Capítulo 5: Gay panic activate

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Hola, soy Catra y esta es la historia de cómo descubrí el gay panic.

-¿Me acabas de llamar bajita?

En ese momento Adora sintió el verdadero terror.

Sonreí satisfecha al ver las marcas de uñas que había dejado en su cuello como castigo a ese golpe bajo, bajitas win.

Recapitulemos, estamos Adora y yo, en un armario... después de mucho tiempo sin hablar (que no fuese para discutir) y muy cerca, tierra trágame.

Encendí la linterna de mi móvil para ver algo y la deje en un lugar estratégico para iluminar el cuartito del demonio. La vi rascarse la nuca algo o más tensa que yo, esto era raro para ambas.

-Así que tú, Catra... ¿en una fiesta, voluntariamente sin una cuerda atada al cuello?- dijo mientras sonreía con su típica cara boba, creo que es adorable que intente sacarme conversación pero yo estoy bastante cabreada todavía por lo que me hizo y no se lo iba a dejar tan fácil.

-Ya ves, la reina de la fiesta, algunas personas cambian- me han obligado técnicamente a venir pero bueno, ya que hemos venido a jugar, jugamos- ¿las personas cambian sabes?, bueno, menos tú, sigues igual de tontita que siempre.

-Oye que yo soy inteligente, y yo también he cambiado, ¡mira tengo bíceps!

-Increible... en fin Adora, muestra tu increíble carisma a tus amigos, a mi no me la cuelas, yo te conozco.

-¡Que he cambiado! Además, la que quemaba contenedores eras tú, yo solo corría- ahí reí un poco y ella se me quedó mirando un poco divertida.

-¿Ah si? Seguro que todavía duermes con Swift Wind, ese pegaso-unicornio o lo que sea de peluche- le dí una sonrisa triunfal mientras ella se quedaba con la boca abierta y procedía a sonrojarse, un poco.

-Bueno si, para que te voy a mentir.

-Lo sabía.

-¿Aún tienes miedo a los ratones?

Esa pregunta me pilló realmente desprevenida.

-N-no que va.

-Sabes... en los armarios viejos hay muchos ratones.

Santa virgen de la papaya ¡¡¡VAMOS A MORIR TODOS!!!

-Y una mier-

-¡Ahí! Uno.

-AHHHHHHHHH

Abrí los ojos y averigüé que del susto, me había subido encima de Adora (rodeando con mis piernas su cintura). Dándome cuenta del vil engaño y de la posición comprometedora en la que estábamos, rápidamente me bajé avergonzada, golpeándome en la rodilla de paso por lo pequeño del armario.

-Eres incorregible- dijo riéndose lo más grande- no puedes decirme que yo no he cambiado cuando tú eres igual, un poco más emo, pero igual.

-Emo tu puta cara.

-No te cabrees anda.

Volvimos a la posición anterior, el abrazo bajito, copyright del nombre by Catra. Ella comenzó a subir su mano de buenas a primeras desde mi cintura hasta mi rostro y después me acarició un poco el rostro. Yo estaba shockeada, aún no sabía si era el gay panic o simplemente que mi ex mejor amiga se dirigiese directamente hacia mis-

NOOOOOOP

Me aparté muy roja y salí por la puerta del armario, haciendo la suficiente fuerza como para mandar a tomar por culo la silla del otro lado, estos cabrones se habían pirado y nos habían dejado solas a nuestro rollo.

Alguna gente sale del armario, yo salí de una taquillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora