16. Las termales

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-¿Dos semanas?- preguntó Tengen, sentándose a la  izquierda de Sanemi en las aguas termales.
- Si...- Suspiró él, echando la cabeza hacia atrás para apoyarla en una roca,con los ojos cerrados y dejando que el agua relaje sus músculos.
- ¿También dejó de entrenar?- indagó el ex Pilar del Sonido.
- Si.-
- Sabes que es por tu culpa ¿verdad?- declaró Tengen, y cruzó sus brazos por detrás de su cabeza.
- Si.- Suspiró Sanemi, sin moverse.
- Bien, porque no me gustaría escuchar que culpas a la chica por abandonarte.- le dijo.
- Las mujeres son problemáticas.- Iguro habló desde el lado derecho, en la misma posición en la que estaba Sanemi.- Te dije que era muy emocional.-
- No todas son así...- Dijo Tengen.
- Claro que no.- dijo Iguro.- la mitad son emocionales, las otras son perras frías.-
- Oye...- Uzui entrecerró el ojo bueno para mirarlo.
- Sin excepciones.- Sentenció Iguro, firmemente.

Tengen puso el ojo bueno en blanco un momento. De sus tres mujeres la más emocional era Suma. Pero Hinatsuru y Makio no eran para nada perras frías. Todo lo contrario.
Y él las amaba con locura, tal como eran. Aunque supuso que Iguro jamás lo entendería.

- ¿Y en que categoría encaja Mitsuri?- quiso saber Tengen.
Igual picarlo un poco nunca estaba de más.
Iguro Obanai miró a Tengen Uzui con una mirada que, si pudiera matarlo, lo hubiera hecho en ese instante.
- No lo sé, ¿donde encajan tus tres esposas?- replicó, cruzándose de brazos.
- Te puedo asegurar que no en perras frías.- Sonrió Tengen ampliamente.
- ¿Terminaron de pelear niñas? ¿Alguno tendría algún consejo útil para darme? Tú principalmente, Tengen, creo que tienes más experiencia con las mujeres. Sin ofender, Iguro.- Dijo Sanemi, finalmente mirándolos a uno y luego al otro.
- Para nada.- Dijo el Pilar de la Serpiente, acomodándose en su lugar.
- Creo que nunca la cagué tanto como la cagaste tú, hermano.- Tengen fue sincero con Sanemi.- Lo siento.-

No era sencillo llevar un matrimonio polígamo, porque aunque se llevaban bien los cuatro y había muy buena química, los malentendidos no faltaban. Los celos, si bien estaban lejos de ser una preocupación para él, existían, y generalmente eran por nimiedades, un beso más largo, una sonrisa diferente o a quien se le servía un poco más de comida. Eran situaciones que se acentaban en determinado momento del mes, y aunque Tengen tenía paciencia con sus mujeres porque las amaba, en esos días quería desaparecer.
Jamás había discutido gravemente con ninguna de ellas, la convivencia en un 95% era pacífica y se consideraban un matrimonio muy comunicativo.

- Si, eso es de gran ayuda.- bufó Sanemi.
- Ve a disculparte.- Dijo Iguro, y estiró el brazo para que Kaburamaru que andaba por allí, se suba a él. - Llévale algo que le guste, algo bonito.-
- Lo siento, yo estoy ocupado.- Sonrió Tengen.- Y no creo que tú entres en esa categoría.- dijo, ladeando levemente la cabeza. Le gustaba molestar al Pilar de la Serpiente.
- Cállate.- Siseó Iguro, casi como una verdadera serpiente.- Mira, lo cierto es que deberías haber lo que te gustaría que hagan contigo si las cosas fueran al revés. ¿La heriste? Pues compensala el doble de lo que la lastimaste, hazlo desde el corazón, no pensando en que tienes que arreglarlo porque fue tu error, hazlo pensando en el dolor que le causaste y en lo que sientes por ella...- el hombre de los vendajes dudó un momento. Se aclaró la garganta y agregó.- Hazlo con amor.-
-¡Awww que te parece! ¡Nuestro niño está creciendo!- exclamó Tengen, poniéndose la mano que le quedaba en el pecho, en un gesto muy teatral.- ¡Pronto podrá hacer cosas de adultos con Mitsuri!-
- Tengen, te juro que...- Dijo Iguro apretando los dientes, con los ojos entrecerrados, mirando al ex Pilar.
- Oye, eso fue realmente sorprendente.- Dijo Sanemi, con verdadero asombro pintado en el rostro.- Es decir, viniendo de ti.-
- ¿De verdad todavía no fuiste a disculparte con ella?- preguntó el hombre del cabello negro, con su fiel amiga Kaburamaru enroscada nuevamente en su cuello.
- Si...y no.- dijo Sanemi, y sus dos acompañantes lo miraron con un claro gesto de no entender.- Es decir... intenté cruzarme con ella casualmente pero no sé dio. Llegué hasta su puerta pero...no supe qué decirle. Y me fui.-
-Vaya idiota...- Iguro se cubrió el rostro con una mano.
- Pues dile la verdad.- Dijo Tengen.-  Que eres un idiota que está claramente enamorado pero su lado cabrón e insufrible aún es más fuerte.-
- Creo que eso le queda claro.- Dijo Iguro.
- ¿Realmente la llamaste perra insensible?- preguntó Tengen, poniendo su mano en el hombro de Sanemi.
- Si. No me lo recuerdes. - contestó él, apretando los párpados un momento.- Quiero golpearme cada vez que eso aparece en mí mente.-
- YO quiero golpearte cada vez que recuerdo eso, idiota.- Exclamó Tengen y le dio un coscorrón, algo que Iguro encontró cómico - ¿Cómo pudiste ser tan cruel?-
- ¡Estaba enojado!- Exclamo Sanemi, sobándose la cabeza.- Tenía miedo por Genya, no quiero que sea un Cazador. ¡No quiero que viva esta vida!-
- Ya, pero Sanemi....¿'Perra insensible'?- Preguntó Tengen, alzando una ceja.
- Lo sé, no lo pensé, solo.... sólo salió así.- exclamó Sanemi, alzando levemente las manos.- El 80% de las veces digo lo que pienso y ella nunca había reaccionado asi. Cuando llegué a la puerta casi me vuelvo a pedirle perdón.-
- ¿Y por qué carajos no hiciste eso?- Preguntó Tengen, cubriéndose el rostro.
- No lo sé... orgullo supongo.- contestó él, encogiéndose de hombros.
- Oh oh, el asesino silencioso de relaciones. Lamento decirte que no llegarás lejos si dejas que el te aconseje.- Le dijo el antiguo Pilar.
- Además, no puedes pretender que viva aceptando tus pendejadas, Sanemi.- lo regañó Iguro.- Todo el mundo tiene un límite y me asombra que no te haya mandado a la mierda luego que discutieron en la casa Ubuyashiki.-
- Momento, momento…yo no me enteré de eso- Dijo Tengen, y se inclinó hacía adelante, haciendo que la punta de su cabello suelto roce el agua caliente.
- Fue por Genya. Por la pela en mí casa.- explicó Sanemi.
- Ajá, si. Dile qué le dijiste a Minamoto.- Iguro habló y se cruzó de brazos. Tenia en los ojos una expresión de oscura satisfacción.
- Que…que no era de su incumbencia.- Dijo Sanemi, desviando la mirada al cielo.
- Bueno…no le veo lo malo.- Tengen se encogió de hombros.- Después de todo, no deja de ser tu…-se detuvo a mitad de frase porque Iguro lo interrumpió para decir:
- Ahora cuéntale qué venía sucediendo hace unas semanas antes.-
Sanemi entrecerró los ojos y clavó su mirada en Iguro, que también achicó los párpados.
-Creo que no es necesaria tanta información.- Dijo Sanemi, si dejar de mirarlo.
-Oh si lo es…para que entienda por qué la chica se cansó finalmente de ti.- insistió el Pilar de la Serpiente.
- ¿Que pasó?- Quiso saber Tengen, e intentó descifrarlo mirando atentamente a ambos hombres.
- Dile.-
- ¿Para que? - Sanemi se cruzó de brazos.- No tiene nada que ver con esto, además él…-
- ¿¿SUCEDIÓ?? ¿¿TE LA TIRASTE!??- Exclamó Tengen, con la sorpresa visiblemente pintada en el rostro pero con una enorme sonrisa.
-...Se pone así y me molesta…- Se quejó Sanemi, y se cubrió el rostro, ahora enrojecido por la vergüenza, con una mano.
- ¡POR FIN, CARAJO! -Tenge Uzui golpeó el agua con la mano,-  ¡Te tomó una maldita ETERNIDAD!
- Tendría que ahogarte ahora mismo, Iguro. Te dije que mantengas la boca cerrada, serpiente traidora.- Sanemi señaló a Obanai con el dedo acusador, pero el otro simplemente sonrió debajo de las vendas, casi con picardía.
- Cuéntame todos los detalles.- Dijo Tengen, dándole un leve codazo a Sanemi.
- No por favor.- Iguro negó con ambas manos- No quisiera infectar mí cerebro con esas imágenes repulsivas.-
- ¿Temes que no te quede espacio para imaginarte a Mitsuri desnuda? Cierra la boca y escucha, quizá te sirva para cuando finalmente decidas dejar de dar vueltas.- lo reprendió Tengen.
- No pienso decirles nada. Sería una falta de respeto hacia ella.
- Claro, decirle que no se meta en tu vida y llamarla perra insensible luego de habertela follado es más respetuoso.- Contesto el ex Pilar.
- No fue tan asi- se quejó Sanemi.
- ¿Y como fue entonces? ¿Hicieron el amor?- preguntó Tengen.
- Si.-
- Mas de una vez.-
- Bastantes más…-
- Y cuando apareció tu hermano te portaste cómo un loco y le dijiste que no se meta porque no tenía derecho.- Dijo el ex Pilar.
-...Si…- Sanemi estaba empezando a sentirse realmente mal. Había visto esto en perspectiva pero no le gustó lo que vio, así que decidió no pensar más en ello.
- O sea que…- Tengen volvio a hablar. Se frotó el mentón cómo si estuviera pensando.- corrígeme si me equivoco, pero esto es algo así: la entrenas dos años, se enamoran, están casi dos años más para concretar, finalmente decides dar el paso y se pasan los días haciendo lo que no hicieron en dos años…pero no tiene derecho a meterse en tu “vida” HASTA que tú le pides que se meta solamente para lastimar al crío y te enojas cuando se niega.-

Hubo un silencio. Sanemi se humedeció el rostro y se frotó la nuca.
- Vaya... ¿realmente la cagué, verdad?- preguntó entonces.
- En grande.- Contestó Iguro.
- Definitivamente.- Agregó Tengen.
Sanemi se hundió totalmente en el agua un momento y luego salió a la superficie otra vez.
- Si eres consciente de que también deberías pedirle perdón a tu hermano, ¿verdad?- dijo Iguro, una vez que lo vio emerger.
Sanemi asintió, mirando el agua frente a él. Ahora que había procesado la ira y la desesperación de ver a Genya entre las filas de los Cazadores, sólo quedaba temor, miedo disfrazado de molestia, para que el mundo no vea el verdadero rostro de ese sentimiento que llenaba en el corazón, porque pensar en qué a su único hermano, a su hermanito, podría pasarle algo que él no podía evitar, parecía fragmentar su alma.

"Si tiene la mitad de la fuerza de determinación que tienes tú, no se detendrá." Le había dicho Saori sobre su hermano y Sanemi sabía que había acertado. Después de todo era un Shinazugawa, determinación y fuerza no les faltaba. Maldijo la hora en que el mocoso alumbró la idea de ser un Cazador, porque ahora tenía algo más que lo afligía.

- Lo haré cuando tenga oportunidad.- dijo, y se acomodó nuevamente con la cabeza echada hacia atrás. Cerró los ojos y espero que los fantasmas que nublaban su cerebro se esfumaran.
- Si, porque eso resultó muy bien con tu tsuguko.- observó Iguro.
- Tú eres el menos indicado para sermonearme.-
- Sin embargo, aquí estás, contándome todo.- Replicó el Pilar de la Serpiente.
- Si, te considero mi amigo, pero eso no quita que también seas pésimo con las relaciones interpersonales.- Dijo Sanemi, sin mirarlo.- Acéptalo.-
- Excepto si esas relaciones interpersonales tienen dos enormes razones pa...- empezó a decir Tengen distraídamente, e Iguro lo interrumpió dándole un golpecito con el dedo índice de la mano por el lado de la uña en la oreja, lo que hizo reir a Tengen.

Hubo un momento de silencio, donde la paz de las aguas termales realmente logró relajar a Sanemi, donde todo lo que oyó fue el tintineo etéreo del agua, y la sinfonía eterna de las cigarras.

- Bueno, ¿y que piensas hacer? Al menos con tu sucesora.- preguntó Iguro.
- Iré a buscarla cuando pueda y le pediré perdón.-
- ¿'Cuando pueda'?- repitió Obanai, frunciendo levemente el ceño.
- Digamos que no soy bueno con eso.- dijo Sanemi.
- Te dimos la solución, y es simple, ¿qué es lo que necesita tanto preparativo que no puede ser dentro de una hora o dos?- lo interpeló Tengen.
- Yo mismo.- suspiró Sanemi, como si estuviera realmente agotado.
- Yo que tú me apresuro.- dijo el ex Pilar.- Tampoco es que ella vaya a esperarte toda la vida.
- Aún hay tiempo... sólo necesito prepararme.-

Sin embargo, no todo siempre sale como lo planeamos.

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