XI - Comienzo

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—Gracias por el café —menciona Hinata con una taza entre las manos. El calor del contenido pasa por las yemas de sus dedos llegando a esparcirse por su cuerpo.

—No hay de que —Haruko con otro café en mano se sienta enfrente suya pegando pequeños sorbos a ese delicioso macchiato.

La tele se enciende y ambos lo ven. Curiosamente hoy hacen un especial de vóley de todas partes del mundo, ahora aparece un partido de estados unidos. Hinata y Haruko se meten bien en el partido. Cada falta, cada remate, cada recuperación, en cada cosa chillan de emoción o de rabia, pero chillan.

Claro que es normal que Kageyama salga de su habitación por cierto dúo que lo ha despertado con sus gritos fanáticos. Se sienta al lado de Hinata con los ojos entre abiertos. Pero no lo ven por que el equipo que seguían por todo el partido, acaba de ganar. Y ya, después de todo ese escándalo, Hinata al final termina su café de un sorbo y ve a Kageyama.

—Buenos días —dice Hinata con su típica sonrisa. Esto contagia a Kageyama que le devuelve la misma sonrisa pacífica y sincera.

—Buenos días —la hermana se va a la cocina a preparar el desayuno para su querido hermano.

Kageyama recuerda perfectamente todo sobre anoche, recuerda toda la conversación de ayer tan bien como sabe su nombre, y si ahora mismo quiere abrazar ese cuerpo al lado suyo y pasarse horas observando los ojos café de Hinata, viendo alguna que otra peca en su cara y poder repartir acaricias por el pelo, por la mejilla, por la frente...

Ha perdido la conciencia de cuánto tiempo lleva viendo los mismos ojos que lo miran a él. Y no entiende porque su mano se levanta y encuentra la mejilla de este. Aparta el poco pelo que está ahí y cuando iba a darle un beso en la mejilla, Hinata lo para.

—¿Estás seguro de lo que vas a hacer? —quiere asegurarse y también porque Nishinoya le ha dicho que antes que nada tienen que saber que son.

—¿Y tú? —dice Kageyama sin despegar su mano de la mejilla y manteniendo esa corta distancia.

—Te estoy preguntando yo primero, ¿esto es serio o no? —retiene las mismas ganas que tiene Kageyama de besarse.

Parece que este azabache le lee la mente y corta distancia dándole un beso en la mejilla y luego otro muy corto en los labios que vuele a retener su deseo—Anoche fue por el alcohol, pero ahora me he dado cuenta, ¿se me permite? —Hinata cierra sus ojos y con una sonrisa acerca su piel a la de Kageyama, juntando labios, chocando y manteniéndolo. Con eso Hinata ha respondido, y con eso Haruko se queda frente a ellos, separados por una mesa, boquiabierta.

Quién diría que dos personas se conocen en un bar y gracias al vóley se vuelven amigos acaban siendo algo más. ¿Es un comienzo o un final?

Hinata se separa del beso y sonríe, ignorando que Haruko siga inmóvil viendo esa escena, pero cuando se dan cuenta, Kageyama entra como salvador y rompe el silencio—Gracias por el desayuno —coge el vaso de la mano de su hermana levantándose de la silla y después volver a ponerse en el sitio.

—De nada... —agita su cabeza haciendo que su pelo caiga por sus hombros y se despeje—. ¿Desde cuándo sois pareja? —comenta aun impactada.

—Difícil de explicar.

[...]

La universidad la han acabado hace semanas como ya se sabe, y Hinata y Kageyama ahora mantienen un noviazgo. No ha ocurrido mucho esas tres horas que han sido las que han hecho que Hinata se despida y vaya con Nishinoya, con una noticia.

El poco tiempo de transcurso lo ha pasado pensando en esa noche en eso que siente ya descifrado y dándose cuenta de lo que ha sentido todo el tiempo. Está feliz.

Abre la puerta del apartamento. La puerta hace ruido al cerrarla detrás de él. Deja las llaves en una percha pequeña, también se quita las zapatillas de la calle. Se sorprende al ver a Asahi ahí mismo y un Nishinoya que acaba de salir de una habitación y está en el salón, en frente de la entrada—¿Shoyo?

—¿Qué hace aquí Asahi? —señala con el índice al castaño con una coleta y con lo que parece un pijama—¿Y por qué parece que ha dormido aquí?

—Nada. ¿Y tú con Kageyama? ¿Al final como quedáis? —acercándose a su amigo.

—Nishinoya—pone su mano en el hombro de este y pone cara seria, preocupándolo—, Estamos en un noviazgo —sonríe dulcemente—¡Y me lo ha dicho besándome otra vez! —pone su cabeza en el hombro de Nishinoya.

—¿En serio? Tu y Kageyama ya habéis aceptado y descifrado vuestro amor, me alegro —se alegra por él. Da dos palmadas a la espalda de Hinata que vuelve a poner su espalda recta. Asahi oye todo comprendiendo muchas cosas de ese chico y Hinata cada vez que se veían antes de un partido.

—¿Y tú y...? —con los ojos señala a Asahi para evitar decirlo. Tiene curiosidad por saberlo.

—Amigos —intenta esconder esa línea en sus labios curvándose para poner cara triste y cambiarla por una de felicidad. Desgraciadamente es imposible.

—Tranquilo, seguro que vas a conseguirlo, confío en ti —desde que Hinata lo ha mirado, Asahi ya no sabe de qué hablan y vuelve a ver su móvil como estaba antes de que llegara la mandarina.

—Tranquilo, seguro que vas a conseguirlo, confío en ti —desde que Hinata lo ha mirado, Asahi ya no sabe de qué hablan y vuelve a ver su móvil como estaba antes de que llegara la mandarina

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Tres meses han pasado, Hinata vive en la casa de Kageyama, y la hermana, pero respecto a ella; está día sí y día también en la casa de su novia y nunca viene. Solo están ellos dos en una cena tranquila.

—Hinata, voy a tener una galería dentro de unos días —Hinata que come fideos lo mira emocionado y feliz por él.

—¿En serio? Me alegra mucho. ¿Cuándo es? —Kageyama mira el plato y con la cuchara da vueltas a los fideos. Hinata se preocupa de no obtener respuesta—¿Kageyama?

—El mismo día que tu campeonato mundial, la final —Hinata apoya su brazo en el borde de la mesa y la cuchara apoyada en el borde del plato casi lleno de fideos. Mirándolo, esperando que continúe—Tranquilo, voy a ir a verte, no me voy a perder algo tan importante para ambos, me va a dar tiempo, te lo prometo.

—Me da pena saber que no voy a poder ir a verte triunfar —Hinata mira a cualquier parte mientras lleva más fideos a su boca, suspira. Kageyama sonríe.

—Tranquilo, se que has esperado mucho para tu mundial de vóley —dice llevando su plato al fregadero. Hinata hace un sonido afirmando y llevando también su plato al fregadero—. Eres hermoso, ¿lo sabes? —Kageyama pone sus manos alrededor de su cintura y chocan frentes viéndose a los ojos y perdiéndose en un mundo entero situado en el iris.

—Sí, me lo repites siempre —Hinata acaricia el pelo azabache mientras sus labios se aproximan hasta presionarse un corto intervalo de tiempo. Volviendo a separarse—. ¿Vamos al cine?

—¿Ahora?

—Ahora —Hinata coge la mano de su novio y lo arrastra a la habitación para vestirse, salir y que el aire fresco choque en sus caras. Lo hacen, Kageyama algo perezoso ya que a estas horas ya está cansado, ahora debería estar acostado abrazando a Hinata en la cama y durmiendo como todos los días.

Siendo arrastrado van al cine, como no, película de terror elegida por el mismo Shoyo Hinata. Se ha emocionado al ver la precuela de la película que vieron con Hana, Haruko y Kageyama, juntos, esa película que los cambió.

En toda la película, Hinata come las palomitas vaciando el bol, pero Kageyama busca la forma de sentir la mano de Hinata entrelazada a la suya, como a veces hacen.

Without end [ Kagehina ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora