Capítulo 14: Amazon prime quiere destruir mi instituto

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Hola, soy Catra y ésta es la historia de cómo un tipo loco que trabaja en amazon casi destruye mi reformat- digo instituto y frustra ¿? (otra vez) mi intento de confesarme.

>¿Catra? ¿hola? ¿podrías traerme un cambio de ropa? La operación ha salido bien, parece que Hordak se va a recuperar.

Mi día no paraba de empeorar.

Después de recoger un poco de ropa de la habitación de Entrapta me dirigí hacia el hospital andando, ya que había una cola del demonio para coger el bus. El hospital estaba evidentemente a tomar por culo, alejado de la mano de dios e infestado de piojos y enfermedades raras de las que no quería tener idea. De no ser por este favor ni de coña hubiese pisado un hospital.

Giré a la derecha y después otra vez en la misma dirección siguiendo los cartelitos hasta llegar a paliativos, donde se encontraba Hordak. Cuando la escuchó llegar Entrapta salió atropelladamente de una habitación con olor a lejía y cloro ugh.

-Muchas gracias Catra de verdad, no lo voy a olvidar, te invitaría a pasar, pero Hordak está muy débil y no creo que le gusten las visitas ahora mismo.

Y sin dejarme decir nada más se fue hacia dentro, yo decidí darles un poco de privacidad y esperarla para ver si de casualidad pillaba transporte gratis a casita. Con un suspiro de aburrimiento me escurrí en la silla con los brazos a esperar por lo menos 2 horitas a que la chica de las coletas terminase su vigilia.

Entonces reparé en que tenía a una persona justo al lado, más que nada porque tosió, estaba muy pálido y tenía rastas de color blanco y ojos verdes, me moví una silla a la derecha solo por si acaso.

-No estoy enfermo si es lo que piensas, solo un poco débil.

-Ya

Nos quedamos mirando un momento y yo seguí a lo mío, mirar a una pared fijamente tratando de descodificar el significado del cuadro de una cesta de frutas feas colgado enfrente mío.

-¿Estás esperando a alguien? O vienes a visitar a Hordak –de repente me incorporé, me sorprendió mucho que supiese a quién venía a ver, luego me fijé que estaba sentada en la silla continua a su habitación en el pasillo y casi que me morí de vergüenza allí mismo.

-Hordak, ¿tú también?

-En realidad acabo de salir de quirófano, soy su donante de médula.

Me quedé con la boca abierta, era como uno de esos héroes de las películas que desinteresadamente salvaba a un personaje antes de morir y- bueno, lo que dijo a continuación me cerró la boca, le echó un candado y tiró la llave a un río.

-Somos familia después de todo, él es una desgracia con patas y yo he salido en condiciones, menos mal –me salió un tic en el ojo, Hordak no me caía bien pero este señor se cría demasiado para la poca cosa que era- Soy Horde Prime por cierto.

En eso se me fue la furia.

-¿Cómo amazon prime? –No pude evitarlo me lo dejaba a huevo, se estaba ganando el derecho de considerarse la persona con el apellido más raro del planeta.

-Exacto

Ay no jodas

-Yo inventé amazon prime, de ahí ponerle mi apellido al sistema de envíos –el hombre sonrió con autosuficiencia y algo malvadamente, supongo que todos los peces gordos tienen un toque de villanía en sus venas- Hordak se supone que debería ayudar con el negocio familiar pero es tan débil que es incapaz de ser útil.

-Pero Hordak tiene su propio laboratorio y también... ejem, ¿tiene cáncer?

-Tonterías, eso no te impide trabajar –lo miré desconcertada, quería joderle de alguna forma, pero resultaba que tenía un apellido tan jodido pero tan bien aprovechado que le era casi imposible buscarle uno, a menos...

-¿Y tú niña? ¿Qué haces en la vida?

-Sufrir señor Optimus –me miró de manera extraña- como Optimus Prime...

Vale esto empezaba a ser incómodo.

-¿Y por qué sufres niña?

-Pues resulta que voy a un instituto para ricachones más pijo que el perfume de Channel número 5 y no tengo ni un duro, un acosador me roba la ropa deportiva y mi taquilla me odia.

-Entiendo

Meditando la situación estaba peor que en la mierda, necesitaba dinero urgente y con las cosas que tenía no iba a conseguir el dinero suficiente, ella no estaba hecha para trabajar, la despedirían a la primera de cambio y tardaría demasiado en conseguir los 5000€, ni de coña iba a dejar que la zorra asquerosa ventilara a los 4 vientos sus secretos, ni de broma.

-Mira podemos hacer un trato

Yo levante las cejas incrédula.

-Puedo darte trabajo, incluso un adelanto si necesitas dinero –se me iluminaron los ojos y creo que lo notó.

-Espere, ¿Qué clase de trabajo? ¿repartidora de amazon?

-No, de esos tengo muchos, sería más bien... algo tipo visionaria creativa –sonrió extraño pero al igual que acudí a una narcofiesta y me dio igual (si claro) no le iba a hacer ascos, al menos por ahora.

-Bueeeeeno pues-

-Genial, necesito tu número de teléfono y bueno, tu nombre, espero que no te guste demasiado tu instituto.

-Catra –eso último me dio mala espina, ¿Optimus Prime odiaba los institutos?

-Encantado Catra –después de apuntar mi teléfono sonrió y se fue tal cual un npc, por un momento sentí escalofríos, pero lo adjudiqué al potente aire acondicionado dispuesto en el pasillo.

Con el dinero que consiguiese le pagaría a DT y se compraría las nuevas crocs de Fran Cuesta si señor.

De repente sonó una alarma en el móvil, no jodas, mi cita con Adora ¡no podía ser ya! Entré a la habitación de Hordak trastavilleando.

-Entrapta vamos a casa.

-¿Cómo?

-Las enfermeras han dicho que Hordak tiene que descansar, estará aquí toda la noche –cuando estaba apurada las mentiras me salían mejor- vamos.

Después de formular un pequeño hasta luego dejó bien acomodado al pobre Hordak drogadísimo con morfina en la incómoda cama del hospital.

Cómo pude llegué a casa y me vestí tan rápido como un rayo, no me daba tiempo a alcanzar el bus así que cogí las llaves y mientras salía de la casa e iba en dirección al coche de Entrapta le dije:

-Te robo el coche un rato, tengo una cita –lo arranqué

-¡Pero Catra, no tienes carnet!

-Aunque ya no me podía detener, intenté contener mis impulsos de recrear una escena de Fast and furius... familia.

Lo que más me costaba era aparcar, ya que por mucho que hubiese aprendido a conducir a base de observar a Entrapta, todavía no me quedaba en la cabeza cómo realizar la aparcasión. Mi futuro en el rally sería incierto.

De alguna forma conseguí aparcar (muy malamente) en un descampado al lado del centro, y me dispuse a ir con mi mochila llena de refrescos y latas de spray, su idea era grafitear el centro para dar por saco a los tontitos que querían acabar con él.

Esperé un rato pero Adora no llegó, miré el rejoj, las 22:10, Adora no solía tardar pero decidió esperarla, llegaron las once, se le había olvidado la quedada. Cabreada a más no poder, dándose prisa para arreglarse medianamente y salir (cosa jodida para ella ya que era un animal de interiores) y no acudía. Procedí a grafitear unas palabras no muy bonitas en la pared del centro a la que las cámaras de vigilancia no miraban y me fui de allí. Ese día Entrapta me puso lentejas por la noche a modo de castigo, pero a mí me daba ya igual todo.

-Siempre ha hecho lo mismo, no le importo una mierda

Estoy segura de que Entrapta me escuchó, pero decidió darme espacio para pensar por mi cuenta. Puede que ya no quisiese hacer la confesión, no sé para que serviría. Me comí mis lentejas y fui a dormir a la cama abrazando a mi gata que no tenía culpa de nada la pobre y no tenía por qué aguantarme, después de morderme como 2 minutos se resignó y se puso a dormir conmigo, esa noche no lloré.

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⏰ Última actualización: May 11 ⏰

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Alguna gente sale del armario, yo salí de una taquillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora