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El aula de Herbología, como era de esperarse, se encuentra dentro del invernadero del colegio. Por fuera parecía una simple carpa, pero pronto se dieron cuenta del gran hechizo de expansión que tiene puesto que por dentro es enorme.

Esto a Draco le trajo un nostálgico recuerdo de apenas un año atrás.

Él desde siempre ha sido fanático del Quidditch, siempre que Regulus tenía tiempo ambos jugaban partidos realmente largos. Así que cuando en su cumpleaños número nueve recibió un libro sobre los mundiales de Quidditch pasados, aprovechó enormemente la oportunidad de leerlo y estudiarlo descubriendo cómo los magos acampaban fuera de los estadios en carpas que aparentaban ser pequeñas pero que en realidad podría haber una mansión entera dentro.

Quedó fascinado con la idea de acampar en una de ellas, y Regulus buscó la manera de lograrlo.

Debido a todo el tema de secuestro no es como si pudiesen salir tan seguido a tiendas mágicas del mundo, pero él encontró la manera de lograr hacer una carpa por si mismo. Con algunas sábanas, ramas caídas de los árboles y colchas, cerca del arroyo de su hogar hizo una pequeña carpa, con todo y su hechizo expansible.

Recuerda que le dijo algo como: "Vamos al arroyo, ví un par de zorros el otro día, ¿Qué tal si echamos un vistazo?"

Draco lo siguió, emocionado de ver a uno de sus animales favoritos ahí fuera, tan cerca de su casa. Grande fue su sorpresa cuando se encontró con una pequeña carpa para acampar.

Hicieron una fogata, comieron bombones... Extraña ese momento en el que todo parecía más fácil dentro de ese montón de mantas.

"Draco, ¿Sabías que vamos a tomar clases todos juntos?" Sus recuerdos fueron interrumpidos cuando Rositsa lo abordó con su pregunta. "Creí que sería como en Hogwarts, o como en Ilvermorny, que dos casas compartirían clase, pero aquí las tres comparten todas las clases."

"Bueno, es porque somos muy pocos. No porque haya pocos magos, sino porque Durmstrang es muy selectivo con sus estudiantes." Explica juntando su cuerpo más hacia la chica. No sabe cómo es posible, pero parece ser muy sensible a la magia de los demás, puede sentirla vibrar bajo la piel de los chicos, además de ver pequeños destellos si se concentra, lo cual es abrumador al grado de que su cabeza duele.

Rositsa es una agradable excepción, puede ver los destellos, pero parece ser que ella tiene un mayor control sobre su magia porque a lo largo del poco tiempo que llevan conviviendo notó que ella es la única que emite un aura más relajante, menos densa, que lo mantiene sereno; estando a su lado no siente las vibraciones, es más, parece que la magia de ella neutraliza la de todos los demás.

Entraron por una puerta lateral al invernadero, dentro está el aula de Herbología en dónde estudiarán la teoría en sus primeras clases. El salón tiene la misma forma de un anfiteatro de media luna, hasta el frente el escritorio del profesor luce para nada modesto, con sólo verlo pudo distinguir que está hecho de ébano, con hermosas joyas incrustadas en los vertices de la mesa. Aunque la que más llama su atención es, naturalmente, la esmeralda en el centro de este, reluciendo con un brillo único que le hace sentir un ligero deja vú.

Tal vez en un sueño de hace años, recuerda un traje negro y cabello muy desordenado...

"¡Bienvenidos nuevos estudiantes!"

Todos gritaron ante el repentino grito al fondo de la sala. Excepto Draco, no porque fuese valiente o se lo hubiera esperado, sino porque entró en un pequeño shock por el susto.

"Oh, mis queridos niños, lamento haberlos alterado." No lo lamenta en absoluto, ¡Se está riendo!

No hay mucho que destacar del hombre, es delgado, con un traje realmente colorido que no combina para nada (¡Una chaqueta color mostaza con un pantalón de vestir azul cyan, eso debería ser un delito!)

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⏰ Última actualización: May 05 ⏰

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Draco Black, un nuevo legado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora