Capítulo 16 Sincerarnos

12 2 6
                                    

Ethan

Y allí estaba... Desnudo, y acostado mientras Seth intentaba dormir sobre mi pecho. El brillo naranja del atardecer se filtra por la ventana e ilumina el dormitorio. (Se sintió increíble hacerlo con él...), pensé y sonreí.

Seth bostezó y sonrió. Levanté mi torso para sentarme, y apoyé mi espalda en la pared. El rubio me dedicó una mirada de confusión y se sentó a mi lado.

Hay una duda que me está consumiendo por dentro...

-¿Sucede algo? -preguntó, mirándome de reojo. Yo suspiré.

-Hay algo que aun no entiendo... ¿Por qué no me dijiste sobre tu enfermedad? Quiero decir... Sé que no es asunto mío, pero... En verdad me asusté cuando te dio un infarto en la playa -respondí, agachando mi cabeza con tristeza. Seth murmuró un: "Mmm", y apoyó su cabeza en mi hombro.

-Bueno... Es que el tema es complicado para mí -aclaró. Fruncí los labios. -Me diagnosticaron esa enfermedad cuando era un niño... "Solo es una pequeña anomalía en su corazón, no hay de que preocuparse", decía el doctor para calmar a mis padres, pero...

Él soltó un largo suspiro y abrazó sus rodillas. Alcé mi cabeza lo miré de reojo, entonces rodeé su cuello con mi brazo, sentí como su cuerpo se tensó.

-¿Pero...? -susurré.

-Después de eso mi vida dio un giro completo... Papá y mamá lo tomaron de la peor manera. Le informaron a mi profesora de la escuela, la cual se encargó de difundir ese dato como la pólvora, entonces... comencé a recibir un trato "especial" de los demás estudiantes -explicó, frunciendo el ceño, luego abrazó sus rodillas con fuerza. Jadeé sorprendido.

-¿Y eso qué tiene de malo? -Puse en duda. Él suspiró de nuevo y miró por la ventana, como si estuviera recordando algo.

-Intenté adaptarme al cambio. "Quieren hacer una buena acción", pensaba... Así que terminé aceptando la ayuda que me brindaban, pero... "Déjame ayudarte con esto, con lo otro, y con aquello", eso era lo que escuchaba siempre que quería hacer algo por mi cuenta. Con el tiempo comenzó a volverse fastidioso, quiero decir... Un día eres un niño normal, y al otro eres "esto", un chico que no puede hacer nada divertido o le dará un infarto... -explicó, mientras se señalaba de forma despectiva. Llevé mi dedo a mi mentón para pensar.

-Hmm... Bueno, no suena tan malo... Es normal que los demás se preocupen por ti, yo lo hice en la playa. ¿Eso me convierte en alguien fastidioso? -cuestioné, arqueando una ceja. El sol del atardecer acarició sus ojos, provocando un brillo dorado en ellos. Seth me miró con seriedad y negó con la cabeza.

-Ah... Mira, Ethan. Hay una gran diferencia entre preocuparse y tenerme lástima. No eres fastidioso, tú te preocupas porque eres mi novio... Pero los demás... Me ven con esos ojos de lástima, como alguien débil, y eso me enoja bastante... No necesito la lástima de nadie. Enfermo o no, independiente o no, si moriré o no... Solo yo entiendo ese tipo de cosas -aclaró, inflando sus mejillas. Yo dejé escapar una risita. -¿Por qué te ríes, idiota? -preguntó y me fulminó con la mirada.

-Porque yo no pienso que seas débil... Siempre te esfuerzas para demostrar que puedes hacer las cosas por tu cuenta, y eso me gusta de ti... Además... ¿Recuerdas cuándo nos conocimos? Me arrastraste hasta el parque... Esa fuerza tuya no es normal, tooonto. -Canturreé y besé su frente. Él se sonrojó bastante y quedó enmudecido.

Rodeé la parte baja de su espalda con mi brazo y lo abracé con ternura, entonces nos quedamos así durante algunos minutos que se me hicieron eternos... Sin embargo, el lindo momento fue arruinado cuando mi novio dijo que sus padres volverían pronto. Puse mis ojos en blanco mientras él se disculpaba y moría de la pena.

Tormenta de primaveraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora