La encontró mirando por la ventana o mas bien paraba junto a la ventana, porque ella no estaba viendo nada, era como si sus ojos se hubiesen quedado en un punto vacío, ella en realidad solo estaba pensando. Su cabeza era una maraña de pensamientos que se confundía con sus sentimientos y le hacían muy difícil la tarea de existir.
Jorge no dijo nada, solo se posó frente a ella recargando su hombro en el marco de la ventana, la observó y toda ella se veía opaca, no era para nada la mujer a la que estaba acostumbrado a ver. Cuando levantó la vista hacia él su expresión era casi melancólica.
–No digas nada en este momento, solo escúchame. – Dijo Jorge en tono suave, tranquilo — Hace varios meses estoy pensando y pensando en nuestra situación, no somos ni sombra de lo que éramos, solo compartimos la casa y casi nunca nos vemos. Quiero que seamos esa familia que habíamos sido desde el principio. He... he estado pensando en buscar ayuda, hacer terapia de parejas – Su tono era sereno, aunque por dentro se sentía agitado – hay buen terapeuta con el cual podríamos ir. Quiero que lo intentemos, tu sabes que eres la mitad de mi vida, que la otra mitad es nuestro hijo y yo... cada día siento que estamos más alejados...
–Esta bien, cuando pasen las fiestas de fin de año podremos hablar con ese terapeuta. – Musitó y Jorge estaba tan feliz que no notó su falta de entusiasmo, en ese momento el de él debía valer por los dos.
La felicidad de Jorge Armando era indescriptible, no hablaron mucho más, pero para él, el que ella haya aceptado ir a las terapias era como una recarga emocional, se sentía eufórico y por lo que quedó de la mañana solo se dedicó a cosas que nada tenían con lo laboral, conversó con su hermano sobre cómo había reaccionado su novia. Él se estaba tomando en serio su receso.
Carlos estaba enamorado hasta los calzones de esa mujer y en ese momento estaba aceptando todas las condiciones sobre su esquema de seguridad, con tal de complacerla a ella, que por lo visto no gustaba para nada de la atención que le puede generar el hacer parte de sus vidas.
Cuando abrazó a su hijo se sintió mejor aún. Pudo abrazar a sus padres y conversar con ellos por un buen rato, Margarita les pidió que se quedaran a almorzar e inevitablemente salió el tema de Carlos Alberto y su novia. Paulina era una mujer interesante, según la describió Jacobo, y Margarita quedó más intrigada, pues en el informe que les entregaron de ella solo hablaba de cosas buenas. Que tuviera dos hijos fue un pero que todos tuvieron en cuenta, aun así, lo cual no se constituyó en algo reprochable en su vida, más bien parecía hacerla más valiosa ante los ojos de una madre que sabe muchas cosas de la vida.
– Entonces reservemos una sala privada del hotel para pasar el fin de año. – Jacobo quiere conocer a la familia de Paulina y la idea de Carlos es excelente, una fiesta de fin de año donde estén todos es lo ideal, aunque podría ser un poco apresurado, ellos no llevan mucho tiempo juntos y podría ser una relación fugaz.
–Aunque ya estamos sobre el tiempo, creo que Federico no pondrá objeción. – Menciona Jorge, sabiendo que Federico Vides, el dueño y administrador del hotel Santa Teresa siempre tiene algunos espacios de los que ellos pueden disponer,
–Si, es lo más conveniente, la familia de ella es bastante numerosa y seria una buena oportunidad para conocerlos. Espero que no tengan compromisos ineludibles.
Sus padres pasarían la navidad con unos amigos en Miami, pero regresarían para el fin de año. Margarita estaba emocionada de ver a su hijo enamorado, pensó que nunca pasaría, mauro ya tenía doce años y sentía que era tiempo de tener mas nietos.
Jorge Armando pudo aprovechar el largo trayecto en el auto para escuchar a su hijo. Estaba fascinado porque sus abuelos lo habían llevado a hacer muchas cosas en esas semanas y no se cansaba de dar detalles de todo lo que hizo. Con una sonrisa lo miró pensando que aún no había entrado en esa fase molesta que tienen los adolescentes en la que los padres son mas un incordio que cualquier otra cosa.
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Déjame quererte
RomanceJorge Armando Mishaan, ha asumido el control de las empresas de la familia, todo debería estar bien para él, pero no, nada está bien, al parecer todo ha perdido sentido y él siente que su vida no tiene sentido. Su matrimonio se ha desvanecido y a pe...