VIII - Una buena amistad

107 6 0
                                    

Hinata sigue con la mano entrelazada a la de Kageyama repitiendo lo que ha dicho Kageyama.

Ser el rey y la reina

Agita su cabeza porque está pensando mucho en eso, el único espectador de aquella confusión mental de Hinata es Kageyama que lo observa sin decir nada, con unos ojos llenos de amor, llenos de ternura, llenos de sentimientos puros.

—¿Contra quién vas mañana? —dice Kageyama intentando que deje de fundir su cerebro metido bien al fondo en lo mismo sin dar a entender en donde se encuentra ahora mismo. Al decir eso, Hinata vuelve en un segundo a la realidad de la que viene, volviendo a sentir la mano de Kageyama en la suya.

—No lo sé, lo sabe nuestro entrenador y profesor, yo solo voy contra el que me toque y ya —vuelve a sentir la fluidez de siempre cuando está en contacto con Kageyama—¿Y tú?

—Bueno, solo sé que voy a ganar —el pelirrojo suelta una risa por ese comentario de niño pequeño—, ya lo verás.

—Se que lo vas a hacer, pero se hace gracioso que tengas veintiún años y tu mente sea de uno de quince —Después de diez segundos separa la mano de la de Kageyama desenredando sus manos para que este le de dos golpes en el hombro—Aunque eso me gusta.

Lo último toma por sorpresa a Kageyama que sí ya de por si estaba sudando, ahora más. Le han gustado esas cuatro palabras que han salido de la boca del pelirrojo que encima, por ende ahora ve sus labios cosa que no se percata Hinata ya que él está igual.

Por una vez en la vida ambos dan gracias de ser interrumpidos. Es Yamaguchi que lleva buscándolo un buen rato y por fin ha dado con él. Flojean sus piernas y descansa sus manos en sus rodillas para coger aire. Ha tenido un partido y ahora ha tenido que correr un buen rato.

—Hinata... —vuelve a coger aire mientras se agita un poco—. Tienes que venir a no ser que te quieras quedar aquí. Nos vamos a comer cera de aquí, en unas horas tenemos el siguiente partido.

—¿Eh? —Hinata bufa en su interior molesto, quiere quedarse con Kageyama, ya depende de él. Desde que se conocieron, pero ahora siente que cada minuto sin él ya no es lo mismo, no se siente igual que antes. Su corazón solo late pacíficamente cuando su cuerpo siente el de Tobio. Mira a este unos segundos y después mira a Yamaguchi para tener un bucle—Kageyama, me voy... Dile a tu hermana por favor que este sábado voy como al otra vez.

—No creo que le importe que vengas aunque sea de improvisto, ella lo hace siempre con Hana. Un día me despierto y ahí está, un día vuelvo de trabajo y ahí está —Hinata ríe por eso, volviendo a la misma aura de siempre.

—Típico de ella, mándale saludos, adiós, nos vemos en unas horas —Hinata agita su mano aguantando el saltar y abrazarlo. Yamaguchi que está ahí, ya es uno más que ha notado lo que sus miradas dicen. A punto de irse ya dando la espalda a este se vuelve a girar extrañando a un peli verde—. Suerte en el partido que tienes ahora.

Ahora sí se va acompañado de cierto peli verde que lleva dos minutos viendo esas miradas que se penetran la una a la otra y ese brillo en sus ojos al verse cada microsegundo o esas pupilas que se dilatan un poco o el simple hecho de que sus ojos se desvíen unos segundos a los labios o eso tan puro que sienten ambos. Un amor verdadero.

—¿Ese no es el del partido amistoso? —pregunta mientras bajan escaleras—Parecéis bastante cercanos —por no decir que los ha visto con sus manos entrelazas y ha esperado para poder interrumpir.

—Eh, sí —evita el tema mirando otro lado y con su mano en el brazo mientras siguen bajando escaleras—. Es una buena amistad.

—¿Sois amigos? —quiere saber exactamente qué tipo de relación tienen, no quiere meter la pata e imaginar cosas que no son. Como siempre, quiere intentar averiguar las cosas y así no causar confusiones.

—Sí, desde hace ya bastante tiempo —su mente lucha entre ella misma por continuar la conversación o cambiar de tema, es una rivalidad que nadie sabe y solo se reproduce en su cabeza una y otra vez.

Yamaguchi no va a incomodarlo más, y por todo el camino solo hay silencio. Hinata repitiendo la sensación que ha sentido al encontrar la mano de Kageyama y enredar sus dedos ahí, esa sensación agradable de encontrar las pulsaciones de la otra persona y sincronizarse todo tu cuerpo con él ajeno. Juraría que en ese momento quería quedarse para siempre, era tan pacifico que no hacen falta palabras para entenderlo, no ha hecho falta ni siquiera mirarse. Es tan bonito que hasta quiere llorar.

Ha sentido su cuerpo liviano, como si volara en las nubes junto a Kageyama, como si pudiera hacer de todo, quizás este loco o quizás sea solo un loco pensamiento... pero las apalabras son imposibles de describir algo que ha ocurrido en tan corto tiempo.

Y sonríe tontamente acariciando su mano, y si, ha soltado una lágrima mientras llega donde se encuentra su equipo. Estos lo miran con curiosidad de no sabe porque parece tan triste y a la feliz como si hoy fuese su mejor día.

Hinata depende de Kageyama

Kageyama depende de Hinata

Porque Kageyama está igual.

—Hinata, ¿te pasa algo? —mientras dice Daichi esas palabras, el nombrado con su mano quita sus lágrimas de las mejillas varias veces.

—No es nada —su voz dice lo contrario, su voz dice que siente cosas nuevas, cosas reales y magnificas. Su voz dice que es feliz, su voz grita que lo necesita, su voz suplica otra visita. En ese momento su cuerpo experimenta tantos cambios que ni en una vida entera puede contarlos. Se puede decir que... está más feliz que nunca y está comenzando a entender parte de lo que ocurre.

 está más feliz que nunca y está comenzando a entender parte de lo que ocurre

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Han terminado de comer en un restaurante cerca del pabellón de Tokio. Ahora vuelven al mismo sitio, tienen que hacer el último partido de hoy, y dentro de dos días dos más, y dentro de cuatro días la semifinal, y el sábado la final.

Tiene ganas de saber cómo le ha ido a Kageyama, quiere verlo, quiere sentirlo, quiere volver a sentir lo mismo de antes, la misma sensación tan reconfortante.

Mientras el equipo se queda atrás ya que un pelirrojo ha encontrado su destino, Kageyama lo ve acercarse desde la lejanía, sonriéndole mientras. Otra boba sonrisa que le solo le saca ese cuerpo pequeño y de pelo pelirrojo.

Hinata ya cerca de este frena—¿Has ganado?

—¿Acaso lo dudabas? —pregunta retórica que hace que de la boca de Hinata saqué un quejido tierno—Sí, he ganado, pero ha sido difícil —Ya que Shoyo no ha estado ahí y no había nadie que o mirase y luego alabara, se siente diferente cuando esa persona que te da energías no está.

—Lo sabía —Si ambos quieren chocar los cinco pero manteniendo sus manos unidas como antes, buscando esa sensación y averiguando que es entre los dos. ¿No es hermoso cómo dos cuerpos explorando el ajeno con cuidado y sin agobiar?

El equipo Karasuno los mira desde la lejanía, a mucha distancia debido a que ha corrido como dos minutos y ellos van andando. Los que más se fijan son el entrenador Ukai, Nishinoya y Yamaguchi. ¿Y sí...?

Una buena amistad

Nada más.

Without end [ Kagehina ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora