitas tiempo para pensar y todo eso, pero quiero que sepas que estoy aquí. Si necesitas cualquier cosa no dudes en llamarme. Intenta descansar esta noche y mañana será otro día. Cuídate, preciosa. Nos vemos.”
—¿Qué será eso que le habrá contado? Argh. ¿Por qué tiene que ser todo siempre tan difícil?
Styles
—Bueno, creo que ya no me necesitas para nada más, así que si te parece, voy a irme ya, que aún tengo que organizar algunas cosas y ya ha pasado la medianoche.
—Claro, sin problema. Solo me queda colocar esta mesa y ya cierro. No te preocupes. A ver qué tal con Aiden, ya me contarás —sigo flipando con que Kyle le haya propuesto a su hermano que viva con él. Yo solo espero que no se comporte como un payaso con mi amigo porque sino… tendré que hablar seriamente con él.
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El Nirvana De Kyle
Teen FictionDos corazones. Dos historias. ¿Tendrán futuro en este mundo? Él está roto y nadie sabe por qué. Ella también lo está pero lo oculta bien. Tal vez se queden como un recuerdo en la memoria del otro. O quizá estén destinados a destruir el fuego que los...