LXI. Louisse

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Sábado 01 de enero de 2017.

1:39 pm.

— Creí que tu madre jamás me dejaría entrar aquí — dice Nicholas caminando por la sala de baile mientras analiza todo a su alrededor.

— Te dejo entrar porque yo no estoy practicando — digo riendo — puedes practicar esgrima aquí cuando quieras durante el tiempo que estén aquí — digo mirándolo desde la puerta.

— Te lo agradezco — dice mirándome por el reflejo del espejo — pero tenemos que regresar a Seúl — dice tranquilo.

— ¿De verdad quieres volver?.

— Ya no tengo nada por que seguir aquí — suspira — lo único que me queda eres tú, y tú vendrás conmigo — sonríe haciéndome sonreír también.

— Alteza — dice Lidia a mis espaldas desde fuera de la habitación — sus padres quieren decirles algo — dice aplanando sus labios.

...

Al entrar a la sala de estar, me encuentro con la horrorosa escena de mis padres junto al duque y Edward observándonos silenciosamente.

— ¿Ahora qué? — pregunto a la defensiva.

— Edward quiere llevarlos de paseo para que se despejen — dice mamá riendo ante mis bruscas palabras logrando que la vea aburrida.

— ¿Ahora? — pregunta Nicholas serio a lo que Edward solo asiente en silencio.

— ¿Estás bien con eso, hijo? — pregunta el duque fingiendo preocupación.

— Estoy bien con cualquier cosa que me aleje de ti — responde cortante mientras toma mi mano — nos vemos más tarde — dice dedicándole una reverencia a mis padres para después dirigirnos a la salida con Edward a nuestras espaldas.

Sé que puede sonar mal, pero la muerte de la madre de Nicholas ha marcado un antes y un después en él, en tal solo un día me ha demostrado que ya no piensa ser aquel niño asustadizo y que acataba cada petición absurda de su padre, finalmente ha puesto ese límite que tanto deseo.

Subimos a la parte trasera del auto seguidos de Edward tras el volante mirando a Nicholas con una mirada de lo que parece ser orgullo tras ver como se dirige a su padre últimamente.

— ¿A dónde vamos? — preguntó curiosa.

— Iremos por un café primero, si les parece bien — responde este encendiendo el auto.

— Un café está bien — responde Nicholas asintiendo.

3:15 pm.

Bajamos del auto y caminamos por el delgado camino de piedra frente a la cafetería, la cual se encuentra adornada por flores para donde sea que gires a ver, al entrar me percato de que se encuentra vacía, únicamente se encuentran los trabajadores dentro de esta.

— ¿Seguro que el café es bueno aquí? — le susurro a Edward mientras lo tomo del brazo haciéndolo reír.

— No tengo idea — me responde del mismo modo.

— Los están esperando — dice una de las empleadas logrando descolocarme.

— ¿Que? — pregunta Nicholas confundido.

— Adelante, bienvenidos — dice sonriente acercándose a abrir la puerta frente a nosotros. Me giro a ver a Edward quien solo me sonríe encogiéndose de hombros, miro a Nicholas quien se encuentra igual o más confundido que yo, pero simplemente decidimos salir, aunque debo admitirlo que ambos estamos bastante alertas.

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