Good Boys

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Max no había tenido tiempo de nada, después de que las segundas prácticas terminaran, su padre lo había llevado de inmediato a las grabaciones para un nuevo video promocional del equipo, esas tonterías absurdas que él odiaba, pero que su padre y el equipo insistían en que era necesario. Apenas y tuvo tiempo de pasar y desearle suerte a su hermano, aunque más que eso quería ver a Sergio, por desgracia, no había tenido suerte.

La clasificación terminó, Charles tenía la pole pero él salió en segundo así que tenía oportunidad. Bajo del auto y a lo lejos vio a Sergio, felicitando a George, quien había quedado en tercer lugar en la clasificación, estaba a nada de ir con él, pero apenas bajó, su padre ya estaba ahí, listo para llevarlo a otro lugar.

—Tenemos que hablar Max, ahora. —Max había estado evitando a su padre desde que llego, no se tragaba del todo el cuento de que Jos estaba en un evento, Jos jamás perdía oportunidad de fingir que era parte del equipo, así que algo debía estar pasando entre sus padres.

—Papá, acaba de terminar la clasificación, quiero descansar y...

—Ya no puedo seguir ocultándole la verdad a Mick, cuando regrese a casa, tu padre ya no estará, se habrá ido definitivamente.

En el fondo aquello alegraba a Max, por fin Christian se iba a deshacer de esa basura que tenía como esposo, era su padre, si, pero había sido un pésimo padre para ellos y un pésimo esposo, Christian se merecía alguien que lo valorara, alguien que lo amara como él se merecía, pero no dejaba de pensar en cómo aquello le afectaría a Mick, su hermano siempre había intentado hacer todo por agradar a Jos, entre peor lo trataba, mas era la necesidad de Mick de tener su aprobación, seguro que esto le caería mal.

—Hazlo entonces, pero por favor, espera hasta que estemos todos, es decir, tu, él y yo.

Christian asintió con la cabeza, él también había pensado en que aquello sería la mejor forma de decírselo. Max acompañó a su padre, siempre solían ir separados, sobre todo porque tenían la regla de que en los circuitos eran solo jefe y empleado, pero en esa ocasión, su padre lo necesitaba.

Iban saliendo del circuito cuando Max vio a Rocco recargado en el capó de un coche, no lo había visto en todo el día, cosa rara ya que él y Vitto pocas veces dejaban solos a sus jefes, Rocco abrió la puerta del copiloto y se inclinó para ayudar a salir a la persona que estaba dentro, Vitto salió del vehículo dando manotazos para que Rocco lo soltara, cuando Max vio por qué necesitaba ayuda, se quedó pasmado.

Parecía que Vitto había sido el costal de box de alguien muy molesto. Christian le dijo algo a Max, quien no prestó mucha atención a su padre, solo asintió con la cabeza y se fue en dirección a donde estaban los guardaespaldas.

En cuanto lo vieron, Vitto y Rocco se alejaron, como si estuvieran evitándolo, pero Max se apresuró para alcanzarlos.

—¿Por qué parece que están huyendo de mí? —preguntó el rubio.

—Lo siento joven — respondió Rocco— tenemos prisa, el señor nos pidió unos informes que debemos terminar.

Max puso los ojos en blanco, se esforzaban mucho por mantener sus mentiras, seguro que esos dos ni siquiera habían enviado un informe en su vida.

—¿Los informes te dejaron en ese estado, Vitto?

Vitto pareció incomodarse y eso solo hizo que las sospechas de Max incrementaran.

—¿Fue mi culpa? —preguntó el rubio.

Vitto solo negó con la cabeza y siguió su camino, se notaba el dolor que le producían los golpes al caminar.

—El error de Vitto fue hablar contigo como si fuesen amigos —dijo Rocco, pasando a su lado también— cada quien tiene su lugar y olvidarlo nos puede costar muy caro.