El Maldito Amor

18. Esa noche de lluvia

AVISO: Este capítulo contiene spoilers del Manga.

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Poco a poco, Sanemi Shinazugawa fue ganando fuerza. 
Y aunque aún dormía mucho, cada vez tenía mayores periodos de vigilia.

Una noche, en la que una tormenta caía sobre la Finca, Saori y él estaban sentados en la cama, junto a la ventana.
Saori apoyó su cabeza en el hombro de Sanemi, entrelazó su brazo con el suyo, y observó las gotas plateadas deslizarse por el cristal. 

- ¿Por qué estás aquí realmente?- preguntó él, luego del rato largo de silencio.

- Bueno, no es que tenga muchas ganas de irme, mira la lluvia.-

- Hablo en serio, Saori. Aún recuerdo lo que te dije cuando discutimos por Genya. ¿Tú no?- 

Saori pareció tensarse. 

- Si.- le contestó, y se reincorporó.

- Y aún...¿aún me amas luego eso? Luego de eso y tantas otras cosas...-

- Pensé que no. Esa mañana, si hubiera podido, te hubiera matado. Hubiera sido a ti a quien hubiera cegado, realmente te odié.-

Sanemi se sintió profundamente avergonzado. Recordaba aquél momento con incómoda claridad, y sabía muy bien que había sido un cretino de primera. 

Cerró los ojos y suspiró. 

-Cuando dejaste de venir a entrenar, al principio me enojé. No entendía cómo podías ser tan irresponsable cuando jamás habías sido así. Cuando pasaron los días y aún no aparecías, empecé a pensar que quizás esa discusión había sido la gota que colmó tu vaso, y me asusté. Quería disculparme, y créeme que lo intenté. Pero...bueno, no tengo excusas, soy un maldito idiota orgulloso.-

Saori lo miraba atentamente. Entonces finalmente le dijo:

- Es que luego de lo que sucedió...me dolias. Cuando pensaba en ti, ya no sentía mariposas, sino un profundo dolor. Por eso dejé de ir a entrenar.- Dijo ella, sin moverse.- No podía tolerar mirarte ni tenerte cerca.-

Una angustia desagradable se pegó al pecho de Sanemi y parecía apretar su corazón con cada latido.

¿Cómo pudo herir así a la mujer que ama? No es estúpido, sabe que las palabras pesan pero él nunca tuvo reparos en hablar ni en ser mordaz en una discusión, en su mente, era la gente la que era demasiado sensible y ese era el problema.

Pero con ella fue diferente. Saori siempre supo sobrellevar su carácter explosivo, ella le contestaba sin miedo y al principio a él le molestaba increíblemente. Luego entendió que había encontrado por fin a alguien que no temia discutir con él.

Pero llegó ese último intercambio de palabras. Y cuando ella desapareció de su vida, él se sintió perdido. Incompleto.

- Sin embargo...- Dijo ella, apoyando nuevamente su cabeza en el hombro de él.- comenzó la pelea y en el campo de batalla solamente pude pensar en dos cosas...-

- ¿En qué?.-

- En pelear por vivir, y en mi hijo. En todo eso que me hiciste recordar que no tenía ya. Una cosa alimentó a la otra. Intenté buscarte, mientras recorría la Fortaleza con mi grupo y no pude verte. Y a cada paso que daba me di cuenta de que estaba asustada, aterrada, de que algo te suceda.-

Saori lo miró. Sanemi sólo bajó la cabeza, y apretó los labios.

- Cuando salimos a la superficie...¿lo recuerdas?- preguntó él.

Claro que recordaba. 
Cuando todo explotó y salieron, Sanemi y ella se habían visto en ese momento. 

- ¡¡SANEMI!!- Gritó ella cuando logró encontrarlo.