Capítulo 10: ConfesiónxConfesión

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Hola, soy Catra y esta es la historia de cómo soy solo una emo adolescente más.

-Así que... tú, en una fiesta normal, ¿sin ser obligada?

-He hecho tantas cosas alocadas que ya me he empezado a aburrir, Adora- dije haciendo que diese una vuelta y agarrándola de la cintura para que no se tropezase, ella se me quedó mirando muy fijamente y algo sonrojada, había picado totalmente- o... ¿quizás no?

-Hace solo unos días te estaba salvando de una fiesta de narcotraficantes, por si no lo recuerdas kill bill, ¿o eso solo era una jornada normal para ti?- Adora parecía haberse recompuesto y no pensaba dejarse ganar ante mi carisma arrollador.

-Ay Adora, muchas cosas han cambiado desde que éramos niñas, ahora en vez de robar chicles... robo camas- acompañé mi perverso comentario con un guiño y me dediqué a observar la momentánea cara shockeada de Adora.

Podría insertar una surprised pikachu face aquí si se tratara de un hilo de twitter.

De repente, Adora sonrió socarronamente, agarró mi cintura y me llevó a una esquina cercana y algo vacía, para después acercarse a mí y susurrar algo en mi oreja, en ese momento el pánico superpuso mis ansias de vencer en un juego de frases sassy.

-Qué curioso eso de robar camas, ya que... una de las cosas que más te gustaba era asaltar la mía.

Se alejó para observarme con autosuficiencia, mierda había perdido en un juego que había empezado yo, mientras ella observaba a una seguramente Catra versión tomate face, yo únicamente me podía hacer chiquita como un guisante y miraba donde esconderme, esta tarea fue anulada al ver que los pesados de siempre se acercaban a la rubia. Señal mía para salir corriendo.

Glimmer levantó la mano para indicar que tenía algo que decirme, pero la ignoré y seguí caminando, no quería tener nada que ver con ella y hasta que se me pasara la vergüenza, con Adora tampoco.

~4 días más tarde~

No sé cómo mierda he llegado a esto, recapitulo la situación:

1. Desde que me fui de la fiesta, Adora y yo no nos podemos mirar a la cara sin sonrojarnos o hacer gilipolleces. Demasiada vergüenza acumulada.

2. Creo que alguien me roba los sujetadores deportivos de la taquilla y voy a matarle como averigüe quien es.

3. Glimmer está siendo demasiado amable conmigo, me da pases para el pasillo porque sí y no me llama escoria desde hace ya un tiempo, hasta me sonríe y todo. No sé si toda esta situación me da más asco o miedo.

4. Y la peor de todas, llevo 4 días sin saber nada de Scorpia, sé que viene al instituto, pero desaparece en los descansos y el móvil tampoco lo coge.

Así que después de varios días obligada a cargar con las locuras de Entrapta, y sospechando la posible muerte de Scorpia por sobredosis de azúcar, me decidí a usar mi última carta de combate para rastrearla. Ir a su puta casa en las afueras, con sus madres que me odian, easy peacy.

-¿Sí?

Leiru, la madre de pelo blanco habló primero al abrir la puerta, usando un tono de voz tan confuso que captó la atención de la otra mujer (que me daba bastante miedo), acercándose también.

-¿Quién eres?

-Tityus, creo que es una de las amigas de Scorpia, la he visto en varias fotos.

-Espera, ¿en varias?

Ellas se me quedaron mirando extrañadas, yo las miraba con mi mejor cara de circunstancia y palmeándome mentalmente por ser tan poco cercana.

-Bueno, Scorpia está un poco mal, así que...

Alguna gente sale del armario, yo salí de una taquillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora