Prólogo

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Blair

—Tienes un tan mal comportamiento, Seaton —le escupí con rabia mientras veía como engullía con desespero el sándwich que había sacado de mi nevera sin mi permiso.

El tragó lo que tenía en la boca y me miró directo a los ojos. Sus labios se ensancharon en una sonrisa torcida de diversión.

—Y yo odio muchas cosas de ti también —soltó levantándose del taburete de la cocina y dejando el trozo que le quedaba de sándwich en la isla.

Cuando estuvo cerca de mí, respondí:

—¿Ah, si? —enarqué una ceja en su dirección— ¿Que es lo que le podría atormentar la cabeza a Hayes Seaton? —pregunté con falsa tristeza en mi tono de voz, haciendo un puchero.

Sin embargo, el no respondió de forma sarcástica o hizo el mínimo amago de sonreír. Ni siquiera de reaccionar. Al contrario, Hayes posó sus ojos color ámbar en mí, fundiéndose como lava contra los míos.

—Oh, créeme que no lo quisieras saber —comentó en un susurro mirando mis labios más segundos de lo debido.

Bad BehaviorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora