Capítulo 2: Debí haber seguido metida en la taquilla

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Hola, soy Catra y esta es la historia de cómo no empezar un último año de instituto.

-Enhorabuena, acabas de salir del armario.

¿Pero qué cojones está diciendo?

Me quedé mirando con horror a Adora, esta rubia imbécil era la chica más popular del instituto, no por sus notas académicas ni por sus increíbles neuronas, por supuesto, como acabamos de presenciar. Habíamos pasado 3 años sin dirigirnos la palabra hasta este indigesto verano en esa fiesta playera de la cual no quiero ni acordarme. Mientras hago un esquema mental de la absurda situación en mi cabeza, veo como Glimmer y Bow arrastran a Adora rápidamente y a rastras al gimnasio.

-¿Qué le pasa a esta chica? ¿No sabe qué es una taquilla?- dice Scorpia con total confusión y aún temblando del susto de su vida, provocado por la iracunda yo de hace unos minutos.

-Puede que se haya equivocado y puede que no, 50% de probabilidades- responde Entrapta mientras me mira con una sonrisa, quitándola rápidamente al yo gruñirle y empezar a caminar hacia el gimnasio.

Nunca voy a saber si Entrapta realmente se da cuenta de lo que afirma o solo dice probabilidades al azar para sus experimentos, de lo que si me doy cuenta es de que Scorpia se calla bastante cuando me quejo de Adora, no es por ser metemierda pero... aún sigo algo resentida por la traición de hace algunos años. Todavía recuerdo cuando era el tipo de amiga que hacia pulseras de la amistad y ahora soy de las que tienen que sacar de la cama a la fuerza.

-Si hubiera que darle un premio a la gente con menos neuronas tendría a los candidatos ideales- dije con un tono venenoso en mi voz.

-Algunos son buena gente pero no ven nada más a parte de la buena reputación y hacer obras caritativas, no aprovechan su potencial académico- adjunta Miss. Robot.

-Son muy elitistas para mi gusto, van de chicos buenos pero en realidad no quieren a nadie diferente ni que se salga de la media en su equipo, lo sé de sobra- dijo Scorpia, la cual me preocupó por su tono de voz.

Perfecto, ya no solo me caen mal por ser la versión cutre de My Little Pony, ahora también por hacer casi llorar a mi amiga. Decidí que ya era hora de terminar con tanta cháchara, tenía un puesto que ganar.

-No sé desde cuando esto se ha vuelto el club de groupies de los populares, vamos a la prueba de gimnasia antes de que me arrepienta y me tire por la ventana- Una vez formulada la oración, mis amigas asintieron animadas por mi rápida recuperación y partimos hacia allí.

Por si no se ha notado ya, no me gusta hablar con la gente sobre temas privados, la pelea con Adora en su momento fue tal que todo el instituto habló de ello durante nuestro primer curso, incluso quemé algunos muñecos vudú con su cara. Así que el hecho de que Scorpia y Entrapta pensaran que no me había percatado de la estúpida y no tan falta de razón frase que había pronunciado Adora momentos atrás, era un logro para mí, no quería que supiesen que, después de haber odiado a esta imbécil por años, me había liado con ella en la fiesta de este verano.

Alcohol, adolescentes y música badass para superar una relación no son un combo ideal para unas chicas que aún no han superado del todo el pasado.

Llegamos justo a tiempo para oír anunciar al profesor de gimnasia el comienzo de las pruebas de Voleibol, siendo esta mi señal para cambiarme de ropa y formarme en mi lugar.

Nos dividimos en dos equipos, resulta que la chica estúpida y su amigo flechitas están en el equipo de los dorsales blancos mientras que Rogelio y Lonnie (antiguos compañeros de colegio) me acompañaban en el equipo rojo. Cada equipo tenía 8 jugadores, de los cuales se eliminarían 5 para solo quedar con los 11 mejores.

Alguna gente sale del armario, yo salí de una taquillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora