Capítulo 4 Annie

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Ethan

La boca de Seth estaba más abierta que la puerta de una iglesia, y sus ojos abiertos de par en par, nos miraban de pies a cabeza. (¡Maldita seaaaa!), pensé horrorizado al encontrarme con su mirada penetrante; en ese instante, deseaba que me tragara la tierra.

Quiero decir... Tengo frente a mí a un pervertido tocándome y dispuesto a besarme, y... Al otro lado del baño, el chico que me salvó, con una expresión de asombro, y con sus mejillas teñidas de rojo.

Joder... ¿Qué concepto tendrá Seth de mí después de esto...?

De repente, el pervertido volvió a hablar, sacándome de mis pensamientos:

-Oye primito, ¿No tocas al entrar? -preguntó mientras miraba a Seth. Me sobresalté y me alejé de él. Mi salvador fulminó al rubio con la mirada.

-¿P-primo? -Inquirí, mirando a ambos. Seth rodó sus ojos y asintió.

-Joder, Gavin. Deberías conseguir una habitación, ¿No crees? -sugirió Seth con el ceño fruncido. Su primo sonrió y se encogió de hombros. -Y tú, Ethan... No pensé que fueras el tipo de chico que hace estas cosas... En fin, Gavin, tu padre te está buscando -añadió con una expresión de molestia, y sus mejillas levemente sonrojadas. Yo cubrí mi rostro con ambas manos avergonzado, luego empecé a temblar como gelatina. Gavin soltó una carcajada.

-Claro fortachón, somos primos ¿No notas el parecido? -cuestionó Gavin riendo.

Se acercó al lado de Seth para que pudiera compararlos, abrí un espacio entre mis dedos para ver. Entonces asentí en respuesta a su pregunta.

-P-pues se parecen bastante... Solo que tú tienes los ojos grises, y los de Seth son color miel -afirmé y señalé a ambos. Ellos se miraron de reojo, Gavin le dio un codazo y luego rodeó el cuello de Seth con su brazo.

-Aunque yo soy más guapo, los ojos los heredé de papá -aclaró Gavin y sonrió con picardía. Seth rodó sus ojos.

-S-Seth, juro que no es lo que parece... -musité y me sonrojé hasta las orejas. Él frunció sus labios, cruzó sus brazos y, finalmente, apartó su mirada de forma orgullosa.

Al sentir la tensión en el ambiente, Gavin soltó a Seth y mencionó que iría a averiguar lo que su padre necesitaba. No obstante, antes de irse me dijo:

-Nos vemos después, guapo. Quizás en un lugar más privado... Así podemos tener una continuación de lo que Seth gatito interrumpió.

El rubio me guiñó el ojo y se marchó. Yo lo fulminé con la mirada, mientras que Seth se quedó de pie frente a mí con el ceño fruncido.

Cuando ese pervertido finalmente se fue, centré mi atención en Seth, (Mierda, se ve bastante guapo hoy...), pensé al ver su vestimenta, después me ruboricé ligeramente.

Hoy está luciendo una camisa beige de botones con mangas largas y un patrón de rayas verticales negras, sobre la cual lleva una camiseta negra de mangas cortas con estampado de gato blanco, y 2 rayas blancas horizontales en la manga derecha. Complementa su atuendo con jeans negros con las rodillas rotas, y unas zapatillas de color crema con cordones rojos. Además, trae un collar de rectángulo plateado.

Ni siquiera me había percatado de la bolsa que sostenía en sus manos, así que decidí preguntarle que era:

-¿Y esa bolsa? ¿Qué traes ahí? -pregunté y arqueé una ceja mientras señalaba el objeto. Su expresión de molestia desapareció y fue reemplazada por una de sorpresa mientras dirigía su mirada a la bolsa.

El rubio se sonrojó un poco y comenzó a tartamudear mientras evitaba el contacto visual.

-Ah... Esto, yo... B-bueno, e-es que... Compré el almuerzo en la cafetería y... M-me preguntaba si te gustaría almorzar conmigo en la azotea. Pero... Creo que estás muy ocupado ahora mismo -respondió un poco sonrojado. Negué con mi cabeza y sonreí.

Tormenta de primaveraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora