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Lewis arrojó el vaso de bourbon, que se estrelló contra la puerta del comedor por la cual Toto acababa de salir, dejándolos solos y con muchas preguntas.

—¿La casa de tu infancia... donde no llevas a nadie? —preguntó Max, en un intento para que la tensión del lugar disminuyera.

—No lo entiendes —dijo Sergio— esta no es una invitación que tú quieres recibir, no es para socializar, es para torturarme, a mí y a Lewis, nuestro padre nos está castigando por haber descuidado nuestro trabajo, nos está dando una lección.

—¿Una lección? —preguntó Mick— ¿una lección sobre qué?

—Sobre que no debemos confiar en nadie más que en nuestra familia —Lewis se pasó los dedos por el cabello, Sergio tenía razón, esto era un maldito castigo para ellos— sobre el amor y la lección es que, si amas a alguien, te traicionara.

—No lo entiendo —Max intentó tomar la mano de Sergio, pero este la quitó casi de inmediato— porque su padre quería hacer eso.

Sergio asintió en dirección a Lewis. Max y Mick no eran unos desconocidos, no eran solo un pasatiempo para ninguno, eran algo más, lo eran todo, ya no valía la pena seguir fingiendo o dudando, si querían que lo que tenían actualmente continuará, debían ser sinceros, contarles como habían sido las cosas, porque Toto estaba tan disgustado con la nueva situación sentimental de sus hijos.

—Nuestro padre se ha enamorado dos veces en la vida —comenzó Lewis, sabía porque Sergio lo dejó contar aquello a él. Odiaba contar aquella historia y con justa razón— la primera vez fue de la madre de Sergio. Toto la conoció en un bar en París, ella cantaba allí y según nos contó, fue amor a primera vista. Catrina y yo ya vivíamos en la casa de campo con él, pero como aun éramos niños, nos llevaba a todas partes. Maca, la madre de Sergio, y Toto, comenzaron a salir durante las cuatro semanas que estuvimos en París, cuando tuvimos que regresar, él le pidió venir con nosotros. Maca y Sergio se mudaron a la casa de campo, se casaron al poco tiempo y Sergio fue adoptado legalmente. Un día, Maca se marchó, dejando solo una nota y a Sergio. Según ella, quería perseguir su sueño de ser cantante y dijo que la vida escondiéndose de las autoridades no era lo suyo, mi padre no quiso buscarla, dijo que una mujer que abandonaba a su hijo simplemente no valía el esfuerzo. Aunque Maca le rompió el corazón a mi padre.

Max sostuvo la mano de Sergio debajo de la mesa, esta vez él no la quitó. Una vida huyendo y escondiéndose no debía ser fácil, todo lo contrario, pero abandonar a tu hijo, eso era una mierda realmente, Sergio había tenido suerte de que Toto lo quisiera como a un hijo propio, de lo contrario, la historia podría ser muy distinta.

Lewis continuo:

—La segunda vez que se enamoró fue de un paramédico, nunca había visto a mi padre de aquella forma, pensaba incluso dejar aquella vida, nos lo había prometido, seriamos una familia de verdad. Johan, el paramédico, era realmente bueno, le leía cuentos a Catrina y jugaba baseball conmigo y con Sergio en el jardín. Un día mi padre descubrió que había vendido información sobre él por una cantidad de dinero increíblemente grande. Toto se volvió loco, él realmente amaba a ese hombre y su traición le dolió más que la de Maca, por lo menos Maca se había ido en busca de un sueño propio y le había dejado un hijo, un niño que lo ayudó a calmar su odio y rencor, Johan lo había traicionado por dinero y lo único que le había dejado era dolor. Mi padre lo asesinó y prometió jamás enamorarse de nuevo.

—Pero... —Mick se acomodó en su asiento. Toto le había parecido intimidante, pero ahora que sabía que incluso había asesinado a su pareja al descubrir su traición, le parecía algo más atemorizante— Tu padre mencionó a una mujer, dijo que era la madre de ustedes ¿no la amo a ella?

Good BoysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora