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Una vez más el llanto despertó a Regulus por la noche, su cabeza retumbó mientras se ponía rápidamente de pie. Suspiró de manera cansada al ponerse sus pantuflas y se dirigió a la cuna de Draco a un par de metros de su cama.

El pequeño cuerpo se retorcía entre las sábanas apretando los puños con impotencia. Draco llevaba ya varias semanas despertando en la noche con llanto y ni un biberón, cambio de pañal o arrullar al niño entre sus brazos ayudaba a calmarlo.

"¿Qué es lo que quieres de mi?" Restregó su mano a lo largo de su cara, sus ojos estaban irritados, además de sentir su cuerpo cortado debido al casi nulo descanso.

Draco alzó su brazos hacia Regulus, sus ojos grises cristalinos reflejan la luz de la luna.

Resignado cargó al bebé, quien dejó de llorar, sin embargo seguía estando inquieto.

"Por Merlín, no puedes despertarme todas las noches de esta manera." El ceño de Draco se frunció, balbuceó algo antes de tomar la cara del joven entre sus regordetas manitos para estrujar sus mejillas. "Bien, tú ganas. Dormirás conmigo esta noche." Regulus se acostó nuevamente en su cama situando a Draco sobre su pecho, para su sorpresa él se quedó dormido casi al instante cuando colocó su cabeza cerca de su pecho, de su corazón.

Sonrió para sus adentros. Se suponía que no debía malcriar a Draco pero no creía que dejarlo dormir con él el resto de las noches fuese algo malo.

Esa noche por fin pudo descansar sin interrupciones, también la siguiente, y la siguiente, y las siguientes noches que vinieron.

Draco solo necesitaba compañía, y Regulus también.

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Los días se hicieron semanas y las semanas se convirtieron en meses. Draco había nacido un 5 de Junio de 1980 y tan solo siete meses después de su nacimiento Regulus lo secuestró. Le ordenó a Kreacher traer el periódico siempre que pudiese, ya sea El Profeta, El Quisquilloso o cualquier otro periódico noticiero. Necesita estar atento a todas las noticias sobre la desaparición del bebé Malfoy.

Pero no encontró nada, ni un aviso, ni una foto, simplemente no había nada.

Claro, estaban en guerra aún y Voldemort tenía prácticamente al Ministerio en sus manos pero no encontraba sentido a no presentar una denuncia. Incluso Voldemort estaría preocupado, obviamente no por el bienestar del niño si no más bien por haber perdido a un posible seguidor influyente por su apellido.

Ya habían pasado casi tres meses de la desaparición de Draco, ¿Qué nadie diría nada?

Por Merlín, cuando nació habían llenado cientos de páginas de periódicos solo con la noticia de su nuevo heredero. Pero ahora no había nada.

Eso por alguna razón lo inquietaba más que si ya hubiesen publicado incluso que estaban investigando el caso. Se obligó a calmarse, tal vez sería mejor así. De todas maneras guardó los periódicos en un baúl bajo llave en el sótano, uno nunca podría saber si resultarían útiles en un futuro.

"¡Degugu!" Sonrió de lado al escuchar el llamado de Draco. Subió las escaleras hasta la salida del sótano y cerró la puerta tras de él.

Draco yacía en el suelo sobre una suave alfombra jugando con algunos juguetes que Regulus había encontrado. El pequeño sonrió al verlo e intentó gatear sin éxito hasta él con un muñeco en su mano.

Regulus tenía aún muchas cosas que hacer, leer un par de periódicos y revistas más, además de tener que leer algunos libros en la biblioteca sobre los horrocruxes para encontrar la forma de destruirlos, o descubrir una manera de rastrearlos. Si la apariencia de Voldemort le decía algo, estaba seguro de que no había hecho solo uno.

Los horrocruxes son objetos que resguardan parte del alma, solo se puede hacer uno al asesinar. Afortunadamente el alma no se puede partir más de siete veces porque si fuese así seguramente Voldemort habría hecho cientos de esas atrocidades.

Realmente tenía que investigar sobre los horrocruxes y magia del alma, incluso tal vez nigromancia; probablemente también maldiciones. Tendría mucho, mucho que redactar, demasiada información que averigüar.

Y aún así prefirió dejarlo de lado por el momento. Sabe mejor que nadie lo que es que te dejen de lado debido al trabajo y se había prometido a sí mismo a cuidar adecuadamente a Draco.

Draco Black, un nuevo legado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora