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La escuela era un desastre.
Si en la mañana me fue horrible, ni siquiera entre a la primera clase por culpa de Roier.

Estaba tan molesto y gritándome como un completo loco.

—¿Tienes idea de como te busque? —exclamó, fuimos a las canchas para que no nos vieran.

—Ya te dije lo siento —me defendi.

—No basta —me acorraló— No pienses que te voy a creer que te fuiste solo.

—¿De qué hablas? —alce una ceja.

—Se que te fuiste con Spreen —alzo su mano y la hizo puño en el aire, mi respuesta fue asustarme— Deja de mentir... Odio cuando lo haces.

—No te miento —aclare— Tengo que ir a mi clase.

Ya me iba, sin embargo Roier me acorraló en la pared—No te vas de aquí.

Se estaba acercando y no sabía que hacer, tenia miedo, miedo que me haga algo. Sus ojos con un tono rojizo me miraron.

—Maldición —se quejo cuando su celular le aviso que le estaban marcando— ¿Qué quieres? —contesto— ¿No quedo claro?, si ya súbelo.

Lo mire confundió, ¿Súbelo?—Roier —murmure.

—¡Quédate ahí! —ordeno. Seguía hablando por teléfono y estaba molesto, hasta que se tranquilizo— Quackity —regreso a mi— Perdón.

—No te preocupes —sonreí— Me tengo que ir, no me quiero meter en problemas.

—Ya estoy mejor, lo siento —acaricio mi mejilla— Te quiero.

Me dio un beso en mis labios, Roier se fue con una sonrisa en su rostro, yo me fui casi corriendo a mi salón, en un rato empieza otra clase.

Llegue y todos estaban afuera del salón— ¿Toca educación? —le dije a un compañero, pues tal vez era hora de esas clases las que no avisan cuando tocan y ya iba por mi uniforme.

—No... Paso algo —respondió y le conto algo que no escuche a una compañera.

—¿Qué cosa? —dije intrigado.

—Ten —me mostro su celular— La verdad no lo esperaba.

Tina le fue infiel a Spreen, se había publicado en la pagina de la escuela. Mire a los lados buscando a Spreen. Me fui a buscarlo y los demás me siguieron, Tina y Spreen estaban en el patio de la escuela.

—¿Por qué? —al fin dijo algo Spreen— ¡Dime!

—No tienes derecho a decirme nada —reclamo— Crees que no me entro de nada —suspiro— No soy yo el que no acepta que me gusta un hombre.

Hubo un silencio y abrí mis ojos con sorpresa— ¿Qué? —frunció el seño Spreen— Tina que te estas inventando.

—Vamos acéptalo... Te gusta Quackity desde siempre —Tina ya estaba sollozando.

Termine delante de ellos— Quackity vete de aquí —menciono Spreen.

—No te vayas —mire a Tina— Te lo había dicho antes —se acerco y sentí una cachetada— ¡Dejar de arruinar todo! —grito.

—¡Yo no hice nada! —me levente con una mano en mi mejilla— Tú eres la infiel, deja de ser una puta loca.

Se escucho un "Uh" de parte de la bolita de personas.

—Deja a Quackity, él no tiene nada de que ver —me defendió Spreen, me abrazo y mi cabeza quedo en su pecho.

—¿Lo defiendes?, después de que por su culpa hemos terminado, si no fuera por él no te hubiera sido infiel —exclamo Tina.

𝐌𝐈 𝐐𝐔𝐄𝐑𝐈𝐃𝐎 𝐍𝐄𝐑𝐃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora