Capítulo XVI: Rude Boy

268 20 3
                                    

Hayes

Solté una gran carcajada al ver a Tyler beber de un barril de cerveza sin inmutarse. Sam y los otros chicos lo animaban a seguir, mientras Mike solo negaba con la cabeza. La música retumbaba en la casa, filtrándose a través de las paredes de la fraternidad Beta, creando una atmósfera vibrante y caótica. Las luces de colores parpadeaban, reflejándose en los rostros sudorosos y eufóricos de las personas a nuestro alrededor.

—¿Quieres, capitán? —me ofreció Daniel, nuestro dorsal, extendiéndome un porro de hierba, sus ojos chispeando con diversión.

Negué con la cabeza, y Daniel se lo ofreció a Mike, quien lo tomó entre sus dedos y le dio una calada, soltando el humo. Alcé las cejas, sorprendido.

—¿Desde cuándo Mike Sirisak fuma hierba? —lo molesté, observando cómo sus ojos se entrecerraban ligeramente.

Se encogió de hombros, sus labios curvándose en una sonrisa perezosa.

—Ganamos, hay que celebrar —dijo, dándome una palmada en la espalda con más fuerza de la necesaria.

—¿No será que estás nervioso? —inquirí, dándole un sorbo a mi trago y mirándolo con interés.

A mi lado, Daniel hizo una mueca curiosa, inclinándose ligeramente hacia adelante.

—¿De qué, idiota? — Mike se cruzó de brazos, tratando de sonar casual pero con un destello de incomodidad en su mirada.

—No lo sé —me encogí de hombros con una sonrisa, observando cómo la tensión se apoderaba de sus gestos—. Parece como si estuvieras esperando a alguien.

La música continuaba resonando a nuestro alrededor. La risa y las conversaciones llenaban el aire, pero mi atención estaba centrada en Mike. Él frunció el ceño y chistó sus labios.

—¿A quién estaría esperando? —respondió, tratando de sonar despreocupado, pero su mirada inquieta lo delataba.

Desde que llegamos hace dos horas atrás había estado mirando hacia la entrada, esperando a que entrara Ethan. Aunque en verdad, dudaba que viniera. Blair casi nunca asistía a las fiestas si es que no era arrastrada por sus amigos y la manera en la que nos evitó en su facultad me decía que no vendría, y si no venía ella, no vendría Lara, y por consecuencia, tampoco Ethan, quien era el importante en esto.

Daniel levantó una ceja y le dio una palmada en el hombro.

—Relájate, hombre, estamos celebrando.

Mike suspiró y se llevó el porro a los labios otra vez, inhalando profundamente antes de exhalar el humo con su mirada perdida en la multitud.

—¡Oye, capi, ven aquí! — la voz de Sam me captó mi atención desde donde estaban. Su voz apenas audible sobre la música.

La casa de la fraternidad Beta estaba a reventar. Luces de colores destellaban a través del humo, mientras la música pulsaba con un ritmo que hacía vibrar el suelo. Los chicos estaban repartidos entre la sala principal y el patio trasero.

—¡Hola, capitán, te extrañamos! —Tyler vino a abrazarme, tambaleándose por la cantidad de cerveza que había tomado.

Su aliento era una mezcla de cerveza y algo dulzón, probablemente algún cóctel barato que había encontrado en la barra improvisada unos minutos antes. Tyler estrelló su cara contra mi pecho y yo hice una mueca. Solo llevaba la chaqueta del equipo puesta sin nada debajo, así que podía sentir toda su boca empapada de cerveza contra mi torso.

—No llevamos ni siquiera dos horas aquí y ya estás borracho —lo aparté de mi pecho, rodeando sus hombros para que no se cayera.

Él rió fuertemente.

Bad BehaviorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora