Capítulo IX: ¿Crees en las casualidades?

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Blair

Siempre he sido una persona sociable. Podría afirmar que lo soy desde que estaba en el vientre de mi madre, esperando hacer mi aparición estelar en el mundo real. Sin embargo, esa cualidad no predeterminó automáticamente que tuviera muchos amigos.

¿Conocidos? Sí, bastantes. ¿Amigos genuinos? Solo Lara y Ethan.

A Lara la conocí en mi primer año de universidad. Nos encontramos en el acto de bienvenida de la carrera de arquitectura y cruzamos palabras porque nos tocó sentarnos una al lado de la otra en el auditorio. Desde ese primer intercambio, nos volvimos muy unidas, ya que nos conocimos en una etapa vulnerable y luego nos tocó varias asignaturas juntas.

A Ethan, por el contrario, lo conocimos en un trabajo grupal que nos asignaron en una clase unos meses después. Desde el momento en que lo conocí, Ethan ha sido una persona alegre y bromista. Alguien que nunca te toma demasiado en serio, pero que, al mismo tiempo, es la persona más protectora y leal que podrías conocer si alguien intenta hacerte daño.

Con Ethan y Lara, poco a poco nos fuimos haciendo más amigos durante nuestra carrera. Hasta el día de hoy, puedo decir que son los mejores amigos que podría haber encontrado. Y eso que pensé que nunca encontraría mejores amigos que aquellos que tenía en la preparatoria.

En la preparatoria, formaba parte del grupo de populares, los chicos y chicas que todos querían ser o estar cerca. Íbamos juntos a las fiestas más exclusivas y nos preocupábamos más por cómo lucíamos que por nuestras calificaciones. Mis amigas de aquel entonces eran como Barbies y Kens, siempre impecables y con la última moda, desfilando en los coches caros que sus padres les compraban.

Aun recuerdo a Sarah. Era la líder indiscutible del grupo y mi mejor amiga. Con su cabello negro y su sonrisa perfecta, siempre estaba rodeada de admiradores. Tenía un encanto innegable, pero también sabía ser cruel, algo que comprendí a la fuerza mucho después. Emma, quien siempre estaba a la sombra de Sarah, ansiosa por agradar, nunca decía nada que pudiera desagradar al grupo, solo reía y asentía a lo que Sarah decía.

Y por último, Colton y Jaxon, los chicos más populares. Los jugadores estrellas de baloncesto de la preparatoria, cuya arrogancia era tan grande como sus músculos. Se paseaban por los pasillos como si fueran los dueños del lugar, con sus chaquetas deportivas siempre impecables y sus sonrisas llenas de suficiencia. Colton, el capitán del equipo con su cabello castaño y sus ojos azules, parecía salido como un calco de una película de Hollywood y Jaxon, el escolta del equipo, haciéndole honor a su posición, siempre estaba a su lado como su fiel escudero, su mirada calculadora buscando constantemente a su próximo objetivo de burla.

A pesar de todas esas advertencias, fui novia de Colton. Fue mi primer novio, mi primer amor, mi primer todo. Recuerdo cómo me sentí cuando me pidió salir cuando tenía dieciséis años, fue como si el mundo entero se hubiera detenido. Mi corazón latía con fuerza cada vez que me tomaba de la mano o me sonreía. En mi ingenuidad, creí que él sentía lo mismo por mí, que yo era especial para él. Que me quería. Pero estaba tan enamorada que fui demasiado ilusa para no me darme cuenta de que me engañaba con Sarah desde que comenzamos a salir.

Todos mis amigos lo sabían y no me dijeron nada. Peor aún, se burlaban de mí a mis espaldas. Recuerdo las risitas ahogadas y las miradas furtivas cuando pasaba, sin entender que yo era el objeto de sus burlas. Se reían de mi ingenuidad, disfrutando de mi ignorancia mientras yo pensaba que formaba parte del grupo.

Era un ambiente tóxico, lleno de superficialidad y apariencias. Si alguien mostraba un poco de vulnerabilidad, se convertía en el blanco de las burlas. Y aunque en su momento disfrutaba de la atención y el estatus, siempre había una parte de mí que se sentía vacía. Era como si estuviera viviendo una vida que no era realmente mía, interpretando un papel en el que no encajaba, solo por querer llamar la atención de mis padres y ser mejor de lo que era Beck, quien siempre había sido un ejemplo a seguir según mi familia.

Bad BehaviorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora