Capítulo 17. No es mío

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               Tanto el viernes como el sábado fueron días terribles para Jorge. Luego de que Mauricio se durmiera se había encerrado en su biblioteca y no quiso caer en lo mismo de la vez anterior, por mas que fue tentado no se tomo ni una copa de licor, sabia que de esa manera no iba a solucionar nada.

Lo que si hizo fue llamar a Oscar y contarle lo sucedido esa misma tarde. Recordó como su amigo se había quedado callado y solo le pregunto que como se sentía al respecto y deseó estar en la ciudad para poder sentarse juntos a conversar.

La llegada de sus padres no mejoró su situación, pues luego de dejar las maletas en su casa de la capital, llegaron hasta su residencia y se sentaron a hablar. Eso le hizo recordar cuando era adolescente y lo sentaban cada vez que creían necesario solucionar algo.

Bueno, asi lo sintió.

– Debió ser algo muy grave para que tomaras la decisión que tomaste. – Señaló su madre refiriéndose a haber quitado la escolta a Leticia.

– Mamá, desde hace bastante tiempo había estado bastante alejado de Leticia, quiero que sepas que no fue mi decisión.

– Entonces, que pasó. – Pregunta Jacobo un poco mas calmado que su esposa.

– Papá, te juro que yo hice todo lo que estuvo en mis manos por salvar este matrimonio, hasta con un terapeuta fuimos... Dice  en un tono que cabalga entre la resignación y el cansancio.

– Entonces ella también quería recuperarlo...

– No estoy seguro de que así fuera, mamá. El motivo por el cual esto ya no es posible y ya no hay vuelta atrás es que... – Se puso de pie como si de esa manera pudiera tener más fuerza, sentir más valor o aceptar lo que iba a decir – Leticia está embarazada – El silencio y la falta de comprensión de los dos mayores solo lo hicieron suspirar.

– Eso quiere decir que no quieres tener mas hijos,   Dijo indignada Margarita – esa no es la manera como te educamos, Jorge. – Reprochó su madre, para ella era inconcebible que esta fuera la causal de la ruptura.

– No mamá, no comprendes... ese hijo, ese hijo... no es mío, no es mío. –Repitió con un sollozo que les hizo entender a ambos que él anhelaba que fuera todo lo contrario.

– No puedes estar hablando en serio, Leticia sería incapaz... – reaccionó Margarita casi con furia, segura de que no podría ser verdad, molesta porque él estuviera insinuando algo así de su nuera.

– ¡Lo fue mamá! – Dijo bastante alterado en un tono un poco mas alto sin llegar a gritar.

– Pero, pero, no puedes estar seguro...

– Lo estoy, lastimosamente lo estoy. Nosotros... – Bajó la mirada y se agarró fuerte el cabello. Debía ser sincero con sus padres, él había cometido errores, era plenamente consciente de eso. Cometió errores como los cometería cualquiera, pero no se acostó con nadie más – teníamos más de dos años que no teníamos intimidad, ¿entiendes porque estoy seguro de que ese hijo no es mío?

El silencio los envolvió.

Jacobo miraba a su esposa que se había acercado a su hijo envolviéndolo en un abrazo, de esos que solo las madres saben dar.

Jacobo miraba a su esposa que se había acercado a su hijo envolviéndolo en un abrazo, de esos que solo las madres saben dar

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