15. Desobediencia

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-¿¡Cómo pudiste!?- Saori perseguía a Sanemi por las pasarelas de la casa de la casa Ubuyashiki. Él caminaba rápido y enojado y ella intentaba seguirle el paso.
- No voy a discutirlo contigo.-
- ¿¡Cómo que no!?- Exclamó ella, sorprendida.- ¡Es tu hermano! ¡¿Tuviste una oportunidad de recuperar algo de tu familia y actúas asi!?- Exclamó Saori, yendo unos metros detrás de Sanemi, que se encaminaba a la salida.
- No me presiones mujer.- gruñó él, haciendo un ademán con la mano, pero sin voltear a mirarla.

Sanemi no estaba seguro de qué sentía en ese momento. Era una mezcla extraña y desagradable, como un trago de algo viscoso, denso y oscuro. Pero si estaba seguro de que se sentía muy molesto.

- ¿Entonces vas a huir cómo siempre?- le gritó ella, y se plantó en el lugar.- ¿Cómo cada vez que algo se acerca mínimamente a tu corazón?-
- Cierra la boca.- dijo Sanemi, volviéndose hacia ella. La tomó del brazo, y la acercó a él. Los ojos del Pilar estaban encendidos y las venas resaltaron notoriamente. Era aterrador pero a ella ya no le afectaba. Además, estaba muy enojada y se podía ver las chispas entre ambos.- Esto no es de tu incumbencia, Minamoto.-
- Lo trataste cómo una basura, Sanemi. Es sólo un niño, eres su única familia...-
-Es personal. Mantente fuera de esto.- Dijo él entre dientes.
- ¿¡"Personal"!? Hay cosas mucho más personales pasando entre tú y yo ¿No te parece?- Espetó ella, soltandose violentamente de su agarre.

La secuencia había sido bastante simple, pero incómoda.
Esa mañana, durante el entrenamiento del Pilar, estando en el Dojo del Pilar del Viento, Saori estaba encargada de supervisar a todos los cazadores que entrenaban ahí, dándole una mano. En un momento determinado, un joven se le acercó, y le preguntó si ella era la tsuguko de Sanemi. Saori respondió que si, y el chico se presentó como su hermano menor, Genya, diciendo que necesitaba hablar urgente con él.
Ella no supo cómo responder al principio.
Sabía de él, pero Sanemi siempre le había dicho que no sabía dónde estaba, incluso que no estaba seguro de que esté vivo. Inocentemente, pensó que quizá ahora se reencontrarían. Guió al muchacho hasta Sanemi, pensando que...bueno, que sería un encuentro agradable para ellos.
Pero fue un desastre. Sanemi fue muy cruel con el chico. Todo se puso muy físico y hubo una pelea entre Sanemi y Tanjiro Kamado, quien tomó parte por Genya, una pelea que escaló rapidísimo y terminó en algo muy violento, en la que tuvo que intervenir también para frenar a su maestro.
Luego de eso, Sanemi fue llamado a la casa Ubuyashiki. Lo sancionaron, a ella la regañaron también porque se vió involucrada, y a Tanjiro le prohibieron tomar el entrenamiento del Pilar del Viento, al punto de que ni siquiera pueden acercarse.

- Si. Pero eso es otra cosa. Tienes prohibido hablar con él.- Sentenció Sanemi.
- ¡JA! ¿¿En serio??- Saori no podía creer lo que oía. Años de estar en el Cuerpo y él jamás le había prohibido hablar con nadie, simplemente estaba aturdida.
- Muy en serio. No quiero verte cerca de él, ni que le hables. No quiero que Genya tenga nada que ver conmigo ni contigo. Es una orden. De Maestro a Tsuguko. ¿Está claro?-

Saori apretó los labios. No le gustaba nada todo aquello, era incómodo, molesto.
Pero era una orden de su Maestro...y ella no podía ignorarla como tal.

- Si, Maestro.-
- Tampoco quiero que hables con Kamado.- agregó Sanemi.

Saori bufó. Aunque no le extrañó, a Sanemi nunca le agradó chico ni su hermana. Sin embargo, en las charlas que tuvo Saori con Tanjiro durante el entrenamiento, le había resultado un jovencito muy agradable.

- ¿Por qué mejor no me encadenas a un árbol en tu jardín?
- Podemos jugar con cadenas cuando quieras...- sonrió él, malicioso. - Pero este tema se termina aquí.-
Saori no dijo nada, solo comenzó a avanzar rápidamente, pasando a su lado.

***

Una mañana, al regresar de una noche bastante agitada, encontró a Sanemi en su puerta.

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