Capítulo 20.

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Cualquier conclusión a la que se llegara debía quedar en privado, nadie a demás de Ela y Oscar sabían lo que estaba pasando, por lo menos al interior de la empresa.

Jacobo Mishaan la había llamado desde Miami y le pidió mucha discreción con la situación, él se haría cargo en cuanto llegara. La agenda de Jorge fue despejada por los siguientes días y Ela no asistió a la empresa dando como excusa que estaba acompañando a su jefe a reuniones fuera de la empresa.

El jueves todos estaban reunidos en la casa de Jorge, Mauricio no fue a la escuela, por lo menos hasta que se pudiera garantizar la seguridad del adolescente. ya bastante habían tenido con el corto secuestro de Margarita varios años atrás. En aquel momento todo se pudo solucionar bastante rápido, porque los responsables habían sido los miembros de un grupo de delincuencia común sin experiencia y que dejó muchos rastros que llevaron a una rápida recuperación la madre y esposa. Desde ese momento todos tenían seguridad, no querían pasar por algo similar o peor, nunca se sabía.

– No es un secuestro. – Expuso Mauricio con calma y un poco de impotencia por tercera ocasión, pues no querían escucharlo.

– No puedes saberlo, Mauro. No hay nada que diga que se fue por su propia voluntad. – Argumentó Carlos Alberto que había llegado la tarde anterior.

– Estoy seguro. – Insistió el más pequeño

– Ven, hablemos. – Carlos no quería ignorarlo, pues el pequeño estaba muy preocupado por su padre, pero en ese momento generaba mas angustia con sus comentarios – Hasta que no descartemos todas las posibilidades, no podremos asegurarlo. Es cierto que no hay violencia y no han llamado para pedir rescate, pero...

– Vimos a mi mamá, abuelo. – Se giró hacia Jacobo buscando alguien que le creyera, alguien que tuviera en cuenta sus palabras y pudiera entender lo que él estaba pensando. – El martes en la tarde, vimos a mi mamá. No se veía como ella, pero... mi papá se puso muy mal, esa tarde... yo sé que él no esta bien, tal vez... tal vez solo necesita un tiempo para él solo.

La forma como dijo todo, la tristeza expresada con cada palabra, el dolor no expresado, tocaron el corazón de los adultos y los hizo guardar silencio y reflexionar sobre los motivos que pudo tener Jorge para irse y no querer tener contacto con nadie. Tal vez si necesitaba espacio para él.

Margarita abrazó a su nieto y él se sintió cobijado, hacia mucho no era abrazado de esa manera. Jorge lo abrazaba, pero esos abrazos eran de mutuo consuelo, ambos sabían las necesidades del otro o por lo menos eran conscientes de que necesitaban aliento, con su abuela Mauro pudo desahogarse y dejarse consentir y confortar al mismo tiempo.

Jorge no estaba en su casa, nadie lo vio salir, no tenía su celular consigo y el anillo con el localizador la habían encontrado en el baño junto al aparato, así que no había forma de ubicarlo.

Todos estaban sumamente preocupados. Jorge siempre había sido ecuánime en sus decisiones, después de la alocada de decisión de casarse a escondidas con Leticia, hacia ya mas de 15 años, desde ese entonces sus acciones eran bastante medidas y desde que tienen seguridad siempre informaba de cada movimiento.

 Jorge siempre había sido ecuánime en sus decisiones, después de la alocada de decisión de casarse a escondidas con Leticia, hacia ya mas de 15 años, desde ese entonces sus acciones eran bastante medidas y desde que tienen seguridad siempre inform...

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Déjame quererteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora