Close As strangers - JIMSU

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El fin de semana en la playa fue agradable para todos.

Los menores habían disfrutado tanto del mar, de la arena, de la comida y sobre todo de la compañía. Por supuesto que los menores no dejaban de molestar a Yoongi con Jimin y eso parecía haberse convertido en su pasatiempo favorito.

Por supuesto Jimin disfrutaba de eso y Yoongi se sentía feliz de que sus hijos aceptarán a Jimin

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—¿Jiminie? — Yoongi tocó a su puerta después de mirar que sus hijos se habían dormido.

—¿Si?. — Jimin abrió la puerta y le sonrió.

—¿Puedo pasar?.

— Claro. — sonríe y se hace aún lado. — ¿Necesitas algo? ¿No estás cómodo?

— No, solo quería verte.— sonríe y Jimin se ruboriza ligeramente.

—Tambien quería verte. — se acerca con lentitud a Yoongi y lo sujeta de la cintura.

—¿Si? ¿Mucho?. — dice sonriendo.

—Mucho, siempre quiero verte. — besa la mejilla mientras mira el rostro de Yoongi.

Aunque pasaron cuatro años, sigue estando precioso, su bonito pálido rostro, sus bonitas pestañas y sus bonitos ojos, eran preciosos. Jimin sintió como Yoongi tomaba su collar y lo sacaba de su camisa para mirar el anillo que colgaba de este.

—Esto me pertenece. — sonríe tocando con delicadeza la pieza de oro.

— Ya no. — dice mirándolo. — este no, prometo darte uno mejor.

Yoongi niega. — Este es nuestro, ha pasado por mucho para regresar a su dueño ¿No crees?. — mira a Jimin quien tiene la mirada baja.

—Lo siento tanto Yoongi ... — lo atrae a sus brazos. — Fui estúpido, egoísta y arruine nuestro matrimonio.

—No te arrepientas Jimin. — lo toma de las mejillas. — Las cosas tenían que pasar para volvernos a encontrar, para encontrarnos. — limpia el rostro de Jimin quien ya  estaba llorando. — No te odies por esto amor, no te odio y sabes, si tuviéramos que pasar por esto de nuevo volvería a pasar por todo ello para tener a mis hijos y para volver a enamorarme de ti . — sonríe.

— Sería nuestra familia ....

—Es nuestra familia, Jimin... — le sonríe con ternura. — Mis hijos pueden ser tuyos si los aceptas y los amas.

—Quiero eso. — asiente.

—Y mis hijos te quieren a ti. — sonríe. — Sana jamás ha aceptado que ningún hombre se me acerque y Soobin no confía en nadie, ni siquiera con Tae y Hoseok a quienes ha visto más que a ti es cercano. Tú tienes algo con mis hijos. — lo mira con los ojos entrecerrados.

— Con ellos no, aún. Pero a ti te amo y por ti haría todo lo que me pidieras. — besa su nariz.

—Entonces me gustaría viajar a París porque en mi luna de miel no me llevaste.

—Entonces lo haremos. — asiente. — ¿Algo más?. — pasa ambos brazos por la pequeña cintura de Yoongi y lo acerca a él.

—Era broma. — ríe.

—Dime todo lo que quieras, lo haré realidad. — comienzan a balancearse de un lado al otro.

— T-tú .. ¿Seguiste apoyando los orfanatos?. — le mira.

—  Lo hice, claro. — besa su mejilla. — ayudamos a uno de los orfanatos más pequeños de los que conocimos y ahora alberga a más de cien niños y se contrato más personal. — Yoongi asiente.

— ... ¿Y Yohan?. — pregunta mirando a Jimin.

— Yohan ... él cumplió cinco años hace un par de meses, intentaron adoptarlo pero la familia que lo llevo termino regresandolo.

Yoongi solo asintió mientras sentía ese nudo en su garganta ... Definitivamente eso era algo que jamás se iba a perdonar.

—Si tú quieres .... — comenzó a decir Jimin y Yoongi negó.

—Ni siquiera lo menciones. — se aleja del castaño.

—Podriamos ...

—No! . — le mira. — No hablemos de esto, solo quería saber de él, es todo. — besa su mejilla. — iré a dormir, Sana no tarda en ir a buscarme.

—Bien. — lo acompaña a la puerta. — descansa. — besa su frente y lo ve irse.

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Recordar a Yohan para él era muy doloroso, lo que pudo haber sido y lo que nunca fue. Al recordar a Jimin, recordó el dolor que le causó no tener al menor del que se había encariñado, recuerda ese día cuando llegó y le dijeron que su solicitud había sido rechazada y Yoongi volvió a casa destrozado.

La habitación del menor estaba hecha, había pintado la habitación de un verde bebe, había comprado su cuna, juguetes, había pintado la bonita habitación con bonitos dibujos de pingüinos y al final nunca pudo llevar al menor a casa.

Estaba recostado mirando por la ventana, cuando escucho que la puerta se abrió y luego se cerró.

—¿Papi?. — escucho el susurro de su hija y se volteo para mirarla.

— ¿Si amor?. — le sonríe y la ayuda a subirse.

— Solo venía a cuidarte de tus sueños malos papi. — se abraza a él.

— Muchas gracias mi cielo. — besa su cabeza. — Te amo mucho, hija.

— También te amo mucho, papi. — la niña sonríe cerrando sus ojos, los brazos de su padre siempre serían su hogar.

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